—¿Salieron como la familia feliz? —pregunta, sarcásticamente.
—No.
—¿Entonces?
—Él iba a salir con Isabella y él me propuso que los acompañe, porque ella sólo lo ha visto un par de veces. Y obvio no pude decirle que no.
—¿Y él por qué iría con ella?
—Es su papá, duh.
—Sí, pero es pequeña aún, ni siquiera sabe quién es él.
—¡Dios!, aunque sea pequeña sí puede y pienso hacerlo pronto.
—¿Es en serio, Leah Clyde? —suelta una risa—, no puedo creerlo. Después de el daño que te hizo...
—Isabella sí tiene derecho a saber que tiene un padre, Jace. Los errores de Justin no tienen nada que ver con eso.
—¡Él te dejó aún sabiendo que estabas embarazada!, ¡¿y dices que es su hija?!, ¡la desconoció!
—¡Lo sé! —grito, furiosa.
¿Cree que no lo sé?, ¡lo viví en carne propia!, sé que nos dejó, que me dejó embarazada, pero no puedo negarle un derecho. El llegó ahora porque él lo quiso así, confío en él y sé que el quiere que ella sepa que es su papá.
—¡¿Y entonces?!
—¡Es su derecho!, ¡no puedo negárselo!
—No te entiendo, Leah —dice bajando un poco el tono de voz.
—No tienes que entender nada, esto no es sobre ti.
—No, no lo es, pero eres mi novia. ¿Crees que me gusta que mi novia y su ex pasen tiempo juntos?
—Esto no se trata sobre si te gusta o no, Jace. Se trata sobre que Isabella necesita a su papá y si con mi presencia ella se puede acostumbrar a estar cerca de él, lo haré.
—¡Es tu ex!
—¡Deja de gritarme! —hablo de igual forma—. Lo sé, lo sé, pero es por Isabella, entiéndelo.
—No puedo. No puedo. No puede ni entrará a mi cabeza que debas pasar tiempo con tu ex por tu hija, ni cómo es que le dejaste que se haga el papá del año —es lo último que dice antes de irse a la habitación.
Me siento en el sofá y llena de impotencia y tristeza, me agarro la cabeza entre ambas manos y ahogo un sollozo.
¿Por qué Justin tuvo que llegar en el momento en el que sentí que por fin mi vida iba “bien”?.
Nunca había discutido tanto con Jace, siempre discutíamos por estupideces —más que nada—, pero hoy se desató su furia y... por una parte lo entiendo; soy su novia, pero por otra parte; no tiene que gritarme de esa forma.
Voy hasta la habitación de Isabella después de apagar la luz en la sala y me acomodo a un lado yo. Acaricio su cabello castaño que cae en su frente, repaso su rostro; sus pestañas, sus ojos, su nariz, sus labios, su pequeña frente.
—Te mereces un papá, pequeña —susurro, contemplándola.
Mi móvil que está en mi bolsillo trasero vibra, así que lo saco y veo que es mensaje, de Justin.
¿Estás?
Suelto un suspiro. Respondo.
Sí.
Vuelvo a bloquear el móvil y lo dejo encima de la mesita de noche. Salgo de la habitación y voy a mi habitación en busca de ropa. Jace ya está durmiendo.
