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Remienda y Arruinalo. [I]

Hanna había pasado los últimos minutos diciéndole a Leyla lo que Shiva le había dicho, la castaña tan solo desviaba la mirada sin decir nada al respecto, eso por unos 10 minutos aproximadamente.

Leyla: Hanna... –Dijo por fin – Entre él y yo no paso nada y a decir verdad... Siento una extraña atracción...

Hanna: Leyla, yo no quiero que sientas la obligación de decir que...

Leyla: ¡No es obligación Hanna! —la interrumpió – con lo que dices parece que quieres que sienta que abusó de mí pero no fue así... Ya lo he visto, él fue quien me dijo que te pasará el número de Zen, también he hablado con Zen ahora que recuerdo... Tu quédate tranquila, podré ser tierna y amable pero no soy tonta, conozco lo bueno y lo malo, se lo que quiero y lo que no, te agradezco que te preocupes por mí pero yo estoy bien.

La joven castaña sonrió dulcemente y le dió un abrazo tierno a la peliverde, la cual no dejaba de observarla.

Leyla: Todo está bien ¿De acuerdo?

Hanna asintió levemente y le devolvio la sonrisa, se sentía más aliviada, al principio le había hecho feliz saber que no había estado con Zen pero después se preocupó al pensar que la habían obligado, tenía tanto sentimientos dentro de ella que ya no estaba segura de nada.

Hanna: Espera, entonces ¿lo que le dijiste a Abezi?

Leyla: Abezi y Minna me entendieron todo mal y ya no quise aclarar nada, solo lo deje así pero se desvío el tema horriblemente.

Hanna sonrió, sin duda se había entendido otra cosa.

*

Zen se estacionó a unos metros del edifico de Seiv y bajo del auto, entro a tal edifico y subió las escaleras hasta la casa del ya mencionado.
Se dirigió hasta la puerta del lugar y antes de abrirla alguien se encargó de hacerlo.

Cazzu: Zen, estás aquí... Siempre hay tiempo para ti.

La pelirroja puso sus manos sobre el cuello de Zen pero él rápidamente la apartó.

Zen: Detente, no me interesa ahora Cazzu.

Cazzu: ¿Disculpa?

Preguntó sin esperar respuesta de manera molesta, Zen se rehusó a hacerle caso.
En cambio diviso enseguida a Levi.

Zen: ¡Levi! Ven para acá.

Levi: ¿Que quieres tío?

Zen: Solo ven.

Le dijo de nuevo y se dió la vuelta dispuesto a irse, sin embargo la pelirroja no estaba contenta y lo cogió del brazo antes de que saliera completamente.

Cazzu: Está es la primera y la última vez que me rechazas.

Zen: Nos vemos Cazzu.

Se soltó de ella y salió finalmente del lugar, Levi salio detrás de él y ambos bajaron las escaleras, una vez fuera del edificio Levi detuvo el paso acelerado de Zen.

Levi: ¿Que pasa?... Oye Cazzu esta extraña... No creo que debiste rechazarla.

Zen: No me interesa, sube al auto. Ya te diré que pasa.

Cazzu se quedó observando en dirección a donde ambos se habían ido, su rostro mostraba coraje y seriedad.

Máxine: Cazzu... ¿Estás bien?

Cazzu: Claro, estoy bien no te preocupes nena, cuando llegue Seiv díganle que me llame, necesito hablar con él.

La pelirroja le sonrió a ambos peliazul y salió del lugar, ambos se voltearon a ver confundidos.

Máxine: no me gusta nada su actitud

Zero: Algo aquí no está bien, nos perdimos de algo importante.

Máxine: pienso lo mismo... Hablaré con Zen en unas horas, tu intenta hablar con Levi.

Zero: Eso no va a resultar, mejor tu habla con Levi y yo con Zen, sirve que voy a ver a Shiva, seguro que ese idiota sabe algo.

Máxine: Buah, bien... Me encargaré de Levi.

*

Cambridge: ¿A dónde va tu hermana?

Nathan: va por su amiga, se supone que saldrán a una fiesta, no debería asombrarme siempre se va.

Cambridge se encontraba en el pasillo del piso de arriba de la casa de Nathan, el chico peliblanco se encontraba recogiendo el desastre que su hermana tenía en su habitación, la castaña entro hasta la recamara y se acercó a la laptop que había encima de la cama.

Cambridge: ¿De dónde saca tantas fiestas?

Nathan: No tengo idea, va a una casi todos los días.

La adolescente seguía revisando la computadora de la chica cuando algo llamo si atención.

Cambridge: ¿Lo conoces?

Nathan se acercó hasta la pantalla de la laptop y negó con la cabeza.

Nathan: No ¿Porque? ¿Que tiene de interesante?

Cambridge: creo que lo conozco.

Nathan: Ni idea, a de ser un amigo de Rachel.

Cambridge: Amigo... ¡Agh! ¿Sabes dónde será la fiesta?

Nathan: ¿Que tienes en mente?

Cambridge: Tenemos que ir, tengo una idea.

Nathan: Se que tienes una idea... Eso es lo que me asusta.

Cambridge: Ya no te quejes, hay que ver dónde será la fiesta.

Los dos adolescentes buscaron entre las cosas de la hermana mayor de Nathan, intentando encontrar la dirección y la hora en la que se realizaría la fiesta, la foto que había visto había captado la completa curiosidad de Cambridge, no era extraño que pasará pero el joven peli blanco no comprendía que tenía de interesante aquel chico de cabellera negra, que en la foto se encontraba fumando mientras pensativo veía en dirección contraria a la cámara.

Cambridge: ¡Bingo! Ya se a dónde iremos.

Nathan: Esto es una pésima idea.

Cambridge: Calla, todo saldrá bien.

Ambos salieron deprisa de la habitación y fueron hasta la alcoba del chico, aún faltaba una hora. Tenían que prepararse.