Capítulo 18-No todas las suegras suelen ser malas

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La mirada de Leo parecía perdida. Sus bellos ojos avellanas reflejaban una tristeza desmedida y las manos comenzaban a temblarle, dejando que todo su nerviosismo se viera reflejado en ello.

        —¡Responde!—exigio Jorge—Nunca me quisiste ¿Verdad?

Leo levantó la vista hacia el moreno, quedando con los ojos clavados en los de él.

—Tu...no entiendes.

A Jorge comenzó a hervirle la sangre, ¿Qué mierda no entendía?

—Eres un maldito cobarde—gruñó  con los dientes apretados.

—Sabes que mi mamá no me daría ni oportunidad de explicarle.

—Maldita sea Leo, ya no eres un niño, ¿Por que metes a tu mamá en todo?

Leo no sabía que responder, se mordió el labio e involuntariamente desvió la vista del moreno.

—Amor mirame...—Jorge tomo a Leo del menton con ternura, haciendo que sus miradas se encontraran—saldremos adelante juntos.

Leo creyó perderse en los ojos marrones del moreno. Y sin poder controlarlo se abalanzó hacía él, abrazandolo con fuerza desmedida. Las lágrimas se deslizaban por sus pálidas mejillas, mientras que su rostro trataba de esconderse en el pecho de este.

  Jorge sentía su corazón acelerarse, la cercania del castaño hacía que todo su cuerpo se tensara.

"Nunca nos separaremos"

Lo estrecho hacía su cuerpo con más fuerza, restándole importancia a las miradas de las personas al rededor.

—Te amo...

Leo sintió un escalofrio cuando escucho las palabras que salían de la boca de Jorge.

Se acomodo, levantando su mirada, encontrandose con el rostro serio de su novio.

¿Era verdad lo que acababa de soltar Jorge?¿Podría sentirse seguro de sus palabras?

A pesar de todas las preguntas que tenía en la cabeza, se atrevió a responder.

—Yo también te amo...

    Jorge le dedicó una pequeña sonrisa, le hacía tan feliz escuchar aquellas palabras, que no pudo contenerse. Lentamente deslizó su rostro hacía abajo y deposito un casto beso en los labios de Leo.

               —Bebé...—sollozo Ángela, que hasta ahora solo había permanecido en silencio, siguiendo con la mirada cada movimiento de su hijo.

    Ambos muchachos involuntariamente se pusieron alerta al escuchar la voz entrecortada de la mujer que yacía frente a ellos. Voltearon lentamente para verla.

—Mamá siento...

—No digas nada. Por ahora solo escuchame—le corto en media frase, mientras hacía esfuerzos en vano de retener las lágrimas que se acumulaban en sus

ojos.

Jorge relajó su cuerpo, tomo la mano de Leo y se sentó de una manera más comoda sobre la silla.

—En verdad nunca me imaginé que tendría que lidiar con una situación como esta—una lágrima comenzó a deslizarse por su perfecto rostro moreno—...pero verte de esa manera, luchando por otro chico...

—Mamá...—se adelantó—disculpa si te he decepcionado. Pero no puedo controlar a mi corazón.

—Lo sé...—Ángela miró al menor de sus hijos con ternura.

Me enamore del mejor amigo de mi hermano (yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora