number four.

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|| ophelia clark. ||

Eran las 2:30 AM, ya llevaba un par de horas en la fiesta. Aunque estaba algo tomada, seguía teniendo sentido común.

Estaba bailando con Sophia, no era una baile que alguien pudiera considerar sexy, la verdad era bastante gracioso, o al menos para nosotras.

De repente siento que tocan mi hombro, volteo y me encuentro con Finn, sinceramente él me gustaba desde que empezamos la preparatoria.

- Lya, ¿te..te gustaría bailar? - se le notaba algo nervioso, me parecía tierno de su parte.

- Eh, yo...-

- Claro que puede - le respondió Sophia por mi - ve con él, iré con Jaeden. - me sonríe cómplice.

Miro a Finn y este se acerca, me tomó de ambas manos y comenzamos bailar, me daba vueltas y no podíamos evitar reír en ocasiones.

Me tomó de la cintura y me apegó a él, mi espalda estaba junto a su pecho, puso su nariz en mi cuello, cuando sentí su respiración en mi cuello me dio un pequeño escalofrío.

Me doy vuelta, nos miramos a los ojos.

Dios, me encantan.

Su mirada baja a mis labios, me acerco lentamente a él, nuestras respiraciones se mezclaban.

- ¿Puedo besarte? - preguntó despacio.

Parecía que ya no nos encontrábamos en la fiesta, sino en un lugar totalmente diferente, estaba tan concentrada en lo que iba a pasar, que el ruido parecía haber desaparecido.

Yo sólo asentí, y me besó.

Sentí sus suaves labios sobre los míos, nuestras narices se rozaban, podía sentir su delicioso aroma, me encantaba tenerlo tan cerca.

Una de mis manos estaba en su mejilla y la otra en su nuca, mientras el tenía sus manos en mi cintura, acercando cada vez más su cuerpo al mío.

No sé si podría decir que besa mejor que Aidan pero..

- Mierda - me separé rápidamente - Lo siento, Finn. Debo irme - comencé a caminar.

- ¡Espera! ¿hice algo mal? - dijo algo preocupado.

- No, - dije parando en seco - de hecho me gustó mucho, tenemos que hablar sobre lo que pasó. Pero ahora no puedo - dije volviendo caminar rápidamente hacia la salida - ¡Nos vemos!

Mierda, mierda, ¡santa mierda!
Se me había olvida que debía ir a casa de Aidan, y ni siquiera le avisé que vendría a una fiesta.

Revisé mi celular, tenía más de 15 llamadas perdidas de Aidan, va a matarme.

Llamé a un taxi para que viniera por mi. Lo bueno es que no tendré que ir a casa a buscar ropa, ya que de todas la veces que me he quedado dejaba ropa en casa de los Gallagher.

[...]

En menos de 15 minutos ya estaba entrando silenciosamente por la ventana de la habitación de Aidan.

Me saqué los zapatos para no hacer mayor ruido, pero siento como abren la puerta de la habitación, dándome un gran susto.

- ¿En dónde estabas? - tenía los brazos cruzados y su mandíbula estaba tensa.

Estaba realmente molesto.

- No escuché las llamadas, estaba en una fiesta con Sophia. -

- ¿En casa de quién? -

Demonios, sí que es molesto.

- En casa de Jaeden - dije seria mirándole a los ojos.

- ¿Estuviste con Finn? - preguntó frunciendo el ceño.

- ¿Podrías dejar de hacer tantas preguntas? - le digo algo harta del tema - ni que fueras mi mamá.

- No seas infantil, Lya. Sólo me preocupo por ti, te llamé muchas veces. Pudo pasarte algo, ni siquiera me avisaste. -

Siempre ha sido muy sobreprotector con cosas como estas.

- ¿Y si te hubiera pasado algo? - dijo tomando mi barbilla para que lo mirara a los ojos. - No te pido mucho, sólo quiero saber que estas bien.

- Y lo estoy, sé cuidarme sola. - me abrazó y besó mi frente. - ¿Tus padres saben que no estaba?

- Aún no llegan, probablemente estén en alguna estúpida cena de trabajo.

- Y si vemos una película, sólo por un rato.

- Bien, prepararé las palomitas. Ve y date un ducha por mientras.

Asentí y me dirigí al baño de Aidan. Me duché y salí con las toallas envueltas al cuerpo.

Me puse las bragas y en ese momento Aidan entró a la habitación. Aunque hemos tenido relaciones varias veces, aún sentía la necesidad de taparme.

- Tranquila, por mi no hay problema, de hecho... disfruto la vista. - dejó las palomitas sobre un estante y se recostó en la cama sin despegar su vista de mi.

Quería provocarlo un poco.

- ¿Me podrías ayudar con el sostén? - le dije algo coqueta.

- ¿Y si no lo usas? Te ves mucho más sexy con una de mis playeras y sin el sostén. - sonrió atrevido - ten.

Me lanzó una playera blanca. Mis pezones se traslucían levemente. Pude ver como tenzaba su mandíbula. Hacía eso cuando estaba enojado, o en este caso, excitado.

(...)

MAYO 10, 2019.

𝖈𝖔𝖒𝖕𝖆𝖘𝖘 ♤ Aidan Gallagher. (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora