Mi Otoño「Omegaverse」

XVIII

—¡ah!... no.... mng—gime sosteniéndose de la isla en la cocina.

Van tres meses conviviendo y estas situaciones comenzarón poco a poco. Dándole besos robados en cualquier momento, dándole nalgadas y hoy, por una extraña razón, estan teniendo sexo.

Inasa estaba con una idea perversa en la cabeza y su alfa interior le dijo... es tu esposo y tu compañero, ¿quién te lo impide?

Así que bien obediente a sus instintos. Lo empotra contra la isla y le levanta las caderas. Una vista perfecta de su bien formado cuerpo. Un beta de unos 30 años de edad. Lo hacen salivar.

Le abre las piernas comenzando abusar el interior de sus muslos. Tan suave y apasionado a la vez.

Lame el perineo y chupa suavemente sus testículos, saboreando cada centímetro del cuerpo de Shoto.

—¡aahh!— tratando de hablar. Inasa abre los glúteos de Shoto y comienza su labor.

Me está comiendo el culo... Shoto está perdido en su placer.

Así de sucio le gusta pensar al beta. Siente como la lengua de Inasa moja de largo, chupando y besando aquel anillo muscular que lo enloquece. Debe prepararlo.

Mete un dedo suavemente y chupa el perineo, dándole su dosis justa de dolor, repite todo esto, hasta tener 4 dedos dentro.

Siente que esa parte es abandonada y escucha sonidos forcejeo, luego la caída de una prenda y...

—¡aahh! — siente como su esfínter es violado por el apéndice alfa, siente tan bien ser abusado de esa manera.

Sabe que sus bebes vendrán en cualquier momento y eso le excita más. Inasa comienza a embestir y en cada movimiento se vierte lubricante.

Eso es nuevo... piensa Shoto

Pero cuando roza aquella parte, ya no piensa, se deja llevar y gime de placer.  El placer que le da Inasa ante sus embestidas.

Se sostiene fuerte de la mesa de granito, Inasa se comienza a mover en varios ángulos, da estocada pequeñas y rápidas. ¡oh sí!, así le gusta

—¡mi amor! — le dice y le da una nalgada, queda color rosa fuerte y hermosa a los ojos de Inasa. El alfa le alza una pierna y la hace que la sostenga. Shoto obedece.

Presiona sus caderas hacia abajo y...

—¡Maldición Yoarashi! — grita y tiembla. Le dio justo en la entrada del útero y sigue abusando de aquel lugar, una y otra... y otra vez.

Y se abre la puerta

Inasa se queda quieto y Shoto se cubre la boca con sus manos.

Se escuchan dos pasos y luego se detiene en seco. Aún está en la entrada y no se ha quitado los zapatos.

—Shoto— se escucha una voz gruesa. Es Enji— llevare a los niños por un helado, vuelvo en una hora. — se da vuelta y se va.

Después de unos segundos, siente como Inasa se endurece y crece más

—Per¡mng!... pervertido.

—Eso fue increíble— dice en éxtasis— quiero ver tu rostro cuando te vengas.

Se separa un poco, y con la misma pierna que estaba encima de la isla la voltea.

Shoto está sonrojado, sus piernas tiemblan un poco pero no caerá, Inasa lo tiene bien cogido.

Literal

Toma sus brazos que están sosteniéndolo en la encimera y los jala un poco hacia el vientre. Tocando el vientre de Inasa, Shoto esta siendo jaldo.