true love finds you in the end. ;; freebat

5 ;; Billy

Sábado, 06:33 p.m.

Fueron unos veinte minutos en metro hasta que llegamos al centro comercial donde se encuentra el arcade. Subimos las escaleras mecánicas y entramos. Los dos buscamos con la mirada el boliche, que esta en un rincón del salón. Un aroma de palomitas y nachos inunda todo el lugar.

Caminamos hasta la mesa donde está nuestra familia y Rosa al instante nos reconoce y se acerca a nosotros.

—¡Freddy! ¿Te encuentras mejor?—pregunta.

—Sí, te dije que sólo necesitaba descansar y bueno, aquí estoy—le sonríe.

—¿Quieren unirse al juego?

—Oh, no, no queremos interrumpir—respondo—Preferimos ir a las máquinas y esas cosas.

—Entonces, diviértanse. Aquí estamos si necesitan algo.

—Sí, pero, ¿y las tarjetas?—pregunta Freddy. Reírme fue inevitable. Lo dijo de una manera tan exigente que me parece divertida. Rosa saca del bolsillo de su pantalón dos tarjetas y nos las entrega—Gracias.

Juntos comenzamos a caminar pero el repentino y violento agarre de Mary a mi brazo hace que me detenga.

—Préstamelo un momento, Freddy—dice. Él sólo nos mira confundido y asiente. Mary y yo caminamos hacia un lugar más alejado de todos.

—¿Qué?

—¿Ya arreglaste las cosas con él?

—No. Bueno, casi. Lo estoy intentando.

—Esta es una oportunidad perfecta para hacerlo. No lo arruines.

—Me estás asustando. De nuevo actúas como si supieras algo. ¿No tienes que ir a jugar?

—Sí, sí. Buena suerte, Billy—me dice. Ella regresa a la mesa y yo regreso al lado de Freddy. Supongo que esta sí es una oportunidad pero, ¿de qué?

—Sospechoso. ¿De qué hablaban?

—Nada importante, Freddy. Vamos a jugar.

—¿Qué quieres hacer primero?—pregunta. Observo alrededor a todos los juegos que hay, pero no hay ninguno en particular que me llame la atención.

—¿Máquina de peluches?

—Elección estúpida, Batson. Eso nunca es primero. Si ganas, tendrás que cargar con ello el resto de los juegos—responde.

—Entonces elige tú, Freeman.

—Ese de allá—señala una máquina que tiene una pantalla y debajo de ella un espacio lleno de pelotas. Ambos caminamos hacia ella y pasa la tarjeta en el lector.

—¿Qué tenemos que hacer?

—Simplemente lanza las pelotas a la pantalla cuando aparezcan objetos por un minuto y ya. Elige el mapa tú—obedezco. Selecciono el de la cocina. Me parece que es adecuado después de lo del omelette. La cuenta regresiva de cinco segundos inicia, y después estamos aventando tantas pelotas como nos es posible.

—¿Sabes? Usualmente siempre pierdo en esta cosa. Creo que contigo podré ganar por primera vez.

—Para mí es la primera vez que juego algo así. Me alegra que sea contigo—y al mismo tiempo que digo eso, en la pantalla aparece un "ganaste" y nuestros tickets empiezan a salir.

—¿¡Treinta tickets!? Esto es una estafa.

—Podemos conseguir más, tranquilo. ¿Qué sigue?

—Vamos a matar zombies—comienza a caminar hacia una cabina no tan pequeña, pero tampoco tan grande, donde está la pantalla y hay dos pistolas. Entra en ella y se sienta, yo lo sigo.