-5 de Marzo, 10.30 p.m-
(Alec)
No sabía porque había hecho caso al consejo de Jace, si bien él lo había hecho para tomarme el pelo como siempre y mas desde que que me escribo con Magnus siempre encuentra como divertirse a costa mía, pero supongo que también pensó en que necesitaba hablar con alguien y que Magnus podía ser el indicado.
Tampoco sabía porque había hecho lo que hice en cuando vi a Magnus en la puerta pero él no me había rechazado e incluso me había abrazado y reconfortado acariciándome la espalda porque Magnus era así, amable y encantador. De risa fácil y del tipo de persona que tiene una sinceridad aplastante.
-¿Quieres un café? ¿o tal vez un trago? Jace tiene muchas bebidas si quieres... -pero Magnus corto lo que estaba por decir agitando su manos en gesto negativo
-Un café estaría perfecto -tenía una sonrisa hermosa, que me hacía sonreír hasta a mi que no era muy dado a las sonrisas y sus ojos brillaban cuando sonreía, sus ojos eran un punto aparte en cualquier descripción que pudiera hacer de él. Tenían un raro color entre verdoso y dorado, eran hermosos y enigmáticos.
-Siéntate y yo traeré el café -Antes de ir hacia la cocina, tome del bar que Jace tenía en un rincón del living una botella de Wisky, Magnus tomaba cafés exóticos cada vez que nos veíamos en la cafetería, café Cubano, Vietnamita, Marroqui, Francés, Alemán, expresso Italiano o café Irlandés como iba a prepararle ahora.
Me sentía muy simple al lado de una persona tan sofisticada como Magnus, a pesar de ser una familia muy rica de Londres nunca fui algo... muy interesante digamos, ni de mundo, apenas si he viajado a algún país en Europa y algunas ciudades de EUA... en cambio él a vivido en tantas ciudades, en tantos países y ha recorrido el mundo de punta a punta, ha tenido muchas parejas y vivido tantas experiencias. No me puedo imaginar que es lo que le llama tanto de mi ¿será algo físico? se que soy atractivo aunque yo no me veo así, la gente si me ve así. Tal vez porque soy alto y tengo buenos genes.
Volví al living donde él me esperaba con dos tazas de café la mía simple café negro, la de él con crema, azúcar y wisky y lleve también mis galletas oreo, todo en una bandeja que deje en la mesa baja de café frente al sofá.
Le entregue la taza a Magnus y tome la mía, me sonrío antes darle un sorbo a su café y sus peculiares ojos se mostraron sorprendidos
-Café irlandés... te diste cuenta que me gustan los cafés algo particulares.
-¿Esta bien? puedo hacer otro si no sabe bien... es que siempre bebes cafés algo exóticos que pensé... -otra vez corto mi monologo con un gesto
-Esta exquisito Alexander, muchas gracias -sonrió- ¿Puedo decir lo adorable que me resulta que te gusten las galletas oreo?
-¿Que tiene eso de adorable? - ¿es que pensaba igual que Jace que me gustan galletas para niños? él se rió y yo me maldije porque sabía que me había sonrojado.
-No sé, solo es adorable, tú eres adorable y a veces quiero comerte a besos pero temo que huyas y no quiero dejar de disfrutar tu compañía -Me guiño un ojo y yo sentía mi rostro arder. Como hacía para decir cosas tan cursis con tanta facilidad, yo no me animaba ni a decirle que me gustaba porque si, comenzaba a gustarme y me gustaría decírselo pero no sé como, soy un completo inútil en estas cosas o bueno en cualquier cosa que involucre socializar.
- Y bien, ¿vas a contarme que tiene tan decaído? soy todo oídos.
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-Soy todo oídos -dijo el moreno con una sonrisa en su apuesto rostro provocando que el pelinegro se ruborizara constantemente y apartara la mirada
-...Nada, no importa ya.
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Llamemosle destino
RomanceAlec es un joven británico que llega a EUA para empezar de nuevo, para liberarse de los prejuicios que lo ahogan en su hogar. Magnus es un diseñador sumamente exitoso a quien la fama y la fortuna lo han sumido en un tedio de vida. Sus vidas se cru...