Danger [Maylor] [Terminada]

«4»

Just a urchin livin' under the street
I'm a hard case that's tough to beat
I'm your charity case so buy me something to eat
I'll pay you at another time
Take it to the end of the line

— ¡¿Qué demonios?! ¡Déjenlo! —gritó para empujar a los dos que golpeaban al otro.

Los demás rieron sin prestarle importancia.

— ¡Bienvenido a la jungla! —gritó uno golpeándolo a él ahora.

El rubio se defendió como pudo tratando de librar al otro que estaba en peor estado.

— ¡Déjenlo en paz!

— Uy, el Leopard tiene miedo —se burló uno— por eso los Lions somos mejores, ni inútiles como los Jumper-Frogs, ni mucho menos idiotas como los Leopards.

— La Banda no tiene nada que ver, no pueden andar por ahí golpeando a los de la banda contraria para dárselas de superiores.

— Hacemos lo que queremos, enano —respondió el primero.

Roger sacó su navaja y los Lions rieron.

— Rog, ya está bien... déjame yo puedo...

— No, te voy a ayudar como tú me ayudaste antes —respondió Roger.

— Esa navajita no nos va a asustar —rió un Lion— no somos unos simples Jumper-Frogs.

— Y yo tampoco lo soy —contestó el rubio— dejen al chico en paz.

— Estaba cerca de nuestros territorios, Leopard —respondió otro Lion.

— ¡Me vale un rábano si estaba en su territorio! —gritó Roger acercando el cuchillo— ¡Lo dejan o se quedan con un hoyo en el cuello! ¿¡Me escucharon, gatos mugrosos?!

El primer Lion rió.

— No eres nada blando, Leopard —le dijo y soltó al chico— pueden irse, pero si pisa un milímetro de nuestro territorio no podrías defenderlo, gatito ¿escuchaste?

Roger asintió y tomó a su amigo del brazo mientras se iban.

— ¿Cómo estás, Syd? —preguntó preocupado— ¿Te hicieron algo?

— No mucho —respondió Syd estando serio por más extraño que parezca— pero pudieron, Rog... pensé que iban a matarme...

— Yo también... —suspiró Roger— ¿Qué demonios hacías en territorio Lion? —preguntó.

— Estaba buscando... algo, y me perdí... terminé dando por un lugar demasiado cercano —respondió.

— No me digas que todo esto fue por una maldita droga, Syd... —suplicó Roger a lo que el contrario asintió.

— ¡Tienes que dejar de consumir esas porquerías! —exclamó— si quieres fuma, a eso no puedo interponerme, a fin de cuentas también lo hago, pero drogarse... eso es algo distinto.

— ¿Y qué más puedo hacer? Soy huérfano, no tengo donde vivir, tampoco tengo dinero y solo tengo 20 años... Roger, no es fácil.

— ¡Sería más fácil si no te drogaras! ¡De partida tendrías más dinero, porque no estarías gastándolo en veneno!