Amor Inocente

Vergüenza

Satou había dormido en su lugar favorito, los pechos de Kurumi ahora eran más grandes, pero seguían siendo bastante suaves, además de que fue un poco diferente a otras noches, el corazón de ella estaba bastante acelerado, normalmente era él con esos ritmos cardiacos, pero que ella estuviera así, le hizo feliz y se durmió fácilmente.

Por otro lado, Kurumi durmió felizmente, Satou con su inocencia había frustrado todos sus planes, pero no podía estar molesta con él, era demasiado lindo, solo tenía ojos para verla de una forma romántica y emocional, no con deseos carnales, pero no era tan malo si le hacía así de feliz.

Como cualquier otro día de trabajo, Satou se despertó temprano y aunque no quería, se alejó de Kurumi para moverla suavemente para despertarla, el cabello de ella estaba un poco levantado, así como el de él, aunque como estaba corto, no era tan llamativo.

—Kurumi-chan, ya es de día —dijo al moverla un poco más, ella terminó sentándose en la cama, uno de sus tirantes cayó por su brazo, dejando casi uno de sus pechos al descubierto, Satou le acomodó su ropa mientras ella se tallaba el ojo—. Me bañaré primero, lo dejaré listo para ti.

—Gracias, yo haré el desayuno, lo tendré listo para cuando salgas —dijo ya completamente despierta, así que ambos fueron a hacer su parte.

Los días de trabajo eran siempre así, Satou despertaba a Kurumi, ella preparaba el desayuno para ambos, cosas que no tomaran mucho tiempo, para que pudieran desayunar juntos, puesto que él se iba primero ya que su trabajo quedaba algo lejos del departamento y no tenían auto.

El hombre ahora tenía 23 años, llevaba cerca de dos años trabajando para una empresa, siendo un asistente administrativo, trabajando de ocho de la mañana a tres de la tarde, con una hora para almorzar, era un trabajo sencillo, pero de constancia y de organización. Él era muy dedicado a eso, pero entre más alto fuera el nivel, más tiempo tendría que estar en el trabajo, y no quería alejarse mucho de Kurumi, ella estaba por encima de todo.

Kurumi siempre fue mayor que él, ahora tenía 25 años y de trabajar a medio tiempo, ahora trabajaba a tiempo completo en una café maid, se había acostumbrado a ese trabajo y no era malo atender a las personas, pero era un trabajo pesado, pero con un horario más flexible de nueve de la mañana a dos de la tarde, para después tener cambio de turno, así ella podía descansar, aunque había días en los que tenía que estar ahí por jornada completa, por cubrir a otra persona.

Satou se estaba abotonando su camisa color vino cuando Kurumi entró al cuarto, él no quitó la mirada del espejo y terminó con la camisa para ahora acomodarse la corbata oscura.

—Ahora voy, solo dame un momento... —dijo al intentar hacerlo rápido, pero a medio camino se olvidó de cómo se apretaba el nudo ahora, Kurumi rio ligeramente.

—Tranquilo, tenemos todo el día.

—Eso no es cierto —dijo apresuradamente, pero ella se acercó para ayudarle y terminar con el trabajo—. Gracias.

—Ara, ara, dos años y aún no sabes hacer eso bien, realmente eres muy simple.

—Son pocas veces y ni siquiera me gusta usar corbata —dijo con leve decepción, ella le quedó mirando y sonrió.

—Pero te ves muy bien, Anata.

Satou sonrió y estuvo a punto de decir gracias, pero ella habló primero.

—De seguro que haces que más de una se fije en ti —dijo con una sonrisa extraña, se acercó a su rostro y ladeó la cabeza con una mirada que Satou no sabía qué significaba, pero era algo directa—. Pero recuerda que yo soy tu esposa.