La vida resultaba muy tranquila para Satou y Kurumi, era genial no tener que entrenar diariamente porque había un enemigo siempre al acecho; la DEM fue derrotada y con eso todos sus planes fueron arruinados. Todos podían vivir en paz en ese sentido, pero tenían que seguir aprendiendo y jugando su papel en la vida.
Ahora que habían decidido tener un bebé y así formar una familia, tenían sus mentes ocupadas y a veces, divagando en medio de sus tiempos libres, trabajo y tareas del hogar.
Formar una familia era un regalo que Kurumi quería darle a su esposo, ya que la había perdido a tan temprana edad. Y por esto mismo, Satou pensaba mucho en su infancia, en su enfermedad y en si él podría ser un buen padre, aunque a este casi nunca lo veía.
Por otro lado, Kurumi pensaba en todo lo que tendría que hacer para cuidar al bebé, ella no era una experta, pero intuía en que su pareja tendría muchas preguntas y de seguro le pediría ayuda a ella. Le causaba gracia y cierta ternura que en esto sí que aprendería desde cero.
Sin embargo, el proyecto familiar estaba atrasado, ya que Satou había hecho llorar a su esposa la primera vez, así que había tomado ciertas excusas como que estaba cansado o que simplemente no quería hacerlo, todo para no volverla hacer sufrir.
Aún así, el simple hecho de haberse acercado tan íntimamente y por el deseo de querer tener un bebé, cambió las cosas entre ellos.
—Anata, bienvenido a casa —dijo Kurumi, sentada en la sala, con una pequeña sonrisa.
—Ahh, estoy de vuelta y tarde... Perdón, Kurumi-chan... —dijo con los ojos cansados y una voz algo pesada—. No me esperaste para cenar, ¿o sí? Porque te avisé que no podría llegar a tiempo. No me esperaba las horas extra...
Kurumi vio que realmente estaba cansado e inconforme por no poder estar ahí; ella lo supo desde que le llamó, ahora mismo solo podía sonreír.
—No te preocupes, no te perderás de nada, me comí un helado mientras te esperaba, también vi una película, pero ahora podemos cenar juntos.
—¿Qué? Pero es muy tarde, son casi las diez y tenemos que ir a trabajar mañana también, es malo dormir con el estómago lleno, Kurumi-chan, de hecho, a esta hora ya deberíamos de estar durmiendo y... ¿Uh?
No siguió hablando y parpadeó un par de veces cuando Kurumi le tapó la boca con un dedo, hizo una sonrisa linda, con un sonrojo en las mejillas. El hombre joven se sonrojó también y agachó un poco la cabeza.
—Jiji, eres lindo y un buen chico. —Acarició su cabeza suavemente y luego lo abrazó.
«Kurumi-chan». Pensó al cerrar los ojos, todo su cuerpo estaba cálido, la rodeó con sus brazos y acarició su cabello suelto, este tal vez era un detalle pequeño, pero muy importante, Satou era muy feliz en estos momentos.
—Realmente solo quiero estar contigo, Kurumi-chan, pero esta vez no pude irme, la próxima vez no será así. —Ella lo abrazó con fuerza y se acurrucó en su pecho con una sonrisa de paz—. Ah...
—Espero que sí, ¿sabes? Cuando me abrazas de esta forma, es algo tedioso porque lo haces todo el tiempo, todos los días, pero...
—Lo siento.
—Pero me hace muy feliz —dijo tranquilamente y con un sonrojo en las mejillas, él abrió un poco más los ojos—. Sé que lo haces porque siempre quieres estar conmigo, realmente eres un maniático de los abrazos, Anata.
—Eh, pero no lo puedo evitar... Tal vez es porque mi madre me abrazaba mucho antes.
—¿Oh? —Ella sonrió con leve malicia y se separó un poco de él para tomarlo de las mejillas, sus ojos brillaron—. ¿Y qué abrazos te gustan más: los míos o los de tu madre?
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Amor Inocente
FanfictionFanfic especial tipo secuela de "Guía para enamorar a un espíritu". Después de que la DEM es derrotada, la paz por fin reina para las vidas de Shidou y los espíritus, años han pasado de esto y ahora viven vidas tranquilas y normales, teniendo proble...