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*Flash back*

Narra Emily.

Estaba a punto de anochecer, me encontraba jugando en el patio delantero de mi antiguo hogar, así como era de costumbre cuando era pequeña. De pronto, comencé a sentirme observada, llamé a Nadia, quien siempre había sido mi niñera… o al menos, desde que tengo memoria. No oí ninguna respuesta de su parte, así que pensé que tal vez estaría en el patio trasero y no había podido oírme, negué con la cabeza dejando ir cada estúpida idea que se cruzaba por mi cabeza y así, continúe jugando tranquilamente mientras esperaba a mi padre para la cena, hoy se había demorado más de lo normal, pero esta mañana me había dicho que tenía una reunión muy importante, así que no había nada de que preocuparse, el ya debía de venir en camino.

Luego de unos minutos, se me fue posible divisar la figura de un hombre que se adentraba en el bosque hacía mi hogar, supuse que era mi padre porque venía con un sombrero, y mi querido padre nunca salía si no llevaba uno. Entré a la casa para avisarle a Nadia que mi padre ya había llegado, por suerte, ella ya estaba poniendo la mesa, me sonrío mostrando su perfecta dentadura, sonrisa que con mucho gusto le devolví, para luego volver a dirigirme hacía el patio delantero y recibir a mi padre.

Esta vez la figura ya no era visible, miré hacía todos lados, pero no vi nada parecido a la figura que había visto hace un rato. El silencio que se había provocado me hizo posible oír una voz detrás de casa, me dirigí hasta allí sigilosamente y vi a mi padre, estaba hablando con un hombre, el cual se encontraba de espaldas, así que no pude ver su rostro. Quise ir a saludar a mi padre, pero recordé que el me había dicho que no tenía que interrumpir las conversaciones de adultos, así que me quede allí esperando que terminaran de charlar para ir y darle un fuerte abrazo.

—¿Así que no me la entregaras? Joder, desde un principio tuve que saber que no eras un hombre de palabra y que sólo tomaste aquella decisión por desesperación. —Dijo el hombre que se encontraba de espaldas, se oía bastante enfadado.

—¿No te puedo pagar con otra cosa? Por favor… es mi princesa, no le puedo hacer algo así. Por favor, te doy lo que quieras, pero ella no… —Rogo mi padre, arrodillándose ante el hombre frente a el.

—Puedes rogar todo lo que quieras, pero no servirá de nada, ella será mía tarde o temprano —Dijo el hombre desconocido, dándose la vuelta y encontrándose con mi mirada, lamio su labio inferior mientras se acercaba lentamente a mí. —Hola, pequeña.

—Ho… hola —Dije algo nerviosa, tenía un aspecto malvado, vestía con unos pantalones negros, un abrigo negro y unas botas altas, negras también.

—Ha sido un gusto volver a verte, Emily. —Dijo el hombre, mientras deslizaba uno de sus dedos sobre mi cuello.

Continuo su camino pasando por mi lado, pero unos segundos después, al darme la vuelta el ya no se encontraba por allí, no le tome mayor importancia a aquello, pero si a sus últimas palabras… “Ha sido un gusto volver a verte, Emily”. ¿Volver a verme? ¡No recuerdo haberlo visto en toda mi vida!

Me perteneces.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora