Presente
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- Venga campeón...nos vamos a casa - lo llamó Lucy con un sonrisa.
- ¿Ya? - preguntó Dais haciendo un puchero.
- Sí...es tarde y estás cansado.
- No toy... - se detuvo a bostezar - cansado.
Silver y Lucy rieron entre dientes y ella lo tomó en brazos. Dais apoyó la cabeza en el hombro de su madre y poco a poco sus ojos se fueron cerrando.
- Hasta otro día Silver - se despidió Lucy comenzando a caminar hacia la salida.
- Lucy... - la llamó él en un susurro.
Ella se detuvo y se dio la vuelta para mirarlo.
- Gracias... - continuó Silver - Dais es... todo lo que siempre he deseado desde que Gray y Lyon dejaron de ser unos niños.
Lucy tragó de nuevo el nudo que se formó en su garganta.
- Silver yo... - dijo con los ojos a punto de estallar en lágrimas de nuevo.
- No te preocupes por eso ahora...- la cortó - arregla las cosas con Gray, las explicaciones ya vendrán después
Sin esperar más contestación y con una sonrisa Lucy llevó a Dais hasta el volvo de Gray, dónde él ya los estaba esperando con la puerta abierta.
- ¿Ves como estaba cansado? - rió Gray entre dientes.
Lucy sonrió tímidamente y lo acomodó en la sillita que utilizaba normalmente Ultear, aunque le quedaba un poco grande. Después se sentó en el asiento del copiloto y respiró profundamente.
- ¿Te llevo a casa de tu padre? - preguntó Gray sentándose a su lado.
- Sí...por favor - susurró.
Gray arrancó el coche y la miró de reojo, Lucy parecía nerviosa, no dejaba de morderse el labio inferior y juguetear con su pelo. Suspiró y pisó el acelerador para poner el coche en marcha. Mientras conducía en silencio por las calles de Forks no podía dejar de sorprenderse de lo que había cambiado Lucy en esos tres años de ausencia.
Siempre había sido una jovencita hermosa e inteligente, pero ahora se había convertido en toda una mujer, su hermosura había cambiado y ahora tenía curvas en las que parecía que era muy fácil perderse. Estaba preciosa, con su cabello más largo y los rasgos de su cara ya mostrando a una mujer adulta.
A Gray siempre le había parecido que en ocasiones, Lucy era demasiado buena para ser cierto, su comportamiento con Ultear siempre le obligaba a compararla con Juvia, y eso le resultaba frustrante. Lucy era todo lo que esperaba de Juvia cuando se casó con ella, el cariño con el trataba a su hija, la ternura con la que la cuidaba... era como si quisiese a Ultear como si fuese su hija.
Y ahora, después de todo lo que había pasado Lucy volvía a Forks, y volvía todo su mundo del revés. Su hija había reaccionado ante su cercanía de un modo que no era habitual en ella. Desde que Juvia se fue, rehuía de cualquier mujer que no fuese su abuela Mika o su tía Cherrya, ni si quiera era capaz de soportar a Levi más de unos cuantos minutos a su lado. En cambio Lucy... cuando hablaba con Ultear era como su un aura de calidez las rodease a ambas, y Ultear parecía más tranquila solo con tener a Lucy cerca.
La miró de reojo y ella estaba jugueteando son sus dedos en su regazo. Sonrió de lado y otra imagen de ella asaltó su mente. Lucy sentada a su lado en el sofá, con las mejillas enrojecidas de nuevo y con su pelo un poco más revuelto de lo habitual, estaba susurrando su nombre y sus ojos brillaban más que nunca.
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𝐕𝐞𝐧𝐝𝐨 𝐫𝐞𝐜𝐮𝐞𝐫𝐝𝐨𝐬 - 𝐆𝐫𝐚𝐲𝐋𝐮
Fanfiction∆ Adaptación ∆ Lucy tuvo que abandonar Forks años atrás, pero la boda de Jude con otra mujer la obliga a regresar a su pasado y enfrentar a sus fantasmas, pero lo que nadie espera es que vuelve acompañada por su mayor tesoro y su mayor secreto. ⚠Los...