-Capítulo 22-

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Hope vió a Draco desaparecer y cayó de rodillas sobre la hierba. Se sintió vacía, como si una parte de su cuerpo también se hubiese ido para no volver jamás.

Draco se fué... Todo acabó...

Vió a Harry luchando contra Snape a unos metros de distancia, e intentó levantar su varita para ayudarle, pero no tenía fuerzas. Finalmente Snape se marchó dejando a Harry casi inconsciente en el suelo.

La cabaña de Hagrid ardía en llamas; el semi gigante había desaparecido en su interior buscando a Fang y no volvió a aparecer hasta dentro de varios segundos después. Hope soltó un suspiro de alivio cuando lo vió con vida, y también al perro. Vió a Harry ponerse de pie y caminar tambaleándose hasta Hagrid, y de pronto, sintió que alguien le tomaba los hombros y levantó la cabeza.

Era George.

-¿Hope...? ¿Estás herida?

-Se fué... No pude... alcanzarlo...

George pareció entender a quién se refería Hope, porque no hizo preguntas. La puso de pie y caminó con ella de vuelta al castillo, tras Hagrid y Harry.

Poco a poco, a medida que se acercaban al patio, Hope vió que un grupo de gente se reunía al pie de la torre de astronomía, y rodeaba un extraño bulto. Le pareció que era un cuerpo, y un escalofrío le recorrió la espalda.

-¿Qué es eso? -preguntó Hagrid-, ¿lo ven, chicos? ¿Eso que todos están mirando...? -Hagrid, George y Hope se detuvieron de golpe, como si hubiesen chocado contra una muralla invisible, pero Harry continuó avanzando hasta el bulto que todos rodeaban. Hope reconoció con horror que sí era un cuerpo lo que había en el suelo: el cuerpo de Dumbledore.

No podía creerlo; el mago más poderoso y sabio que ella había conocido jamás, yacía muerto al pie de la torre más alta del castillo.

Hope se acercó a Harry y lo puso de pie.

-Vamos a la enfermería -dijo George-, todos están allá.

En efecto, encontraron a varios de sus conocidos en la enfermería. Lupin corrió a abrazar a Hope, cerciorándose de que su hija no tenía ninguna herida. Bill, el hermano mayor de Ron, yacía en una camilla, casi irreconocible con horribles heridas en su cara provocadas por Greyback. Neville, en otra camilla, se recuperaba de un par de golpes, aunque no eran nada grave. Todos los demás estaban bien.

Entonces Harry dió la horrible noticia:

-Snape mató a Dumbledore.

-¡No! -exclamó Lupin, y pasó la mirada desde Harry a Hope, pero ninguno dijo lo contrario; se dejó caer en una silla y se cubrió la cara con las manos. Hope nunca lo había visto derrumbarse, y sintió que estaba interrumpiendo en un momento muy íntimo, así que miró distraídamente hacia otro lado, mientras las lágrimas amenazaban con salir de sus ojos.

Tras varios segundos de conmoción y negación, comenzaron las preguntas. Nadie se explicaba cómo era que los mortífagos habían logrado entrar al castillo, así que Harry los puso al tanto de la verdad: Draco había reparado el armario evanescente de la sala de menesteres, pues era su misión, y había estado todo el año intentando matar a Dumbledore sin resultados, pero en el último momento, Snape lo había hecho.

-Malfoy dijo que si no lo hacía, Voldemort lo mataría a él y a su familia -dijo Harry-. Estaba amenazado, pero al final, bajó su varita cuando Dumbledore mencionó a... su novia.

-¿Quién era? -preguntó Ron, y Hope levantó la cabeza por primera vez.

-No lo sé -confesó Harry-, no dijeron su nombre.

Hope sintió una intensa mirada sobre ella y miró a su alrededor creyendo que era George, pero se sorprendió al notar que era Hermione quien la miraba. La Gryffindor le dedicó una triste mirada y luego Hope volvió a bajar la cabeza con resignación. Ya no le importaba que todos se enteraran de su relación con el rubio.

La conversación transcurría y Hope se dió cuenta de que tenían a Draco como el malvado de la historia, el villano, el culpable de todo, pero ella sabía que no era así. Ahora al fin tenía todas las piezas del puzzle, entendía el raro comportamiento de Draco y el origen de sus secretos: él sólo intentaba proteger a su familia.

Hope se alejó silenciosamente de la enfermería y ni siquiera George se dió cuenta de su ausencia. Ella no quería seguir escuchando cómo hacían culpable a un chico que no era más que una víctima en todo ese juego de poder.

Entró a la sala de menesteres temblando de pies a cabeza, y en cuanto estuvo dentro de la habitación en la que tantas veces compartió con Draco, sintió unas tremendas ganas de llorar. El recuerdo de lo vivido en las últimas horas seguía presente. Todo había pasado demasiado rápido para asimilarlo, demasiado horrible para creerlo, y demasiado trágico para aceptarlo.

Caminó por los silenciosos pasillos que formaban las montañas de objetos y se dejó caer en el sillón completamente abatida, gimiendo de dolor y pena. Miró de soslayo el armario evanescente junto a ella; al fin reparado, ya había cumplido con su propósito y se mantenía allí, alto y vigilante, a la espera de una nueva misión. Hope sintió ganas de destruirlo, lanzarle un hechizo que lo convirtiera en polvo, a él y a todos los otros objetos de aquella sala; aquella maldita sala que había sido testigo de su amor con Draco y sus más profundos secretos.

-Hope... ¡Hope!- susurró una conocida voz desde su mochila.

La castaña sacó con cuidado el espejo que Draco le había dado y admiró la abatida cara del rubio, con sus ojos rojos e hinchados y su cabello rubio alborotado. ¿Lord Voldemort lo había torturado por no llevar a cabo su misión por completo? Al parecer sí.

-Draco...

Se miraron por unos instantes que parecieron eternos. Al parecer, ninguno sabía qué decir. Pero la verdad era que no necesitaban palabras. Con una simple mirada, Draco supo que Hope no lo odiaba, y con la misma mirada, ella supo que Draco estaba arrepentido, y que si no había sido completamente sincero con ella, fué por protegerla.

-¿Crees que nos volvamos a encontrar algún día?

-Sí- dijo Hope con un optimismo que no creía poseer-. Cuando todo ésto termine, estaremos juntos de nuevo.

-Ésto acaba de empezar, Hope. No tienes idea de lo que viene.

-Sea lo que sea, ambos somos lo bastante fuertes para afrontarlo. Y... bueno, me debes un paseo en escoba.

Draco sonrió con los ojos llorosos.

-Te amo.

-Yo también te amo.

Hope acercó sus labios hasta hacerlos chocar contra el vidrio del espejo, y Draco hizo lo mismo. En otro momento, aquella escena les habría parecido graciosa y cursi; ahora, sin embargo, aquel trozo de vidrio era la única esperanza de mantenerse juntos a pesar de la distancia.

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En un rato subiré el siguiente capítulo

❤️Gracias por leer❤️

Más allá de los secretos [COMPLETA] ✔️ (Draco Malfoy, fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora