De visita

154 4 0
                                    

Las tazas de café estaban humeantes cuando llegaron a sus mesas, el aroma llegó a sus narices, pero a sus mentes no causó impacto. De hecho, acostumbraba a rellenar las tazas con cubos de azúcar, una vez tenía la taza en su poder, pero esta vez no necesitaba la azúcar para sonreír ni para sentirse despierta en la conversación.

Sin las ojeras, sus ojos azules resaltaban y eran más brillantes, aunque no había comparación con el brillo de felicidad que el joven hombre tenía ahora.

Reine escuchaba atentamente lo que el joven hombre decía sobre el embarazo de Kurumi, con cierta vergüenza y timidez nunca antes observada, Satou contó los extraños cambios naturales de su cuerpo al ver la desnudez de su esposa. Esto la tomó por sorpresa, pero no pudo evitar soltar una leve risa ahogada.

Incluso si estaban en un lugar público como para andar hablando de sexualidad, siendo ambos adultos, no importaba.

—Reine, no es divertido, no fue divertido... —dijo al agachar un poco la cabeza y sonrojarse de inmediato al recordar las cosas excitantes que hizo con su esposa—. Kurumi-chan usaba frases que nunca había escuchado, tuve ganas de investigarlo, pero eso fue peor...

Algo que ella explicó se llamaba "juego previo", aunque no entendía cuál era el juego en toda esa situación, aunque ciertamente ella parecía divertirse.

Reine no pudo evitar seguir riéndose en voz baja, era genial ver a este espíritu masculino como una persona normal, al mismo tiempo, seguía siendo Satou Matsuo.

—¿Peor? ¿No lo disfrutaste, Satou? Kurumi te ama mucho, incluso si su forma de demostrarlo es un poco extraña y confusa. Estoy segura que te sentiste asustado —dijo con una sonrisa y bebió entonces de su café, pero tuvo ganas de escupirlo porque no tenía azúcar, así que empezó a rellenar su taza.

—Sí, fue peor, vi muchas cosas raras y algunas asquerosas... —dijo al recordar esa extraña palabra llamada "felación", le dio escalofríos pensarlo, incluso si todo el mundo decía que eso se sentía bien—. Las bocas no deberían usarse para hacer eso...

—Entiendo, Satou...

—Lo bueno es que Kurumi-chan no insistió en hacer esas cosas —dijo aliviado, Reine se quedó estática por unos momentos—. Estoy bien solo con hacerle el amor, pero Reine, mi cuerpo no ha vuelto a ser el mismo después de eso... Y ahora que Kurumi-chan está embarazada, no tengo por qué hacerlo más, ¿verdad? Pero mi cuerpo... Lo que siento, no lo puedo detener.

Declaró con determinación, Reine terminó sonriendo con los ojos cerrados, realmente mucha de su inocencia seguía intacta, así como no tenía vergüenza alguna de decir abiertamente, en un lugar público, que no podía resistirse al cuerpo de su esposa, aunque él lo veía de otra forma.

Eso era bastante bueno, si pensamos en la fidelidad.

—Bueno, sobre eso... —Después de dar un sorbo de café azucarado, continuó—: Satou, realmente puedes hacer eso cuando las condiciones se den, es decir, cuando ambos estén dispuestos, por decirlo de alguna forma. No es solo para hacer bebés.

—Sí, eso me dijo Kurumi-chan, pero... No es que yo quiera hacerlo, Reine...

«Oh, entiendo, Kurumi debe incitarlo, de seguro lo ha hecho en todo este tiempo, tal vez desde que Satou descubrió el erotismo que cualquier persona posee, tal vez es por eso que no la rechazó».

—Satou, realmente estoy muy feliz porque tengas un bebé. ¿Tenías muchas ganas de tenerlo? —Él asintió con la cabeza.

«Sí, por eso no le negó nada y ahora que por fin está embarazada, Satou no sabe qué hacer con las sensaciones de su cuerpo. Pero mientras Kurumi esté así, no podrán hacerlo hasta después de un tiempo».

Amor InocenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora