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   Calles más abajo de la tienda, en el cruce de la Calle Principal de Louisiana que iba directo al Centro. Entre los lúgubres edificios y el asfalto, se alzaba el viejo y abandonado Centro Comercial The Mold.
   La banda de papel conformada por chiquillos que bajaban en bici los sábados por la mañana hacia las laderas del pantano, a buscar sapos y hacer pastelitos con lodo; sin sospechar de la mágica actividad en el lugar.
   La oficina era un caos, un anciano revolvía sus cosas, al parecer buscando algo. Movía mesas, buscaba ferozmente entre sus maletines llenos de frascos y pociones.
   —¿Dónde está, dónde?repetía el anciano sin cesar.
   Dejando caer libros viejos de tapa dura, y desordenando anaqueles llenos de hadas, duendes y otras bestías en botellas.
   Corrodo Alrieck Gini Loe era un fiel a la Corte Mágica en Francia. Nacido en París y cultivado en conocimiento por su padre; ya difunto, en las artes místicas. Dos años mayor a su hermana y más talentoso. Escribió un par de libros en la primavera de su juventud y exmiembro de la Rama de Barrera donde fue reconocido por sus logros e innovaciones.
   Su edad era entre ochenta y ciento cincuenta años, gracias a la milagrosa alquimia. Aparentaba sesenta con su traje beige y zapatillas de cuero. Su calva empeoraba cada año, y el cabello se le desteñía a los lados. Si algo no curaba la magia es a está cabecita sabionda, decía antes de estallar en risas.
   A veces del traje le colgaba una cadena de oro, parte de un misterioso reloj de bolsillo capaz de alterar el tiempo. Lo mantenía oculto de la Corte por extraños motivos. Lo encontró en uno de sus viajes por Europa, en Alemania.
   Tenía como encomienda la búsqueda de reliquias de poder incalculable alrededor del globo, visitaba ruinas y antiguas civilizaciones con tal de preservar su conocimiento sobre lo desconocido... o al menos era lo que la Corte revelaba y la parte que él podía contar...
   Se le había asignado un escolta, lo que de verdad buscaba e investigaba podría llamar la atención de indeseados.
   Era bien dotada en la Academia, su magia era agresiva y letal. Hija menor de una noble familia cuya esencia cortaba como el filo de la muerte, y recién formada para la Rama Ofensiva, su tarea era ser escolta de Corrodo en su viaje de investigación por el mundo. Un novato estaría satisfecho para comenzar a acumular logros, pero ella estaba frustrada; porque estaba dispuesta a demostrar a su padre de lo era capaz a su edad.
   Miavkola Thalieth hija  del Cabecilla de la Rama Ofensiva Lothan Thalieth y hermana de Lathaelle Thalieth segundo al mando de está Rama. Tenía el peso del nombre en sus hombros, su madre Dulce Thalieth le enseño a ser dura y persuasiva para no mostrarse débil ante los hombres.
   ¿Qué hacían en América?, Europa fue el epicentro del viaje, y llegaron a Louisiana por la leve impresión del viejo a las historias ancestrales de los aborígenes del antiguo Louisiana.
   El verdadero secreto era un antiguo y extraño artefacto capaz de controlar las mentes de todo el mundo. Gini desconocía el motivo real de la Corte. Mantenía sus sospechas hacia los altos mandos, que trataban de crear un nuevo mundo.
   Recolectaba armas con la fachada de un viaje de investigación... Aunque el enemigo no supiera de la existencia de dichos artefacto.
   Algunos documentos en España y Francia, nombran al actual estado de Louisiana al sur de Norte América. Un diario acerca de Félipe De Andalucía, explorador del nuevo mundo.
   Había montado una expedición por el río Misisipi en 1587, en busca de oro.
   Se establecieron un tiempo para buscar recursos y conocer a las tribus indio americanas locales, muchas historias acerca de la tribu rey del río. Meses después se encomendó una exploración en la parte alta del río ("actual centro de Louisiana"), donde las otras tribus tenían prohibido el paso por extrañas leyendas sobre hombres-bestia que mataban a los viajeros.
   No hicieron caso y esa fue su perdición... Indios de grandes animascaras los emboscaron a plena luz del día, casi un centenar de españoles fue masacrado tiñiendo la tierra de rojo según Félipe... único que regresó a España... muchos indios murieron por la pólvora y plomo; cortesía de Occidente.
   Lo que Félipe desconocía, de aquella tribu inusual, que todos temían por sus poderes mágicos y ferocidad como bestias. Nació por la unión de tribus ancestrales que vivían donde nuestro mundo se conectaba con el de los espíritus, muchos poseían la magia desde nacimiento, otros por los rituales con sus ancestros que invocaban con el pilar del centro de su pueblo.
   Los Zavas, cuando ambos planos chocaban, poderosas entidades cruzaban el umbral en una carnicería. El chamán, su líder, el más viejo y sabio. Velaba por su tribu hasta sus últimos días. Eran clarividentes y poseían las antiguas artes místicas, entre sus más poderosos hechizos estaba el fuego de los dioses...
   Era verde como la espesura y sus llamas no eran corrientes, quemaron a mis hombres hasta la nada en instantes...
   Citaba un texto del diario.
   Los Zavas habían predicho la llegada de los colonos con sus costumbres, y religión lenguas anglosajonas . Imponiéndolas con pólvora y acero. No querían cambiar, estaban felices con creer en sus ancestros y no iban a dejar que eso cambiara.
   Meses después fui a una expedición con un ejercito tan grande como doscientas leguas, rodeando el supuesto campamento indio. Pero no había nadie, ni siquiera los restos del campamento... nada.
   Félipe De Andalucía fue ahorcado en 1579, por supuesto fraude ante la corona.
   —Monsieur Gini—dijo una joven con un sútil acento tras la puerta abierta.
   —Ouiaccedio Gini revolviendo libros de su estantería—, Mia... entra.
   —¿Qué busca Monsieur?preguntó Mia en francés. Su cabello azulado estaba radiante.
   —Tal parece—respondió Gini buscando dentro de un baúl—, que se escapó una de mis criaturas
   Mia lo miró sorprendida.
   —¿Cual exactamente?
   Gini la vio con sus ojos verdosos. Sus arrugas dibujaron una expresión de entusiasmo.
   —¡El millpies!—dijo. Esbozó una sonrisa.
   Los ojos azules de la chica se dilataron ante la expresión despreocupada de Corrodo, pese a la gravedad de la situación. Tal vez la vejez le allá vuelto insensato.
   —¡¿Qué?!—la exclamación escapó de su boca. Incredula—es una bestia muy peligrosa, no debería desaparecer así.
   Mademoiselle Mia, temo que estas en lo ciertoadmitió Gini. Se levantó, vagando por la oficina.
   —¿Ya encontró la botella del millpies?
   —Voy a esocarraspeó Gini. Sacó un anillo del bolsillo de su traje y, se lo colocó en el dedo meñique.
   La esmeralda del anillo, brilló con un resplandor verde junto con las pupilas de Gini.
   Esta vieja reliquia fue heredada de su madre Aniee Alrieck, antes de morir por su debilitado corazón, una trágica tarde de primavera. Ella se desplomó en la cocina frente a su hijo mayor, dándole un último beso en su mejilla, y el anillo de oro blanco en su mano. El anillo fue pasado a Aniee por su abuelo para compensar sus pocas facultades mágicas, dotando al portador de la habilidad de controlar los objetos con la mente, con la joya traída de otra dimensión.
    Levantó sus manos, y todo objeto en la sala levitó del suelo... ordenándose en un estado mejor que el anterior. Los maletines se apilaron uno sobre otro, los archivos se devolvieron a los cajones, la mesa en el suelo se colocó de nuevo en pie, y todo sobre la mesa subió arriba... Revelando bajo la mesa una botella de vidrio quebrada en el suelo.
   —Está suelto—recalcó Gini—, afuera en las calles.

Antique Obscura Acá Está La Magia...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora