«19»

609 116 131
                                    

Death on two legs -
You're tearing me apart,
Death on two legs
You never had a heard of your own.

¿Cómo sigue?

Brian acababa de reaccionar tras la pregunta de George.

Mejor —respondió casi en un murmullo poco audible, los demás suspiraron.

Se recuperará —dijo Freddie.

Brian simplemente lo miró como si de alguna manera, su amigo estuviese fuera de sus cabales.

Por más que lo deseara, nada aseguraba la vida de Roger.

Y aquello lo atormentaba.

Había dejado que Roger durmiese un tiempo más, supuso que le haría bien.

Se encontraba en la sala de espera junto con John y George. Syd había ido a comprar unos cafés, ninguno quería retirarse del lugar. Aquello los tenía desesperados.

— Estoy jodidamente nervioso... —soltó John. A todos les sorprendió que usara tal término, nunca hablaba con algo que no se encontrara en algún diccionario.

— Yo también... —suspiró George.

Brian no hablaba, se mantenía en silencio, pensativo, sin dejar de preguntarse por el futuro de su novio y pensando en todo lo que pudo haber sucedido si a Roger no lo hubiesen apuñalado.

Se preguntaba una y otra vez quién había sido y por qué, sin encontrar una respuesta apropiada.

En aquel tiempo Roger había evitado peleas y actos proscritos, seguía siendo amigo de los Leopards, pero ya no portaba una navaja, ya no amenazaba ni tampoco recurría a robar si le faltaba dinero.

Aunque claro, seguía luciendo con orgullo su clásica chaqueta representativa de la pandilla, suponía que jamás dejaría de usarla, pasase lo que pasase.

Y a fin de cuentas así fue.

Ya no se sentía como un desamparado social, tenía a Brian y con aquello era feliz.

Claramente jamás dejaría de lado a su pandilla que a fin de cuentas era su segunda familia, jamás podría pasarles todo el apoyo y cariño que había recibido de su parte.

Y no dejaría de hacerlo con una venda y un agujero en el torso.

Al rato, Syd volvió con una bandeja con un café para cada uno, sacaron su vaso correspondiente y bebieron en silencio.

— Quizás deberíamos entrar a verlo —propuso George.

— Por su estado, el doctor dijo que sólo podía entrar una persona —respondió John—. Deberías ser tú, Bri.

— Deja entrar a Syd —respondió de forma leve—. Yo iré tras él.

— Pero...

— Casi no has estado con él y eres su mejor amigo —dijo Brian—. Yo voy después, ¿sí?

Syd asintió poco convencido y se dirigió a la habitación del rubio.

Danger [Maylor] [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora