Fi n a l

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Luego que el camión impactara contra el auto, éste comenzó a darse vueltas y vueltas, el costado del conductor quedó totalmente desecho, el costado del acompañante se abolló en un extremo logrando dejar inmóvil a Abba. Castian antes de cerrar los ojos sólo podía ver a su amada sufriendo y sentía una inmensa culpa, no la escuchó y rompió la promesa de nunca manejar ebrio. Sobre todo, estaba dirigiéndose al final y lo último que había dicho fueron groserías. Perdió la consciencia debido al dolor que le causó el impacto, el mínimo movimiento que hacía le provocaba un dolor agudo espantoso, él sabía la gravedad del asunto y sabía que todo era su culpa. Abba, por otra parte, aún seguía consciente, dolores en el cuerpo y sangrado proveniente de su cabeza, pero lo que más le preocupaba era que no sentía las piernas. Ella sabía lo que estaba ocurriendo, sus piernas no se encontraban dormidas, ya sabía y se estaba preparando para lo que era: paraplejía.
Al ver que Castian se iba desvanecido sólo pedía que aún siguiera con vida, que continuará con ella y Adriel, con Sam y con todos los que lo amaban.

— Castian, por favor, despierta, te necesito conmigo. Me estoy desesperando — Le hablaba tranquila mientras esperaba a los paramédicos. Las sirenas se escuchaban desde lo lejos y el tumulto de gente al rededor, gente que sólo estaba ahí por curiosidad y gente preocupada que quería ayudar pero no podían; el mínimo toque erróneo podría causar un daño irreparable. — No es justo que me dejes sola, Cas. No siento más mis piernas ¿sabes? — Lloraba y al mismo tiempo sonreía sarcásticamente mientras se preguntaba por qué a ella. Por qué nuevamente un accidente que posiblemente le había arrebatado todo. — Tenés que despertarte porque vas a tener que manejar mi silla de ruedas. Ja…— Intentaba mantener la calma.— Adriel y Sam necesitan a su señor Mancini con ellos, ¿sí? Sam no puede seguir sin vos y tenés que mirar Dragón Ball con nuestro hijo. — Lo miró y vio su cuerpo ahí, que ya estaba quedando pálido, la sangre brotaba por doquier, se podía ver claramente sus piernas destruidas por el impacto. Todo era tan gráfico que era imposible no desesperarse. —¡Mierda, Cas!

Las sirenas ya se escuchaban más cerca y luego al lado. Abba respiró aliviada, cerró sus ojos y perdió la conciencia, era lo que quería, ya no soportaba más ver a Castian destruido, no sentir sus piernas, el olor a sangre, simplemente quería dormir y despertar y que todo estuviese bien.

Los paramédicos los sacaron a ambos con cuidado y los llevaron al hospital. Ahí intentaron reanimarlos y lo lograron. Castian estaba con oxígeno y le devolvieron la conciencia, pero su condición era grave. Tenía órganos fuera del lugar a causa del  impacto, además de ambas piernas con fracturas expuestas, un brazo quebrado y una lesión en el cráneo,  en verdad no tenía esperanzas.
Abba dormía, le habían dando las noticias de lo ocurrido y sólo deseaba que fuese un sueño.  Ella se había lesionado la médula lo cuál le causó una paraplejía en ambas piernas. La noticia de que no podría volver a caminar la destruyó, no quería creer que pasaría el resto de su vida postrada en una silla.
“¿Por qué no me hiciste caso, Castian?… jamás volverá a ser lo mismo y ni siquiera sabemos si vas a vivir…” Obviamenente sentía rabia, había perdido una parte de sí por una imprudencia. Deseaba haber tomado un taxi o un bus, anhelaba volver el tiempo atrás y no haberse subido al auto con él. “Ya no siento ganas de seguir viviendo así. Te gustaba tanto mis ojos y le terminaste robando el brillo” pensaba mientras miraba a la nada, mientras intentaba asimilar las cosas. Le encantaría no haber sobrevivido.

Avisaron a los familiares. Llegó Sam a la sala de Emergencias, destrozada.

— ¿¡Dónde está mi hermano!? — Gritaba y le suplicaba a los médicos.

Éstos le contaron que él estaba consciente por ese momento pero que estaba muy grave. La hicieron pasar a verlo, Sam se rompió por completo al verlo tan destruido.

La vida de C a s t i a n  Mancini © [Finalizada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora