—Ey —Bree llama mi atención —, tienes que comer.
—No quiero —hago un puchero.
—¿Segura que tienes 22? —vuelca los ojos, molesta.
Justin llega a mi lado y deja el sándwich junto al café en frente mío.
—Come, Leah —dice él, mirándome.
Deshago mi puchero y hago una mueca.
—¿Me lo darás tú?
—Estás grande.
—Tú eres mayor que yo —le saco la lengua.
—Ag, ya.
Toma entre sus manos el sándwich y lo acerca a mi boca, yo lo muerdo y él ríe.
—¿No te da vergüenza que te esté dando la comida yo?
—Mm, no —sonrío—. Dame más.
Él la vuelve a acercar y lo muerdo.
—Mike, ¡despierta! —escucho que le dice Bree a su novio.
Suelto una carcajada.
—Está muy borracho —digo aún riendo.
—Ah, ¿tú no? —Justin alza una ceja.
—¡No! —me dan ganas de vomitar—. Uh, necesito un baño.
Me paro de un salto y con ayuda de Justin camino hasta al baño, él entra conmigo y afirma mi cabello mientras yo boto todo lo que tenía mi estómago en el váter.
—¿Hace cuánto no salías?
—Desde que me embaracé —respondo, después de lavarme la boca.
Un frío llega de golpe a mi, yo me envuelvo con mis brazos.
—Ven —con su brazo me acerca a él y me rodea.
Así salimos hasta dónde están los chicos. Tomo el café dejando de lado el sándwich y observo a Bree que está con una cara de culo universal.
—¿Qué pasa? —le pregunto, curiosa.
—¡Están borrachos! —espeta—. ¿Cuántos años tienen?, parecen bebés. ¡Dios!
Le miro arrepentida.
—Ya, estoy mejor —me defiendo en un susurro.
—Ya, cuéntame otro chiste a ver si me río.
Justin aún mantiene su brazo alrededor mío y no hago nada por quitarlo de ahí ya que tengo frío.
—¿Vamos?, son las 03:16 —habla Justin.
Mi mejor amiga despierta a Mike, que está durmiendo. Éste se levanta y ambos se acercan a nosotros, salimos del café y caminamos lentamente al club en el que estábamos anteriormente.
Le hago una seña a Justin para que se agache a mi altura y me acerco a su oído.
—Tengo mucho frío.
