Capítulo 3.- Tour
Si la idea de que existiera algo llamado magia me parecía descabellado ahora no sé qué más pueda suceder teniendo en cuenta de lo que acaba de ser revelado para mí. Mi abuela se encargó de prácticamente todo lo necesario para mi instalación en la academia ya que claramente yo seguía en estado de shock, no es de lo más normal estar rodeada de gente sobrenatural más cuando yo en toda mi vida me había considerado de lo más normal que podría haber en la vida, pero por supuesto estaba en un error.
—Pedí todos los uniformes que hay en la academia para que no te aburras de lo cotidiano que es vestir igual todos los días – realmente me encantaría tener aunque sea una parte de la energía que tiene mi abuela quien al estar en el almacén de la escuela donde nos entregan mis nuevos uniformes ella no deja de parlotear con la encargada mientras mi abuelo se rindió y pidió un taxi directo al hotel donde pasaran la noche no sin antes por supuesto despedirse de mí.
—Los lunes es obligatorio que todos usen el saco negro junto a la falda negra con cuadros azules y su respectiva blusa blanca con la corbata – informa la señora que entrega los uniformes – El resto de la semana tú decides si utilizar la falda con el saco azul marino o el pantalón, aunque sigue teniendo el mismo estampado que la falda, pero también están los suéteres escolares. Hay tres de diferente color, uno negro, uno azul y uno amarillo. Como te darás cuenta el azul, amarillo y negro son los colores de la academia. Sin embargo, por ahora no contamos con el uniforme de invierno ¿lo van a querer ordenar? Tardaría una semana en llegar.
—Si, por supuesto.
—Abuela, realmente no tienes por qué comprar todos los uniformes que haya.
—No digas tonterías, Lizzie. Además, es el dinero de tus padres quienes ganan muy bien para mantener a su única hija quién eres tú.
Después de varios y largos minutos salimos del almacén cargadas de bolsas ya que no solamente se compran los uniformes ahí sino que también se tienen todos los libros que se vayan a necesitar y claramente mi abuela los ordeno todos sabiendo que existen inmensas bibliotecas las cuales nos las mostro el director donde fácilmente los pude haber pedido prestados, pero su argumento fue que en esos no podre hacer anotaciones a mi gusto y mas cuando ella me conoce bien y sabe que me gusta hacer mis anotaciones rápidas con lápiz en los libros.
—Bien, este es el edificio de los dormitorios femeninos, ¿Cuál es tu habitación, cariño?
—Es la 103 – informo mirando la llave que me entregaron donde viene marcado el número del dormitorio.
Subimos las escaleras y al llegar al pasillo donde se supone que esta mi habitación me asombro de ver demasiadas puertas, esta demás decir que sigo impresionada con lo grande que es la academia tanto que estoy segura de que mi antigua escuela no es ni la mitad de grande como lo es esta.
Entramos a mi habitación la cual internamente agradezco que este vacía a pesar de que se supone que tendré que compartirla con dos chicas más, dejo mis cosas en la cama que se encuentra vacía, la cama es grande al igual que el dormitorio y bueno, en general todo aquí lo es.
—¿Quieres que te ayude a desempacar? – me pregunta mi abuela y la única razón por la que asiento es porque aun no me quiero quedar sola, aquí no conozco a nadie y no es como que antes fuera una chica muy popular, pero al menos ya tenía una rutina de como evadir a todos y mi familia estaba cerca, en cambio aquí la situación es muy diferente.
No se cuanto tiempo nos pasamos concentradas en acomodar todas mis cosas en el armario que estaba vacío y en colocarle unas sabanas a la cama donde dormiré en mucho tiempo cuando alguien abre la puerta, es una chica morena de cabello rosa extravagante que en combinación con su piel color chocolate le queda perfecto.
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Exponentia
Подростковая литератураHasta sus dieciséis años Elizabeth había tenido una vida lo bastante normal para ser una adolescente. Aunque hay que tener en cuenta que la palabra normal puede variad de concepto en cada punto de vista, porque por ejemplo un día normal para ella en...