EL REY EN UNA DISPUTA CON LA REYNA

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Una historia, al igual que otra, sobre un reino una reina, una ideología, un villano, otra enseñanza, pero esta historia puede ser algo peculiar como las otras que se han contado.

En antaño existió un reino grande y rico, donde había un rey con su familia, su amada esposa, la reina, con su pequeña hija, futura de reina de tan deslumbrante lugar en el cual reinaba su padre. Pero no siempre todo es felicidad, en lo más profundo del bosque se encontraba una bruja malvada, que amenazó a todo el reino en conjunto con su pueblo en destruirlo si no hacían lo que mandaba. El rey tan valiente como rígido se negó y mando a los soldados, para que la mataran.

Sin embargo, este acto de matar a la bruja parte del rey le disgusto a la reina, pues ella tenía una ideología única, de la cual muchos estaban en contra, y es que para ella todas las personas son buenas desde el momento en que son traídas a este mundo, pues es la vida quien les ha pegado para que se vuelvan "malos" y hagan daño a los demás. Por lo que ordenó al rey que no lo hiciera, pero este último le contesto.

- Pero mi reina, nuestra hija nuestra hija no estará a salvo con esa amenaza
- A nuestra hija la podemos poner en un cuarto con toda la seguridad que sea posible -dijo preocupada con desesperación- ¡Pero a esa bruja no la vas a matar!¡Ella al igual que nosotros es un ser humano y sé que hay otra forma de tratar con ella! -término de decir segura y apenada.
- ¡Dile tú entonces que no nos mate, a ver si sobrevives sin usar el acero! -dijo con frustración y preocupación en cada palabra a punto de querer quebrarse.

Más tarde se encontraron en una disputa de no saber que hacer en ese momento, si hacer o elegir lo que el rey o reina mande.

- Entonces, lo haré yo -dijo con decisión la reina- si tú no deseas venir conmigo, no estás obligado, me enfrentaré sola a ella y verás que lo conseguiré
- Mi reina -dijo angustiado e hizo una pausa- me temo que poco puedo hacer para detenerte, pero espero entiendas que mis guardias no te dejare salir bajo mi autoridad -dijo poniéndole un obstáculo frente a ella- te pido que me dejes resolver esto -la miró con preocupación e hizo una pausa- por ti y nuestra hija
- Pero... ¡¿Por qué?! -sintiéndose impotente ante la situación, su voz comenzó a romperse- Aprecio tu valentía u honradez de querer protegernos, has todo lo que deseas hacer, pero solo no la mates -hizo una pausa- por favor, ya he visto mucha sangre derramada después de aquella última guerra, no quiero ver más
- Y no la verás, tu no estarás ahí, lo siento, pero muchas veces el acero es la solución -hizo una pausa- ¡Guardias!
- ¡¿Si señor?!
- Llévensela a su recámara y no la dejen salir de ahí
- ¡No!¡No lo hagas!... Por favor, no lo hagas -callo de rodillas- ¡Tú no eres así! Después de aquella última guerra tu actitud ha cambiado mucho, no lo hagas... ¡No la mates! -término de decir entre lágrimas.

Los guardias agarraron de los brazos a la reina, a pesar de que ella ponía resistencia no pudo contra ellos.

- ¡Para todo hay un límite! Y ese límite se cruza cuando se amenaza a mi familia

Ante ello, la reina dejo de poner resistencia, se puso de pie y con la mira al frente acepto su derrota.

- ... Tu ganas, pero hagas lo que hagas ten mucho cuidado, por favor, que tanto nuestra hija como yo te necesitamos
- Descuida, volveré al amanecer, las amo más que a mí pueblo aunque suene a traición
- También te amamos -dijo penosa- promete que volverás a salvo
- No prometo nada, pero te prometo que siempre te amaré hasta los últimos días de mi vida -la miro angustiado y con una sonrisa.
- Ir con valentía y no rendirse, ni dejarse derrotar ante esa bruja -dijo decidida.

Él rey volteo y comenzó a avanzar hasta el portón del reino sin volver a mirar atrás, queriendo romper en llanto, pero se puso fuerte y siguió adelante decidido que todo saldrá bien y nadie caerá, aunque de eso último dudaba mucho.

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