C a p í t u l o XVIII

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Hablé con Sam con respecto a Amara, no le agradó mucho la idea de que hubiera estado en nuestra casa, pero logré calmarla.
Le pregunté si quería algo por su cumpleaños a lo que me respondió que no, solamente un pastel. Eso me dejaba aún más claro que me estresaba por todo, incluso por cosas que no sabía si pasarían.

Noche buena llegó por fin, me encantaba. Intentaba mantenerme positivo a pesar de todo lo malo, quería seguir disfrutando como todos los años y quería que fuese lo mismo para Sam.

Hicimos una colecta con Vicente, Juanca y Andrés para comprar un cordero y las bebidas. Pasaríamos noche buena en casa de Vicente, él tenía fondo y un parrillero para hacer el asado.
Juanca y Sam preparon los Sándwiches, hicieron de jamón y queso, de sardina e imperiales. También pasábamos junto con sus padres y hermanos.
Andrés se encargó de las cervezas y de preparar el cóctel de limón, que le llamamos de caipiriña, es un cóctel que se prepara con caña -aguardiente- limón y azúcar.

El 24 nos levantamos temprano, el que preparaba el cordero era yo y no me alegraba mucho hacerlo en la tarde porque el calor era furioso, así que comencé alrededor de las ocho de la mañana. Vicente se quedó conmigo y a la vez hacía la ensalada rusa.

Juanca también se encargó del sonido y decoración, me alegraba tener amigos tan festivos.
Mi hermana se encontraba alegre, teniendo en cuenta su situación, estaba emocionada por hacer -de paso comer- los sándwiches y la ensalada de frutas.

El cordero llevaba tiempo, quedó pronto a las once de la mañana. Todo ya estaba listo para entonces, por suerte.

— ¿Sam, quieres ir de compras? De paso puedes pintarte el cabello nuevamente. — Eran las cuatro de la tarde y me pareció buena idea invitarla a salir un rato.

— ¡Sí, me encanta la idea!— Me dijo alegre. Ese brillo en sus ojos; sabía que era porque se pintaría el cabello.

— ¡Vamos entonces! —Dije animado— Le pasaré mensaje a María para sacar turno, así hacemos las cosas tranquilos. ¿Sí?

— Buena idea, Cas— Me sonrió — ¡Voy a vestirme! — Me dijo animada mientras iba a su habitación.

Aún seguía con leves sangrados pero podía manejarlo con absorbentes. Sam obtuvó amenorrea a los catorce años, lo que significa que ya no tuvo más el período. El ginecólogo le ordenó tomar pastillas anticonceptivas para regular pero ella no quiso, se sentía muy chica aún para meterse tantas hormonas en su cuerpo.  Ella no tenía una vida sexual activa, por lo que no las necesitaba para prevenir embarazos. Con todo lo que pasó y las visitas al ginecólogo, le mandaron para dentro de un mes una ecografía, para ver si tiene el síndrome de ovario poliquistico, ya que es uno de los causantes de la amenorrea.

Castian_16:15
Hola María, soy el hermano de la chica que se pintó el cabello de azul hace no mucho. ¿Tienes hora para hoy?》

Me bañé rápidamente, me vestí y nos fuimos al shopping. Teníamos la costumbre de estrenar ropa en las navidades y año nuevo, por eso nos fuimos de compra.

María_16:20
Hola, la verdad no me acuerdo de ustedes jaja, siempre tengo clientes que vienen a pintarse el cabello de colores. Pero tengo para las 19 hs, avisame si te sirve para agendarte.

Castian_16:59
Recién veo el mensaje, perdón. Sí me sirve, gracias. Nos vemos.》

Sam tenía la costumbre o creía que los colores tenían significados y que si usaba tal color de ropa eso le traería cierta suerte en ciertas cosas; rojo para el amor, amarillo para la alegría, azul para la libertad, gris para la seguridad, etcétera.
Su atuendo nuevo siguió sus reglas de colores: una blusa celeste, una falda tiro alto con cuadritos gris y unas botitas negras.
Por otra parte estaba yo, eligiendo a mi parecer sin importar colores. Me compré un vaquero negro y una camisa de jean.

La vida de C a s t i a n  Mancini © [Finalizada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora