Du

16 4 0
                                    

Black es un idiota. ¿Qué por qué? Por hacerme pensar. Lo sé, suena estúpido por mi parte decir algo así porque no tiene ni pies ni cabeza.

A lo que me refiero es... Que Black me hace sentir impotente, no puedo hacer nada por cambiar todo lo que me hicieron Lucy y sus amigos, si es que se les puede llamar así, cualquiera diría que realmente estaban con ella por miedo. Y no porque Lucy fuera fuerte o dura, sino que lo suyo era usar las influencias que tenía.

Su familia siempre había tenido mucho dinero, una casa con la que mis padres no habrían podido ni soñar, hasta su perro debía de costar miles.

Fuera de bromas, Lucy tenía dinero y un motivo por el que asustar a los demás alumnos. La ocupación de sus padres era un misterio, algunos decían que tenían un título nobiliario en Europa -que tampoco lo creo, ni ellos tienen tanto dinero-, que trabajaban con una mafia de contrabando que les pasaba droga a EEUU -por si lo estabas dudando si, soy canadiense- o cualquier otra historia poco verosímil.

¿Cómo es posible que no me atreviera a hacer nada? Lo único que me daba miedo era el posible castigo por parte de: mi instituto, mis padres, los de ella y sus "amigos". Aunque realmente lo que más tenía era decepcionar a mis padres, meterme en una pelea y hacerlos sentir avergonzados, eso haría que tuvieran que pedir perdón a la rica familia de Lucy.

El rumor de la pelea se habría extendido y todo el pueblo sabría lo que había ocurrido, la gente era cruel y se lo recordarían a mis padres en el trabajo.

Y eso si que no podrían aguantarlo, mi madre trabaja como enfermera en un hospital, siempre está de un lado a otro y esto le da mucha ansiedad, si además a esto le añadiéramos los cuchicheos de sus compañeros sobre cómo se habían tenido que disculpar por mi comportamiento... No habría podido seguir trabajando allí.

Mi padre, por otra parte, es pintor. Sí, tal como está escrito, pintor. No de la misma forma que el que pinta las paredes de una casa por dinero, sino el artista que usa pinceles en lugar de brochas para crear una historia. Le apasiona su trabajo, por supuesto, pero rara vez vende sus cuadros, por eso tiene un trabajo estable en el centro del pueblo. Básicamente, trabaja en una pequeña tienda como único empleado, tiene mucho tiempo libre en el trabajo, por lo que siempre se distrae haciendo bocetos. Debe de tener en su cuaderno decenas de dibujos de la estatua del fundador del pueblo.

Ambos aman sus profesiones, pero si les añadieran el peso de lo que hice...

No quiero pensar en ello, de modo que me pongo en pie, decidida para poder hacer un movimiento, para no quedarme de nuevo paralizada ante la realidad. Ahora que puedo hacer algo para cambiar esta nueva realidad abierta ante mí debo hacerlo, no solo por mí, sino por Black, para que no pierda las esperanzas que ha puesto en mi persona. 

Y ya no debo hacerlo solo por mí, por salir del callejón oscuro en el que Lucy me tenía atrapada. Ahora estoy sola, de noche, en una gran ciudad oscura, sin un objetivo claro o, al menos, posible. ¿Derrotar a una reina, que es hija del asesino de mi madre? Eso son palabras mayores, tan mayores que me quedan grandes. Esa reina no es como Lucy, estoy segura de que esto no será tan sencillo como escupirle unas palabras a una adolescente adinerada, nunca es fácil cuando se trata de derrotar a alguien con más poder que el propio, pero desde siempre ha sido prácticamente imposible para una adolescente de dieciséis años vencer a una mujer de la realeza en un lugar que tan siquiera conoce.

Es prácticamente surrealista, pero si voy a hacerlo debo entrenar el cuerpo y la mente para tener la más mínima posibilidad de éxito. Sin embargo, estoy segura de que hay alguna forma de hacer las cosas más rápido, de darme la oportunidad de acabar cuanto antes y así poder volver con mi familia tranquilamente. Si progreso a gran velocidad seguro que puedo volver cuanto antes a casa.

Totalmente decidida a volcar mis energías en esta empresa, salgo de la cocina para acercarme a Geofrey el maniquí en la sala de entrenamiento, tomando una espada de entrenamiento.

-Volvemos a vernos, viejo amigo, esta vez estoy preparada para todos los golpes que vayas a darme o, al menos, los que consigas darme, porque voy a luchar sin tregua, muñequito.

En cuanto veo que Geofrey se pone en guardia sonrío decidida, imitando su posición, determinada a entrenar con él toda la noche si es necesario.

Revelación (Las Crónicas Del Reino de La Gema Oscura)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora