Vuelta a la realidad

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Después de regresar, todos estaban muy tranquilos, y como no, si el "festival" al que habían asistido fueron casi unas vacaciones para ellos, después de mucho pudieron descansar y todos se notaban relajados, todos excepto dos personas.

Una de ellas, la más notoria, era Ochako, quien solía ser alegre y sonriente en todo momento, ahora se la pasaba encerrada en su habitación sentada y encogida en un rincón mientras Todoroki, su amigo más cercano ahora, intentaba consolarla.

La manipuladora de la gravedad se sentía una tonta, no tenía fuerzas para salir de su rincón y enfrentar a todos. El chico que quería la había engañado, quien sabe si cuando le dijo que la quería también estaba mintiendo.

— Tienes que salir, los demás se preguntan donde estás y ya no sé que decirles.

— Lo sé Todoroki-kun, pero es que me siento fatal.

— Uraraka...

— Escúchame, me tienes que prometer algo, ¿si?

— Te escucho.

— Yo saldré y fingiré que todo está bien, pero si ves que Bakugo-kun intenta acercarse o habla conmigo, prométeme que lo alejarás. No puedo hablar con él, si lo hago, estoy segura de que se lo perdonaré todo, en cuanto me mire no podré resistirme.

— Está bien, te lo prometo.

— Gracias, Todoroki-kun. — abrazó al contrario.

[...]

Mientras, en la parte del comedor y la sala, los demás pasaban el día conviviendo y divirtiéndose. El único que permanecía más alejado era el chico explosivo, quien comenzaba a impacientarse con su compañero pelirojo.

— Vamos Blasty, hay que salir y hacer algo, estoy aburrido.

— ¿Y planeas que yo te divierta o qué? Lárgate.

— No sé que te pasa, últimamente estás de muy mal humor.

— Gracias por el dato, habría estado fenomenal si te hubiera preguntado.

— Déjalo Kirishima, así es él, mejor vamos con los demás. — aunque Eijiro aceptó y se retiró con Denki, él sabía que algo le pasaba a su amigo, le faltaba su usual agresividad para con todos.

— Buen día. — la castaña acababa de hacer su aparición, iba al lado de Shoto y parecía contenta, parecía.

— Uraraka... — Bakugo se sorprendió al verla.

— ¡Ochako, hasta que por fin te veo! — exclamó la pelirosa. — Te extrañé amiga.

— Te extrañamos. — corrigió Tsuyu.

— Si, como sea, oye planeamos tener una tarde de chicas, Yaomomo nos provisionará algunos materiales y podríamos hacerte una manicura o pedicura, lo que tú quieras.

— Ah, yo... — la castaña sa veía indecisa.

— Vamos, ser heroínas no nos impide tener unos pies y manos perfectas. — Ashido intentó convencerla.

— Lo siento chicas, pero Uraraka y yo teníamos planeado pasar el día juntos. — comentó Shoto cuando vio la cara de Katsuki, sabía lo que pretendía, hablar con ella y pedirle perdón, pero él no se lo permitiría.

— ¿Juntos? — preguntó confundida Hagakure.  — Oh, así que juntos, bueno, vámonos chicas. — dijo malentendiendo las palabras de su compañero. — Diviertanse... tortolitos. — susurró Toru mientras empujaba lejos a sus amigas.

— ¿Qué fue eso?

— No lo sé. — le respondió a su contrariado amigo.

Cuando los dos jóvenes se sentaron en uno de los grandes sillones y empezaron a charlar un poco, todo pareció ir normal, como siempre.

Juntos a nuestra manera.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora