—Eres más aterradora de cerca—vociferó Sam ante la Torre; alta, de piedra gris, y sombría.
El día en el instituto, pasó con sincero aburrimiento, salvó por está parte; el sol tostaba la piedra con maticez naranjas. Se distinguia entre los edificios. La Gran Torre del Equinopsio llegaba hasta lo alto del cielo, casi desgarrando las nubes rosas del crepusculo, era magnífico. Desde el suelo era un lugar tétrico, solitario y abandonado.
Fue construida hace 200 años como campanario, y usado durante las guerra como torre vigía, para avistar a las tropas enemigas.
Sobre la torre circulaban años de mitos espantosos acerca de brujería y demonios, o sobre una maquiavélica figura que se avistaba en el ventanal, lo más misterioso eran los suicidios (asesinatos); casi todos habían saltado al vacío.
Los obreros de mantenimiento que no morían ("muy pocos"), aseguraban que una presencia espeluznante los asfixiaba en el oscuro y polvoriento entorno del lugar. Se sentían cansados, agotados, al salir, pero sobretodo aterrados. Ninguno de ellos volvió a pisar Louisiana en el resto de su vida; todos vivieron sólo diez años más.
Sam se detuvó en frente. Al principio, estaba escéptico acerca de los relatos sobre brujas que se posaban en la cúspide de aquella Torre. Pero al ver la antigua estructura, erigida sobre dos siglos de historia; en ese momento todo parecía tan nítido, tan real. La sensación de inquietud no le permitía entrar, no estaba correcto.
Tomó el amuleto en su cuello y lo arrancó... su padre lo habia llamado antes de salir.
—Espera Sam— dijo Fred escondiendo algo detrás de su espalda—, Quería darte algo... No puedo evitar que vayas... Ten. Es un amuleto para protegerte de los malos espíritus— Le otorgó un collar a Sam.
Como siempre su padre habia acertado. Siempre sabía todo, pero nunca estaba allí, con él. Le estaba perdiendo afecto. Estaba dejando de ser un buen padre, a uno ausente. A él no le importaba Sam, no le importaba mamá, y no le importaba Lanzs; sólo le importaba la tienda "Antique Obscura".
Hizo ademán de arrojarlo...
Se detuvo; la luna menguante estaba tallada en madera y atada con una delgada cuerda negra. Calmó sus ánimos, y la guardó en su bolsillo. No tuvo tiempo de meditar sobre su familia... la niña lo cogió de la mano y trató de correr dentro de la Torre.
La entrada lucía funebre, las sombras jugueteaban, donde permanecían los escalones.
—¿Qué pasa?—la pequeña tiraba de su mano—, ¿no quieres subir?
Sam miró a la niña con nostalgia. Tenía los cabellos dorados enredados en ciclos, rizos bien cuidados. El pequeño vestido azul, le quedaba hermoso; no era real, sabía que no existía, era Ricitos de Oro.
No hallaba como responder,sus labios se cerraron ante esos ojos color cielo, gélida.
—¿Tienes miedo?—su pequeña naríz estaba esmaltada en pecas.
—¿Y tus padres?—replicó. La palabra salió inexpresiva de su boca.
"Ella no tiene padres, no tiene familia ¿no es así?". Observó la calle en muchas direcciones, pero no encontró a nadie; de hecho, toda la calle estaba vacía. La suave y diminuta mano reconfortaba a Sam con su calidez. Regresó su mirada a la niña, un escalofrío le sobresalto, había desaparecido. Tardó medio segundo en entender que nunca estuvo allí.
La sensación en su mano se desvanecio poco después...
Alzo la vista, presenciando el espectaculo macabro que se interpretaba ante el horrizado espectador.
La exclamación de horror huyó de su boca, apretó los dientes y...
Retrocedio sin perder de vista el espectaculo... almas negras cargadas de energía negativa salieron desde las ventanas de la torre, flotaron a su alrededor; como abejas en un panal. El colgante en su bolsillo, comenzó a destellar; no se dio cuenta.
Los espectros revoloteaban alrededor de los muros de piedra, tenebrosos, amenazantes.
Muchas preguntas surcaron su mente, la más contundente era: ¿Qué rayos?. Los espectros se aproximaron a él, lanzándose como proyectiles... Sam se protegió el rostro con los brazos, se sw la espesura negra de las almas voloba como si no existiera; eran inmateriales. El amuleto creó una burbuja mágica, cubriendo a Sam. A su vez, impactaron como balas, destruyéndose.
La sorpresa extasió a Sam, tomó el amuleto de su bolsillo. Resplandecía en una bola luz blanca que eclipsaba su mano entera.
La figura de larga túnica roja como sangre, bajó sutilmente por los escalones; el rojo teñía todo su cuerpo. Se detuvo ante la entrada.
Sam le dirigió una mirada solemne.
—... Te estaba esperando—dijo. Era un brujo, nunca habia vistó a uno, sabía sobre la Corte de Magos en Francia y...
—¿Mis espectros?— la luz carmesí, tocó su túnica, revelando la mascara dorada que ocultaba su rostro. Parecía al rostro de un águila. De la mascara sobresalía un pico dorado. Resguardaba un collar con una gema oscura, donde habitaban las almas corrompidas por tenebrosa magia negra.
—¿Eres de la Corte?—preguntó Sam. La burbuja permanecía impune.
El Brujo extendió su mano en ademán de pedirle algo. El amuleto voló arrancado de la mano de Sam y, veloz como bala llegó hasta la mano del brujo. La burbuja se cayó a pédazos...
Sam dio un respingo. Descubrio la manga del sueter en su brazo diestro, el tatuaje oculto era una columna de tres runas negras; abarcaba todo su brazo. Aprendió el hechizo para no cometer errores del pasado. Desplegó el puñal en forma de tinta desde las sombras de su manga.
Sí, había ido a un tiroteo con un cuchillo.
—Que mala suerte tienes chico.
—¡Mala suerte la de tus padres, cuando tú naciste!—espetó Sam... sulfuroso...Antique Obscura
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Antique Obscura Acá Está La Magia...
Fantasía"Deja que tus sueños sean más grandes que tus miedos"... -Antique Obscura. Un evento sin precedentes está a punto de comenzar, cuando nuestro mundo y el mundo de los espíritus se alineen; dando paso a criaturas únicas y aterradoras. En el remoto...