𝖈𝖔𝖒𝖕𝖆𝖘𝖘 ♤ Aidan Gallagher. (EDITANDO)

number twenty three.

Narra Aidan.

Luego de un espantoso fin de semana, del cual ni siquiera pude disfrutar bien mi victoria, estoy de vuelta a clases un estúpido lunes por la mañana.

Lo único bueno de inglés es que no lo comparto con Lya, lo que antes era malo ahora resulta ser bueno, la ironía de la vida.

El fuerte sonido de la campana hizo que saliera de mis pensamientos, y comenzara a guardar mis cosas rápidamente para salir del salón.

Cuando iba caminando por el pasillo, alguien me tocó el hombro, provocado que me diera vuelta.

Era Millie.

- Hola. - Dijo sonriendo levemente.

- Oh, hola. - Le sonreí algo incómodo, ya que la última vez que nos vimos fue después de que la besara el día del partido.

- ¿Podríamos hablar un momento? - Preguntó.

- Seguro, ¿quieres que vayamos a las gradas? - Pregunté, a lo que ella sólo asintió.

[...]

- Y bien... ¿qué querías decirme? - Pregunté mientras nos sentábamos en lo alto de las gradas.

- Mira Aidan, no quiero sonar inoportuna, pero... lo del beso del otro día, supuse que fue por la emoción y por eso no dije nada, pero quería que supieras que no te veo de esa forma... - Dijo mirando algo tímida.

- Diablos, sí, - Dije algo nervioso - en serio lo siento, en realidad no sé porqué lo hice.

- Descuida, sólo quería que aclararamos eso, además de que me agradas bastante y me gustaría que fuéramos amigos. - Sonrió.

- Sí, también a mi, además de que aún te debo el que me hayas ayudado con español la semana pasada.

- No fue nada, cuando necesites, me hablas y te vuelvo a ayudar.

- Gracias, Millie. - Le sonreí.

- Bien, ahm... - Miró la hora en su celular - tengo que irme, hablamos luego. - Se levantó.

- Claro, nos vemos.

Se me acercó para darme un abrazo, el cual correspondí, y se marchó.

[...]

Narra Ophelia.

Estaba ordenando mis libros en mi casillero, hasta que sentí que alguien me llamaba a lo lejos.

Volteé para ver quien era. Se trataba de Sophia, venía corriendo hacia mí.

- ¡Ophelia! - Gritó nuevamente.

- ¿Qué sucede? - Pregunté al preocupada. - ¿estás bien?

Se detuvo cuando llegó a mi lado, pero antes de hablar trató de recuperar el aliento.

- Estoy... bien. - Dijo algo cansada.

- ¿Entonces por qué vienes corriendo y gritando como loca? - Pregunté con algo de gracia.