Dejo a Isabella en su silla para niños, abrocho el cinturón de seguridad y cierro la puerta. Abro la puerta delantera del copiloto, me siento y cierro la puerta, para esperara a que Justin llegue -está ocupado, por el tema de su estadía-.
-Mamá, ¿Jace? -escucho su vocecita.
-Está en casa -respondo, mirándola.
-¿Y por qué no está aquí, con nosotras?
-Porque quiere dormir -le sonrío, para tranquilizarla. Ella asiente, con una sonrisa.
Veo la hora en mi móvil. 23:01. Es tarde, Isabella duerme a las nueve. Me sorprende que no haya pedido su leche, ya que generalmente la pide un rato luego de acostarse.
Veo a Justin por la ventana. Frunzo el ceño, al verlo muy serio.
Entra, se sienta y cierra la puerta un poco más fuerte, mueve la llave y empieza el trayecto hacia no sé dónde. Aún no me ha dicho dónde es que vive, pero no le he tomado importancia.
Quince minutos después ya está girando hacia el estacionamiento subterráneo del hotel.
En todo el trayecto ha estado en silencio, no me ha dicho nada. Y no sé porqué, aunque algo me dice que es relacionado con Jace. Espero que no.
Bajamos del coche, voy por Isabella y la saco de su silla, la saco en brazos y cierro la puerta con mi pie. Voy detrás de Justin, que ni siquiera me ha mirado. Sólo le sigo.
Suspiro, un poco aburrida de su comportamiento.
Entramos al hotel, subimos al ascensor y él aprieta un botón.
-¿Pasó algo? -pregunto, mirándolo.
Él me mira, molesto.
-¿Debería pasarme algo?
-No, pero...
-Nada. No me pasa nada.
Trago fuerte y lo dejo así.
Las puertas se abren, vamos por el pasillo hasta llegar a la puerta 23. Él, con una tarjeta, la abre y nos deja pasar primero. Cierra la puerta y se va, entrando a una habitación.
Bajo a mi hija, dejándola en el suelo y le saco su abrigo, su bufanda y esto lo dejo en un sofá siguiendo con mi abrigo que lo dejo encima de la ropa de Isabella. Su mochilita la dejo encima también y ella se sienta en el mismo sofá.
-Mami, tengo sueño -me dice, refregando sus ojitos.
Me acerco a ella y me agacho a su altura, apoyando mis manos en sus piernas.
-¿Quieres tu leche?
-Sí -sonríe, pasando sus bracitos por mi cuello. Le doy unos golpecitos en su espaldita y ella se separa.
-Hija, ¿me esperas un ratito? Iré a ver a Justin.
-Síp. ¿Puedo ver monos?
-Ten -le doy mi celular, ella lo desbloquea y busca sus monos en youtube.
Bastante inteligente.
Me pongo en pie y voy hasta la habitación en la que entró Justin. Entro, encontrándome con él. Está sentado en su cama, apoyando su cabeza en sus manos.
Cierro la puerta y me acerco a él, me siento a su lado y pongo una mano en su espalda.
-¿Estás bien?
-Eso debería preguntártelo a ti -levanta su cabeza para mirarme-. Hablé con Jace. Me dijo todo lo que te había dicho, se veía bastante arrepentido.
-¿Ya?
-Sí. ¿No deberías volver con él?
-No...
-¿Qué?, ¿me vas a volver a mentir?
Frunzo el ceño, perdida.
-Eh, ¿qué me estás queriendo decir? -pregunto-. No te he mentido, al menos que yo recuerde. Así que, ¿me dirás a qué te estás refiriendo?
-Jace me dijo que le dijiste que no estabas enamorada de mi, que sólo lo hacías por Isabella. Y... está bien, ¿sabes? Pero lo de ayer, ¿qué fue?, ¿sólo fueron besos?, ¿una noche?
Cierro los ojos, pensando en mis próximas palabras.
Estúpido Jace, ¿por qué no le dijiste la verdad?, me pregunto mentalmente.
-No, Justin. No. No fueron solo besos, lo fue todo. No sólo fue una noche cualquiera -acerco mis manos a su cabello para acariciarlo-. ¿Crees que todas mis noches son iguales?, no. Contigo todo es distinto.
Cierro un poco la distancia entre nuestras piernas, quedándome muy a su lado.
-Le dije que no estaba enamorada de ti, pero al final terminó dándose cuenta de que era mentira y al final le dije que sí. Que estoy enamorada de ti. Que sigo enamorada de ti, a pesar de todo.
-¿Entonces estás aquí conmigo porque quieres?
-Dios, sí. Estoy aquí, contigo, porque quiero. Pude ir con Alice, pero aquí estoy.
-¿Me amas?
-Te amo.
-También yo -me da un piquito.
-Ahora..., ¿por qué debería volver con él?
-Bueno..., aparte de que creí que no estabas enamorada de mi, me dijo que sí habían discutido. Y lo vi bastante arrepentido.
-Justin, no volveré con él, por ahora. No quiero verlo.
-Estoy seguro que no quiso discutir contigo.
-Es que, hubiese sido distinto si sólo hubiésemos discutido, eh -ruedo los ojos-, pero no fue así. Me ofendió. No quiero verlo.
-¿Te ofendió? -asiento-. Se saltó esa parte -espeta-. ¿Qué te dijo?
-Ya fue. Debo ir con Isa...
-Dime.
Me levanto de la cama, pero no alcanzo a caminar porque él me vuelve a sentar.
-Dijo que cuando te des cuenta de que aún sigo enamorada de ti, te mandarías alguna cagada -me encojo de hombros, quitándole importancia.
-¿Sólo eso? -une ambas cejas.
No me cree.
-O me embarazaría, porque no me costaba mucho abrirme de piernas -termino de decir, por fin.
Su pecho se infla, a causa de su respiración y se levanta, yendo a la puerta.
-¿Eh?
-Iré hasta dónde el. ¿Me esperas?
Voy hasta él y le agarro ambas manos, deteniéndolo.
-No, no irás a ningún lado. Sólo fue un estúpido comentario.
-Que te dolió, ¿o me equivoco? -niego.
-Pero ya fue.
-No puedo permitir que te trate así, Leah. Te embarazaste porque fue un descuido, sí. Pero fue porque nos amábamos, no porque tú quisieras abrirte de piernas.
-Eso lo sé -acaricio su mejilla-, lo sabemos.
-Quiero aclarárselo.
-No, déjalo. Quédate con nosotras, ¿si? Quedémonos juntos como una familia.
-¿Lo seremos algún día?
-Lo somos. No estamos juntos, pero lo somos.
Posa sus manos en mi cintura y me acerca a él, junto con sus labios y me besa tiernamente.
-Te amo, Leah. Muchísimo.
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