LOS TRES MUNDOS

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Dos reinos y cada uno controlando su propio mundo, el reino de la luz y el reino de la oscuridad... Sus combates era como el juego de ajedrez, su gente los peones; los muros, las torres; los caballos, sus tropas; los alfiles, sus guardianes y por último ellos en la cabeza de todos, la reina manejando al rey en casi todo. El reino de la oscuridad siempre perdía en sus combates contra el reino de la luz, pero un día este atacó sin avisar, el reino de la luz empezó a decaer, ¡El mundo de la luz, estaba siendo destruido! Y los altos mandos fueron imprevisto por la gente, el rey de la luz trataba de que todo se ponga en ponga en calma, para empezar a atacar.

— No sé cómo nos pudimos despistar, habíamos quedado en un acuerdo, que ninguno de los dos reinos y mucho menos los mundos, nos íbamos a atacar —se puso furioso— ¡ROMPIÓ LAS REGLAS! Ahora acaba de marcar su condena

El rey de la luz salió del salón y fue hasta el piso más alto del reino, agarró su báculo e invocó al dios que estaba en medio de los dos mundos.

— ¡Ábrete portar y muéstrame al dios!

Se abrió en el cielo un remolino mientras abajo en la tierra se seguían matando a muerte, el rey de la luz miro al cielo.

— Oh señor —se arrodilló el rey de la luz ante ese remolino.
— Que deseas rey de la luz
— Deseo hablar con el rey del otro mundo
— ¿A qué viene esa petición?
— El rey del otro mundo a rompido las reglas que fueron puestas hace un milenio y vino sin avisar sus ataques, y no solo mi reino va a colapsar, sino también mi mundo
— Será concedida su petición, pero si veo que esta pelea avanza más, mi intervención será a mano dura
— No será necesaria su intervención —dijo arrodillado, inclinando la cabeza.
— Me retiro
—... —alzó su báculo y abrió un portal hacia el otro mundo, apareciendo en la puerta del castillo del rey de la oscuridad- Eh llegado

Por otro lado el rey de la oscuridad sabía que el rey de la luz iba a llegar —lo tenía todo planeado—, por lo que tenía listo a sus soldados para que vigilarán al rededor reino.

—... —miro al rey e la luz por el balcón— A llegado —fue corriendo hasta el rey de la oscuridad—. Señor
— ¿Sí?
— A llegado
— «Lo que estaba esperando» —se dijo mirando al soldado— Abrirle las puertas, que entre y decirle que lo espero en el mismo lugar donde nos encontrábamos siempre
— Sí señor -fue corriendo y a lo lejos grito a los guardias de la puerta- ¡Abrirle!
—... —ambos abrieron el portón.
— Dónde está su rey —pregunto con voz de mando.
— El rey dijo que vaya al lugar donde se encontraba siempre con él
— Entiendo, gracias, me retiro —se voltio y empezó a caminar

— Ya tiempos que no vengo a este lugar, los recuerdos se me hacen vagos, y mi edad no me ayuda en nada, no pensé citarle aquí, pero en su mundo de seguro la mitad de su reino va a caer, el es un rey sin movimientos por estar acá y su reina no tiene a quien proteger, haré que ese reino sea mío, así no sólo podré conquistar un solo mundo, sino dos

Dos milenios atrás...

— Me gustaría poder ser igual que mi padre algún día —dijo mirando al cielo.
—... Yo estoy seguro que lo serás
— ¿Tu crees?
— Sí, tu padre es uno de los que maneja uno de los mundos, el rey de la luz y el mío el rey de la oscuridad, ambos seremos fuertes como nuestros padres —dijo animando lo—, seremos grandes líderes
— Sí —miro al lago—, mi padre me comentó que este lago puede llevarte al mundo donde está el dios de la nada, ¿tú crees que algún día podamos ir?
— No sé, que te parece si mañana lo intentamos, no creo que nuestros padres se dean cuenta
— ¿En el mundo de tu padre también hay este lago?
— Sí, mañana puedes venir a mi mundo si gustas
— Sí, iré y de ahí vamos al otro mundo, quisiera conocer al Dios de la nada
— ¿El no se molestará?
— No sé, pero me da mucha curiosidad —se levantó y empezó a saltar en el pasto—, yo quisiera poder volar, mi padre me contó que cuando eres un buen rey, te pueden llegar a salir alas
— ¿Enserio? Mi padre me dijo que eso solo pasaba si el dios de la nada te lo permitía
— Sería, como si uno se volviera un ángel... —decía con muchos ánimos
— E irse al mundo... —dijo completando la frase.
— De la nada donde solo la luz brilla —dijeron ambos mirándose cara a cara terminando la frase— sería hermoso -dijeron los dos.

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