Eran entre las ocho o nueve de la noche, una noche fría y con mucho viento, en su recámara estaba una pequeña niña de cuatro años que se preguntaba al pie de su ventana «¿Los monstruos existen de verdad? Muchos de los adultos me han dicho que existen y que a las doce de la noche salen, que vienen a este mundo a visitarnos» sin encontrar respuesta a su pregunta se hecho a dormir. Entre sus sueños escucho una voz que la llamaba «ven Yui, quiero hablar contigo, ven por favor ven, te necesito» ella alarmada de su sueño se despierta y se dice »un sueño, me alegro» no pasó mucho de lo que pudo despertar y sonó una voz «Yui, despierta, Yui despierta,Yui...» la pequeña se volví a levantar, pero esta vez al parecer no era un sueño, ahí había una sombra: pequeña, tamaño de un niño de seis años «Yui, Yui, despierta despierta, te necesito y te necesitamos» decía aquella sombra «Quién está ahi» pregunto sin preguntar, con simple decisión «¿Eres un monstruo?» pregunto.
- ¿Monstruo? si pudieras verme te dirá que soy en realidad, de ti depende creer o deducir lo que soy para ti Yui
- Cómo es que sabes mi nombre
- Qué preguntas haces si poner pregunta a la pregunta hecha
- Yo no estoy preguntando, al sonar como pregunta viene a ser una pregunta sin preguntar, lo aprendí de los adultos ¿Tú eres un adulto?
- ¿Adulto? Yo no tengo edad, soy lo que estás viendo —hizo una pausa— y vendrás conmigo
- No te conozco para ir contigo
- Me conoces y me has escuchado muchas veces en tus sueños
- ¿En mis sueños?
- Sí, no soy tu sueño hecho realidad como quisieras pensar, soy aquel que entró en tus sueños para poder conocerte quién realmente eres
- No iré contigo
- No hace falta que lo sigas diciendo tu vendrás conmigo porque te necesito
- No te tengo miedo
- No me temas
- Dije que no te tenía miedo
- Ve conmigo y sal de tu cama
- ... Gritaré
- Nadie te escuchará, por más que grites y grites, un campo de fuerza está entre nosotros, déjame conocerte más que te necesito, no te haré daño
- Si voy contigo a dónde me llevarás
- Te llevaré a un lugar, en ese lugar tendrás que ayudarme con una pequeña plantita que está apunto de morir
- No sé si creerte
- Créeme pequeña —hizo su aparición entre las sombras— no te pasará nada mientras yo esté aquí
- ... ¿Qué eres?
- ¿Qué pienses tu que soy?, Soy lo que vez
- ... Eres una cosa
- ¿Cosa?
- Sí, porque no se qué eres, veo en ti muchas cosas que no se qué eres, así que para mí serás una cosa
- Si piensas que eso soy lo seré, ahora avamosEmprendieron el viaje. En el camino ella hacía muchas preguntas: ¿De dónde vienes?¿Qué eres realmente?¿Quienes son tus padre?¿Como te llamas?¿Cómo me conoces?¿A dónde estamos llendo?¿Cómo se llama el lugar a dónde estamos llendo?¿Ay juegos ahí?¿Qué más ay ahí?¿Tú eres el único asi?, etcétera. A todas sus interrogantes le respondí «depende de ti creer quién soy, yo soy quien tú creerás sin haberme creado» Yui no entendía lo que quería decir exactamente, pero lo que si entendía es que ya iban mucho tiempo caminado.
- Ya me cansé de caminar, quiero descansar
- No podemos, debemos de llegar
- Pero yo ya me cansé, mis piecitos me duelen y tengo mucho frío —hizo una pausa— no tengo frío —susurro— pero si hace frío, porqué no tengo frío
- Dije que no te iba a pasar nada
- Hmm... Pero mis piecitos me duelen y estoy cansada —miró hacia palo que conectaba la luz— ¿Qué es esa cosa tan brillante?
- Tenemos que seguir
- Deseo saber, es hermoso
- Vamos a descansar, pero no te acerques aya
- EntendidoTan hipnotizante era la luz que parecía llamarla «ven, te necesito, ayudame por favor, me siento perdido...» parecía decir también. Caminado lentamente se acercaba más y más a él, ya podía divisar lo más de cerca: tenía cuatro alas, emanaba un luz de color azul degradada mente, tenía una mirada confuza de no saber que mirar. «Hola, ¿A dónde miras?¿Quién eres?¿Que eres?» preguntaba, él no respondía, simplemente seguía mirando a algo que nadie podía ver o divisar. «Me llamo Yui ¿Tú cómo te llamas?¿Te puedo tocar?» seguía preguntando, levanto su manito queriendo sentirlo, saber lo que le pasaba, una parte de ella le decía «si lo tocas sabrás lo que el siente». Tan cerca, a tan solo milímetros el también levantaba la mano.

ESTÁS LEYENDO
CUENTOS
CasualeSon cuentos donde podrás ir a un mundo de: aventura, fantasía, acción, romance, entre otros. Asimismo, puedes encontrar en cada uno de ellos un nuevo lugar al que te puedes aventurar y así poder sacar tu propia conclusión o reflexión que cada person...