Enamorada

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Habían pasado dos semanas más o menos desde que Bakugo y Uraraka volvieron a juntarse. De hecho, su relación iba muy bien, aunque al chico explosivo le costaba mostrar sus emociones, aún así ella sabía lo mucho que él la quería.

Todo iba genial, el rubio cenizo se portaba muy bien con su novia cuando estaban a solas, también lo hacía en público, pero era más reservado y hasta quizá un poco tosco, pero la castaña ya sabía como tratar con su novio.

Aunque su relación no era como la de las típicas novelas de romance que Yaoyorozu leía, Ochako comenzaba a plantearse una idea.

- ¿Dices que crees estar enamorada? - preguntó mientras cerraba el libro que anteriormente leía. - ¿Estás segura? Querer y amar no son lo mismo.

- Si, eso es lo que creo, Yaomomo. - respondió nerviosa.

- ¿Y eso te preocupa? Hasta donde tengo entendido, el estar enamorado es un sentimiento hermoso, claro, a menos de que no seas correspondido, pero tú si lo eres. - razonó. - Estás en el lugar que cualquier jóven chica quisiera estar.

- Eso lo sé, pero yo no soy cualquier chica, soy una aprendiz a heroína.

- ¿Y sólo por eso no puedes enamorarte? Es cierto que nuestro futuro no será igual al de cualquier persona, pero al menos tenemos derecho de sentirnos igual que ellas.

- Bakugo-kun y yo nos queremos, la pasamos juntos y nos agrada estar con el otro, pero estar enamorados no es algo que, como futuros héroes, sea para nosotros.

- Eso dices Uraraka-san, pero aún así piensas en ello y estás enamorada de él.

- No lo digas en voz alta Yaomomo, me apena mucho el que lo diga otra persona. - Ochako sentía sus mejillas calientes.

- Te soy sincera, yo no sé mucho de estas cosas del corazón y soy la menos indicada para darte consejos de amor. - de manera fugaz vino a su mente una mirada bicolor. - Pero creo que estás exagerando, el estar enamorada no es nada lo que avergonzarse, ni tampoco algo de otro mundo.

- Si, bueno, pero imagina cuando se lo diga a Bakugo-kun, pensará que quiero más de él y al no querer se alejará, así es como piensan los hombres. ¡Va a entrar en pánico!

- En primera, tranquila, relájate, ¿quieres un poco de té? - preguntó y luego lo sirvió en dos tazas después de la afirmación de la chica. - Uraraka-san, aunque seas su pareja, tú no puedes saber lo que él piensa, quien sabe, puede y quizá también está enamorado.

- Gracias. - murmuró luego de recibir su taza y después tomó un trago. - No creo que sea así, yo sé como actúa alguien enamorado, yo actúo como tal, él no.

- Para empezar, sus personalidades son muy diferentes, tú eres un libro abierto, un manojo de sentimientos, por otro lado, él parece enojado cuando está feliz, ya con eso te digo todo. - aclaró. - Además, no lo sabrás hasta que no se lo digas.

[...]

Ella sabía que amar y querer no era lo mismo, los dos se querían, bueno, ella lo amaba, quería saber si él aún la quería o también la amaba. Pero otra cosa era, ¿de verdad se lo iba a decir?, ¿iba a decírselo a aquel chico cual su meta más grande era ser el héroe número uno?

- ¡Cara redonda, te estoy hablando!

- ¿Eh, qué pasó mi niño?

- No me llames así, me da vergüenza. - nervioso evadió la mirada.

- ¿Cómo?, ¿mi niño? Pero si eres mi niño explosivo. - mientras acariciaba el rostro del chico, sonrió.

- Me da igual. - empezó a mirar a todas partes asegurándose de que ninguno lo viera en esa situación, no podía permitirlo, no cuando sentía sus mejillas tan calientes.

Juntos a nuestra manera.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora