𝖈𝖔𝖒𝖕𝖆𝖘𝖘 ♤ Aidan Gallagher. (EDITANDO)

number ten.

|| ophelia clark. ||

Me encontraba en la cafetería de escuela, estaba almorzando junto a Finn. Estábamos jugando a atrapar las uvas con la boca, Finn casi siempre lograba atraparlas. Yo no, soy un verdadero desastre en esto.

- Vamos, yo sé que puedes, al menos atrapa una - dijo y me volvió a lanzar una uva.

Desgraciadamente esta cayó directamente en mi ojo.

- ¡No, mi ojo! ¡Duele mucho! - empecé a casi gritar dramáticamente, claro, sin llamar la atención de los demás.

- Diablos, Lya. Lo siento mucho no fue mi intención, te dije que cerraras los ojos. - se acercó rápidamente y tomó mi rostro.

Al verlo comencé a reír. Frunció el seño extrañado.

- ¿No te duele? -

- No, sólo quería molestarte un poco. - dije entre risas.

- Dios, me asustaste, y yo que creía que te había hecho perder un ojo. - empezó a reír.

- Eh, eso si que es perturbador, Finn. -

Seguimos riendo, hasta que posó una mano en mi mejilla mientras acerca sus labios a los míos. Era un beso suave y tierno, no pude evitar sonreír.

Un fuerte golpe en la mesa nos hizo separar, ambos volteamos para ver al causante de aquel ruido.

- Aidan... ¿qué quieres? - pregunté alzando una ceja.

- Hola, mejor amiga, también me alegra verte. - sonríe cínico. - ¿Que tal, Wolfhard?

- Aidan. - sonríe de lado.

- Nos acabamos de ver. - le dije seria - ...¿Y bien?

- Vine para avisarte que tendré entrenamiento esta tarde, por si querías quedarte.

- Pudiste mandarme un mensaje.

- Te demoras como mil años en responder - bufó - ¿Entonces... iras?

- Esta bien, pero si los dejan después de las 7:30 me largo.

- Genial - sonrió - Bien, sigan con sus porquerías, adiós. -

Sólo rodee los ojos, y volví a ver a Finn que me miraba divertido.

- ¿Qué? - dije con gracia.

- Es bastante celoso, ¿no?

- Ni te imaginas, aveces parece más mi papá que mi mejor amigo.-

Ambos reímos, luego de eso cambiamos de tema hasta que sonó el timbre. Nos tocaba juntos la siguiente clase.

Finn tomó mi mano y nos dirigimos al salón de Química.

[...]

Me encontraba sentada en las gradas mientras veía como Aidan y los chicos del equipo de fútbol americano entrenaban.