number three.

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||ophelia clark.||

Eran las 8:30 de la noche, sólo quedaban 30 minutos para que la fiesta en casa de Jaeden, amigo de Finn, empezara.

Me quedé mirando en el espejo, y me puse a pensar en como había empezado todo este embrollo con Aidan.

[...]

one year ago.

-narrador omnisciente-

Lya y Aidan se encontraban en la habitación del último mencionado. Ambos estaban recostado sobre la cama mientras veían una película.

Aidan de vez en cuando tomaba su celular y lo veía algo nervioso, mientras que Ophelia sólo ponía atención a la película.

- Lya - dice Aidan llamando su atención, su voz se notaba algo débil.

- ¿Sí? - respondió Lya sin apartar la mirada del televisor.

- Nos... tenemos mucha confianza, ¿cierto? - dijo tomando la mano de la chica delicadamente.

- Claro. - esta vez lo miró a los ojos, algo desconcertada por aquella pregunta. - ¿por qué lo dices?

- Es que... ¿recuerdas nuestro primer beso? - preguntó el chico bajando la mirada.

- Sí, fue... lindo. - dio una ligera sonrisa, y se sentó en la cama. - ¿A qué vas con todo esto?

- Quizás te suene algo loco, pero... - dio un par de rodeos, hasta que dijo - ¿tenemos suficiente confianza como para... tener nuestra primera vez? Juntos...

Ophelia abrió los ojos al tope, y sus mejillas tomaron un leve tono rojizo. Las palabras de Aidan la tomaron por sorpresa.

- Eh, yo... no lo sé - estaba muy nerviosa.

- Quieres... ¿intentarlo? - buscó con la mirada los ojos de la chica.

- Pero... ¿cómo? - dijo mirándolo a los ojos esta vez.

Aidan se sentó en el borde de la cama con los pies tocando el piso.

- Ven, siéntate en mis piernas. - se podía notar que él también estaba bastante nervioso.

Lya algo asustada se subió al regazo de Aidan, dejando sus piernas en cada lado de la cadera del chico.

Sus miradas se conectaron, Aidan tomo levemente el mentón de la chica, y algo tembloroso se acerco a su rostro para besarla.

El beso era algo torpe, pero de apoco se fueron acostumbrando, la lengua de Aidan pidió paso para entrar a la boca de Lya, ella accedió, así empezando a jugar con sus lenguas.

Aidan bajó sus manos a los mulos de la chica, sus respiraciones eran cada vez más agitadas.

En ocasiones Aidan mordía los labios de Lya apasionadamente, su saliva se mezclaba, las manos de la chica acariciaban el cuello de Aidan, y él comenzó a bajar su manos a trasero de Lya apretándolo de manera excitante.

Era la primera vez que ambos adolecentes se dejaban llevar de esa manera, apenas se separaban para recuperar el aliento volvían a juntarse, devorando se mutuamente.

Ambos sentían algo de temor, pero la casa estaba vacía, así que el temor no era porque alguien los pudiera encontrar en esas condiciones. El temor era provocado por lo que estaban sintiendo en ese momento, era algo nuevo para ambos, y no querían que parara.

La caderas de Lya comenzaron a moverse de adelante hacia atrás, frotando su entre pierna contra Aidan, Lya podía sentir como su entrada temblaba, tenía la necesidad de tocarse.

Mientras que Aidan cada vez se sentía más excitado, su miembro empezaba a ponerse erecto, cuando sintió que Lya se frotaba contra él, apretó su agarre y la acercó a su entrepierna.

Lya empezó a sentir como se mojaba al sentir el miembro erecto de Aidan frotarse contra su entrada, a pesar de seguir con ropa, ambos disfrutaban del roze.

Lya no pudo evitar soltar un gemido, se sentía demasiado avergonzada, pero no podía reprimir sus gemidos. Aidan al escucharla también gimió, le encantó escuchar a Lya emitir aquel sonido tan excitante.

Aidan bajó sus labios al cuello de Lya, besándolo y de vez en cuando lo lamía o mordisqueaba. Las caderas de Lya se frotaban cada vez más fuerte y rápido sobre el miembro de Aidan. La chica sentía sus bragas empapadas por sus líquidos, y el chico necesitaba estar dentro de ella.

- Mmm... ¡Aidan, sigue! - gimió Lya en el oído del chico.

- Oh, sí Lya - gemía Aidan. - ¡Diablos!

- ¡Aidan! ¡Aidan! ¡Aidan! - Lya sentía que en cualquier momento llegaría a la excitación máxima.

El miembro de Aidan comenzaba a soltar cada vez más líquido, al igual que Lya sentía como sus flujos salían a chorros. Después de sólo unos segundos llegaron al orgasmo, soltando un grito de excitación.

Y ese sólo fue el comienzo, porque aún ambos adolecentes seguían siendo vírgenes, y se encargarán de perder la virginidad, juntos.

(...)

ABRIL 21, 2019.

𝖈𝖔𝖒𝖕𝖆𝖘𝖘 ♤ Aidan Gallagher. (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora