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No sé que fue lo que pasó anteriormente pero intento no pensar en eso, pues los finales estarán pesados. Salgo del edificio principal para dirigirme hacía el edificio en dónde está la biblioteca, la cuál es en en una orilla del instituto, rodeada de grandes árboles. Lleno el formulario de visitantes y dejo mis cosas en los lockers, saco lo indispensable y me encamino a una mesa, la mesa del rincón , mi mesa favorita. No hay mucha gente pues no se acercan muchos alumnos por aquí, lo que le da más paz y tranquilidad al lugar. 

Han pasado unos minutos desde que estoy aquí. Todo marcha con tranquilidad.

—Con que aquí estás —lo oigo, es Ro—. Te he estado buscando toda la mañana—. Lo observo y lo observo con cara de ironía.

—¿En serio? No te creo —intento no reirme—. Que bueno que te veo, necesito hablarte —continuo. 

—Si, bueno la verdad es que estoy ocupado —lo miro mal de nuevo, me levanto de la mesa y aparto todas las cosas que tengo en ella. 

—No puede ser, si acabas de decirme que me estabas buscando y ¿ahora resulta que estás ocupado? —Me rio—. Deja de evitarme, Ro. Vamos a hablar.

—No puedo, me están esperando en dirección —se excusa. Lo tomo de una mano y lo jalo hasta salir de la biblioteca. 

—Deberías ser más hombre, creo que estamos lo bastantes grandes para hablar las cosas y no evitarlas —lo miro hacía arriba, pues es unos centímetros más alto que yo—. Justo como lo hiciste tú.

—Yo no te estuve evitando, tengo muchas cosas en las cuales pensar.

—Pretextos —intento no enojarme pero me gana el coraje pues Ro sabía que en verdad me gustaba y que lo quería, para que me salga con estas cosas ahora. A lo lejos siento unos ojos mirando, los busco y los encuentro, es él. Recargado en el tronco de un enorme árbol, que emana una inmensa sombra, observa atento a lo que pasa, con cero expresión en el rostro

—Grace, contigo no se puede —está a punto de dar media vuelta pero lo detengo. 

—Tu tampoco me vas a dejar con la palabra en la boca y antes de que pase, simplemente ya no quiero nada contigo —Ahora soy yo la que da media vuelta y regresa a la biblioteca. 

Los ojos se me ponen llorosos pero no quiero llorar y menos por alguien como él, le abrí mi corazón después de lo de Hero, le expliqué lo que había pasado y me paga de esta manera. Salgo nuevamente hacía los baños y no puedo contener más. Suelto el mar de lágrimas, sollozo hasta que sale la última, me lavo el rostro y lo seco, una vez que estoy mejor, salgo del baño y él esta allí, recargado en una de las puertas de un salón de usos múltiples, observa sin decir nada. Algún día ese silencio me va a matar. 

Camino y solo me observa, abre un poco la boca como queriendo decir algo, no lo hace. Sigo caminando y él va detrás mío, luego se adelanta y no puedo evitarlo más. Me estoy muriendo por volverle a hablar. Quiero abrazarlo y no lo pienso dos veces. 

Antes de que Hero salga del edificio lo alcanzo, y lo abrazo por la espalda, escondo mi cara con su espalda y siento que las lágrimas quieren salir de nuevo. Pero las contengo, pasan unos segundos. Tenerlo cerca era todo lo que necesitaba, su aroma tan varonil, entra por mis fosas nasales y se impregna en mí, realmente esto era todo lo que necesitaba.

Luego de lo que parece una eternidad, Hero da media vuelta, me toma de las manos y por un momento creo que devolverá el abrazo. Me mira unos segundos, nuevamente intenta decir algo pero al parecer se retracta, vuelve a dar media vuelta y se va. 

Me quedo como tonta en el pasillo, afuera de la biblioteca así que regreso a ella, debo dejar esto por la paz. Él no esta interesado en mí.

Obsesión (Hero Fiennes) EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora