Fuego en los corazones

Capítulo 3

La señorita Mary Jane, Directora de la Principal Escuela de Enfermería, estaba sentada enfrente de su escritorio y revisaba los documentos del día.

-¡Cuánto trabajo acumulado!, debo resolver todo el día de hoy,- pensó, de repente alguien llamó a la puerta.

-¡Adelante!,-

-Señorita, con su permiso, acaba de llegar una carta para usted,- le informó su asistente.

-Está bien dámela y puedes retirarte, gracias,- dijo Mary Jane.

Mary Jane recogió el sobre, revisó el remitente, sonrió y empezó a leer:

Estimada señorita Mary Jane:

Primero que nada, la saludo y le informo que me encuentro muy bien, nos envían de regreso a Estados Unidos y por lo tanto, llegaré allá muy pronto. Hace dos semanas, entre todos los pacientes que llevaron ese día al hospital, trajeron a un soldado estadounidense muy herido, la Dra. Kelly y yo fuimos las encargadas de atenderlo.

Durante toda una semana después de permanecer en terapia intensiva debido a sus heridas, ya que llegó inconsciente, se recuperó satisfactoriamente, regresará junto con nosotras a Chicago, a su tierra natal, pues esas fueron las órdenes del médico jefe del hospital, es necesario que durante el viaje reciba asistencia médica, Dijo que su nombre es Alistear Cromwell y que es miembro de la familia Andrew, muy reconocida en Chicago.

Mientras estaba delirando, repetía el nombre "Candy", le parecerá extraño, pero seguro es parte de la familia de la cual nuestra ¨torpe" enfermera Candy White es hija adoptiva.

Al principio, cuando lo vi por primera vez, su cara se me hizo conocida, pero no podía recordar de dónde, ahora estoy segura de quien es, así que decidí escribirle, para que me haga favor de darle la noticia a Candy y le informe que llegaremos en tres semanas.

Recuerdo que ella sufrió mucho pues todos lo dieron por muerto, así que es necesario avisarle y que a su vez le haga llegar la buena noticia a toda la familia.

Con todo respeto:

Flammy Hamilton.

Después de leer la carta, Mary Jane estaba convencida de lo que debía hacer.
Levantó el teléfono y llamó a su asistente

-Laura, ven a mii oficina urgentemente,- ordenó Mary Jane.

-Dígame señorita. – se acercó la chica.

-Necesito salir urgentemente a atender una diligencia, es necesario que en mi ausencia te encargues personalmente de todos los asuntos pendientes.-

- ¡Claro!, pierda cuidado que así lo haré, no se preocupe.- respondió.

-Es mejor que vaya personalmente a ver a Candy a darle las buenas nuevas, ella estará feliz de recuperar a su querido amigo e igualmente su familia, ya que el creerlo muerto les ha causado un gran dolor, mi visita traerá alegría a todos en esa familia.- así que se dispuso a ir a su casa a cambiarse de ropa.

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- ¡Estás loco! - gritó Eliza por toda la habitación. -¿Cómo pudiste?.-

- ¿Hice algo mal? - Preguntó Neal, mientras leía el periódico, en el cual se podía leer el artículo sobre el compromiso.

- ¡Sí!... bailaste con ella. ¡Todos los periódicos escriben sobre esto! - Eliza lloraba de rabia, no podía creer que su hermano, después de todo lo que pasó, todavía quisiera estar con esa huérfana.