[II]

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Zen: Shiva dijo las cosas mal, ella lo mal entendió y...

Levi: ¡Maldita sea Shiva! ¿Crees que...?

Zen: ¿Lo haya entendido todo mal? Obviamente, todos lo hicimos Levi, tu actitud se veía muy decidida a eso.

Ambos chicos aún se encontraban encima del auto, una vez se subieron se alejaron lo más que pudieron del edificio de Seiv. Zen se había estacionado frente a un parque de béisbol, la noche era fresca, las luces de las farolas se reflejaban en los charcos que se habían formado en el campo, la lluvia seguía cayendo de manera armoniosa mientras los dos jóvenes charlaban.

Levi: Ya se, solo te quería fastidiar pero después la actitud de Cazzu ya no la pude controlar y preferi fingir que lo haría.

Zen: ¿Que? No me digas que estás enamorado.

Levi: No, no es eso, solo no quería tener que lidiar con ella.

Zen: Vale pero... Levi, la actitud que tomaste no fue mejor. Por cierto ¿Porqué dijiste que no debe rechazarla? ¿Crees que estaré con ella después de todo lo sucedido?

Levi: No, solo que esta a la defensiva y ya te lo dije, prefiero no lidiar con ella.

Zen: Algo me dice que tiene que ver contigo.

Levi: ¿Por qué dices?

Zen: Yo no he salido de mi casa, y si lo he hecho no hice nada interesante.

Levi: Pff bien, me vio hablar con la chica... Leyla. Me encontré dos veces con ella pero no fue nada, tan solo la moleste un poco y eso, ya sabe lo normal.

Zen se quedó serio por unos segundos, observo que Levi parecía estar un poco irritado, era normal de él sentirse así pero esta vez le parecía raro.

Zen: Cazzu no es tu dueña, de ninguno de los dos.

Levi: Ya lo sé pero te dije... Es otra cosa ¡Buah! Como sea no te importa.

Zen: De acuerdo ¿Seguiras en casa de Seiv?

Levi: No, iré a una fiesta de un colega, has una aparición ¿Quieres? Habrá alcohol, mujeres...

Zen: Y drogas... – lo interrumpió.

Levi: Quizá pero yo no me drogo.

Zen: Lo sé, eres así de imbécil por naturaleza.

Levi sonrió levemente y negó con la cabeza, enseguida abrió la puerta del auto y antes de salir.

Levi: Nos vemos Zen.

Finalmente salió y comenzó a caminar, siempre solía andar a pie con demasiado dinero encima, no le preocupaba que lo asaltaran porque al fin y al cabo tenía más.

*
Hanna: Se suponia que tendríamos una reunión pero no podía dejar todo de lado, eras tú Leyla.

Leyla: Eres muy linda Hanna pero yo estoy perfectamente bien, deberías volver con ellos.

Hanna: No, es decir, ni siquiera sé dónde vive y dudo mucho que sigan allá, así que no importa... ¿Te puedo preguntar algo?

Leyla: Eh... Sí claro.

Hanna: ¿Cómo es que no le tuviste miedo nunca? Es decir a ese chico, Levi. A mí me hizo sentir mal cuando hizo lo que hizo y eso que no fue mucho pero tú... No lo sé, quizá soy muy cobarde.

Leyla: No creo que eso tenga que ver, no sé cómo explicarlo Hanna pero... Creo que es por la atracción, mis emociones están muy extrañas desde ese día, él apenas abrió la puerta y yo... No lo sé, ese chico es...

Leyla se quedó sería por unos segundos, observaba sus manos mientras que Hanna la observaba a ella con confusión, no lograba comprender a que se refería y tal parecía que ni siquiera Leyla lo comprendía.

Hanna: Te gusta...

Leyla: No creo que sea eso, solo no me molestó nada de lo que sucedió, una parte de mi sabia que no lo haría aunque esa chica si que... Ella por un momento me hizo dudar.

Hanna: ¿Chica?

Leyla: Si, habían dos pero solo una se quedó, la llamaban Cazzu.

Hanna: Cazzu... Shiva la menciono pero no me imaginé que fuera mujer...

Leyla: Bueno, estaba ella y la otra de cabellera azul.

Hanna: La de cabellera azul la vi la primera vez que me encontré con Shiva, cuando me di cuenta que Zen era... Pues Zen.

Leyla: La otra es pelirroja, en cuanto me vio me insultó, no se que le pasa pero todos hicieron lo que ella les decía, excepto Zen a él lo tuvieron que esposar.

Hanna: No comprendo... ¿Que clase de personas son?

Leyla: No lo sé y no debería importarnos, quizá no deberíamos involucrarnos más... He estado pensando mucho en eso.

Hanna: Tienes razón, quiza sea lo mejor... B-Bueno tengo que irme, me vería con Minna y Abezi, iríamos a...

Leyla: Fingire que no me mientes.

Hanna: Lo siento, te lo compensaré.

Leyla: De acuerdo.

La castaña sonrió dulcemente mientras se despedía de la peliverde, Leyla se quedó en el pórtico hasta que Hanna salió del patio, pues esta última había empezado a correr por la lluvia, Leyla se había ofrecido a llevarla pero Hanna no acepto, prefería que se quedará en casa, además solo era agua, no la iba a matar.

Zen: ¿Hanna?

La joven se detuvo al escuchar su nombre, a lado de ella se encontraba un automóvil, apenas podía divisar a Zen ya que el agua le caía constantemente en los ojos y le obligan a entrecerrarlos.

Hanna: ¿Qué haces aquí?

Zen: Vivo en esa casa. - Le apunto detrás de ella. - Vamos entra, quiero hablar contigo, después te llevaré a casa.

La cochera de la casa de Zen estaba abierta, el pelinegro metió el auto y salió de este para que Hanna entrara, ya que se había quedado afuera.

Ambos entraron a la casa, él enseguida fue por una toalla y se la entregó, Zen se sentó en uno de los sillones y la invitó a hacerlo, La peliverde se sentó frente a él con la toalla en el cabello.

TCDRDonde viven las historias. Descúbrelo ahora