Capítulo 16

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LA BODA...

-¡Nunca había visto tanta gente!.-exclamó la abuela Martha y derramó lágrimas por centésima vez en un día. Ella estaba increíblemente feliz, porque hoy es el día de la boda, no solo su nieta, sino también de sus dos mejores amigas, lo más emocionante en su vida.


Era un hermoso y soleado día de primavera, el centro de la ciudad, brillaba con toda su belleza y grandeza, los invitados eran tantos que el recinto religioso estaba lleno a reventar, no cabía una sola alma más y el ambiente festivo se respiraba en todo el ambiente.

A esta boda, o más bien bodas, acudieron los más importantes personajes de la alta sociedad de norte américa, gran cantidad de reporteros y periodistas de los principales medios de comunicación se dieron cita, ya que este triple evento causó una gran polémica, así como la reciente boda de Albert y Dorothy.

Después de la celebración, se tenía planeada una lujosa recepción en el salón del Marriott East Side Hotel y tanto los residentes del hogar de Pony como el personal de la Clínica Feliz, lugar donde trabaja Candy, incluyendo a Tom y Susana, por supuesto fueron invitados.

Todos estaban muy satisfechos, después de todo, la familia Andrew y Leagan finalmente recuperaron la tan esperada paz y tranquilidad. Al principio la Sra. Legan se comportaba fría y distante con Candy, pero cuando recientemente enfermó de gripa, Candy comenzó a cuidarla y se preocupó por ella, ya que su hija Eliza continuaba en Europa, Neal estaba muy feliz de que su madre cambiara su actitud hacia la persona que ama con todo su corazón.


Los tres impacientes novios aguardaban dentro del recinto religioso enfrente del altar la llegada de sus prometidas. Afortunadamente la limusina que las transportaba arribó a la hora pactada, así que una a una descendieron teatralmente haciendo que los todos reporteros accionaran sus cámaras.

Del elegante vehículo negro que se estacionó detrás, bajó William Albert Andrew, que vestía un elegante smoking blanco, con una sonrisa le ofreció su brazo a Candy mismo que tomó con delicadeza, la rubia lucía un bello vestido de organza, un delicado collar y aretes de esmeraldas, regalo del jefe del clan, el sr. Brigthon salió del vehículo y se reunió con su hija Annie que llevaba un magnífico modelo de satén y un conjunto de collar y aretes de zafiro. Patty vestía un hermoso diseño en chiffón y sus alhajas era un conjunto de rubíes, a ella la acompañaba el sr. O'Brian que había llegado esa mañana de Florida, una vez los tres reunidos se dispusieron a entrar, todos los invitados estaban expectantes.

-¡Ya vienen las novias!.- un susurro general se escuchó en la Catedral que lucía imponente y de inmediato sonaron los acordes del órgano con la marcha nupcial de Mendelssohn, ellas acompañadas de los elegantes caballeros recorrieron sonrientes el largo pasillo hasta llegar al pie del altar y una vez que Candy, Annie y Patty fueron entregadas con sus respectivas parejas empezó la ceremonia.

En seguida se hincaron y el sacerdote dio la bendición siguiendo el protocolo, regocijándose secretamente por las tres parejas de jóvenes que derrochaban ilusión en sus miradas.

- "¿Hay alguna persona entre los presentes que conozca algún impedimento para que estas uniones no se realicen?...si es así, que hable ahora o calle para siempre",- el sacerdote esperó unos segundos y como era de esperarse, nadie habló, así que siguió con la ceremonia.


Después del sermón, el sacerdote pronunció las palabras largamente esperadas, empezando por la pareja conformada por Candy y Neal.


-"Señor Neal Legan, ¿acepta por esposa a la srita. Candice White Andrew, para acompañarla en la enfermedad y la salud, en la riqueza y en la pobreza y hasta que la muerte te separe?".-
-"Sí"-, dijo Neal sin una sombra de duda mirando emocionado a la radiante novia.
-"Y usted, señorita Candice White Andrew, ¿acepta por esposo al señor Neal Legan, para acompañarlo en la enfermedad y la salud, en la riqueza y en la pobreza y hasta que la muerte te separe? ".-repitió su pregunta, refiriéndose a Candy.
-"Sí"-, respondió ella de inmediato, mirando a los ojos marrones del chico con un infinito amor, ese amor que terminó por conectar sus corazones para siempre, amor que derritió el hielo que hubo entre ellos durante tanto tiempo.

Fuego en los corazonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora