Soulless (Jimin y Tn)

Capítulo XX

Aun cuando mi boca ya comenzaba a escupir traición entre sus labios, mi cabeza continuaba dando vueltas sobre qué hacer, qué terminar de decir:

- Tn es... bueno... hasta donde yo sé... ella es una simple miembro de Sakura, sin relevancia alguna.

Suspiré aliviado, dentro de lo que cabía... no lo había hecho tan mal, ya que Sin B a quien por iría sería a por la líder, no a por unos trabajadores sin más. Sin embargo, algo me sacó de mis pensamientos, una risa con un subtono malévolo:

- ¿Qué ocurre?

- Jimin...Jimin...Jimin... Has caído en picado, nunca dejes que tus sentimientos se interpongan con tu trabajo o comenzarás a descender en picado.

_ ¿De qué hablas?

Sin B se levantó de la silla y caminó hacia la cristalera:

- Lamento decirte que al ver la tardanza de los avances de tu trabajo, comencé a dudar mucho en tu eficacia, Park... Y no podía permitir más tiempo para que esa mocosa arrebatara mi fortuna. Sabía perfectamente que algo andaba mal, las otras veces fuiste más rápido y esta vez era obvio que algo te impedía avanzar, ¿qué sería? ¿tal vez que el inocente Jimin se había enamorado de otra zorra que le llevaría a la perdición?

- ¿A qué te refieres? ¿Supones que me enamoré de Tn? ¿Supones que ella me llevaría a la perdición cómo hiciste tú?

- No lo supongo, lo sé - afirmó girándose a mirarme seria- Y como lo sabía contraté a alguien más para que te espiara a ti, porque era demasiado obvio que te veías con esa niña. Jimin... creí que serías más profesional y te dejaste atrapar solo por una ladrona.

Me levanté indignado de la mesa y caminé hacia la puerta, no podía creer que ella lo supiera todo. Debí de suponer que siendo Sin B iba a usar juegos sucios, como siempre:

- La persona que contraté averiguó que esa tal Tn que tú afirmas que es una simple trabajadora de Sakura... es en realidad el objetivo, es la líder.

Me quedé paralizado a mitad de camino. Mi sudor se volvió frío, mis piernas temblaban, mi garganta quedó seca al instante:

- Tienes dos opciones: entregarla y acabar tu trabajo o caer con ella por traidor.

La puerta frente a mí se abrió y por allí apareció él:

- Koo Jun-hoe... - tartamudeé

- Hola, Jimin, cuánto tiempo, ¿no?

Me giré y miré a Sin B:

- ¡¿Qué hace Jun-hoe aquí?!

- Dale las gracias, él consiguió acabar el trabajo en el que tú te quedaste atascado.

- Jimin, decide, ¿la matas o mueres con ella? - me preguntó Jun-hoe.

- Ninguna.

Tras mis palabras salí de allí dándole un empujón y sin pensármelo dos veces corrí en busca de Tn. No sabía aún cómo arreglar esto, pero ya se me ocurriría. Quise ponerla a salvo, pero yo mismo fui quién la llevo hacia la muerte con mis errores.
Corrí con todas mis fuerzas y llegué a las oficinas de Sakura con lágrimas en mis ojos. Entré sin miedo y comencé a golpear la puerta de cristal. Todos se giraron y me miraron asustados.

(Tn POV)

Se me comenzaban a quitar las ganas de tener que ver a Jungkook en la oficina después de lo de la pasada noche, no me iba a atrever, o eso pensé mientras entraba a la oficina, pero las pupilas de Jungkook siempre tuvieron algo tranquilizador y en cuanto me encontré con ellas al entrar, todos mis nervios se calmaron de alguna forma:

- Buenos días - dije con una amable sonrisa.

- Tn - saludó él seco.

Enseguida dejé mis cosas sobre mi escritorio y tan pronto como lo hice, mi nombre comenzó a resonar por la oficina:

- Tn, debo de decirte algo.

Al voltearme me encontré a Jisoo nerviosa:

- ¿Qué ocurre?

- Ehmm, ¿sigues pensando en continuar con el plan de S&B?

- Por supuesto, ¿porqué lo preguntas?

- Pues... porque cada vez se vuelve más peligroso y no solamente se juega aquí tu vida sino la de todos, ¿tanto valor tiene ese dinero a comparación de nosotros?

- Jisoo, estate tranquila, a vosotros no os pasará nada, nadie vendrá a por vosotros, tendréis el dinero y la seguridad proporcionada.

- No lo tengo tan claro, ya no me gusta esto, ya no me gustan tus jueguecitos, si quieres morir hazlo sola, no nos arrastres contigo por un puñado de sucio dinero.

Tomé los hombros de Jisoo y la miré tiernamente:

- Jisoo, aquí estarás segura, nadie sabe dónde está esto ni quién trabaja aquí.

De repente, unos fuertes golpes me interrumpieron. Miré a la puerta y vi a Jimin aporreando con sus puños el cristal:

- Nadie, ehh... Lo siento, Tn, me voy, no quiero arriesgarme más por tu codicia.

Colocó su abrigo sobre su brazo, abrió la puerta con su tarjeta y seguidamente la lanzó a mis pies. En esos instantes de confusión, Jimin entró sin permiso alguno:

- Tn, necesito hablar contigo.

Todos mis empleados miraron la escena. Vernon se levantó de la nada y caminó hacia la puerta:

- Espera un momento, Jimin - le interrumpí- ¡Vernon! ¡¿Dónde crees que vas?! - pregunté acercándome a él.

- Oí lo que le dijiste a Jisoo, dijiste que nadie conocía el sitio ni quién trabajaba aquí, este chico ya estuvo husmeando Sakura hace un tiempo y ahora entra de la nada, si él puede... ¿cómo sabemos que nadie más podrá? ¿cómo nos garantizas ahora la seguridad? Estoy muy de acuerdo con Jisoo, esto ha ido demasiado lejos, Tn. Adiós.

Tiró su tarjeta al suelo y se marchó.

Todo estaba yendose a bajo, ir contra S&B estaba siendo demasiado duro y tal vez ellos tenían razón, pero es que en mí diccionario no existía la palabra "rendición" y yo iba a continuar costase lo que costase:

- Tn, por favor - suplicó Jimin.

Acaricié mi cara, respiré y le miré cansada:

- Está bien, pero vayamos fuera.

Salí junto a él a la calle desierta y me crucé de brazos:

- Dime.

- Tenemos que irnos.

- ¡¿Dónde?! ¡¿Porqué?!

- Lejos, dónde no te encuentren.

- ¡¿Donde no me encuentren quiénes?!

- Ellos, ellos te quieren matar, debemos de irnos ya.

Tomó mi brazo y me arrastró hacia delante, me quedé paralizada y tan pronto como logré reaccionar, aparté su mano de mi delgado brazo:

- Si me quieren matar que lo intenten, no podrán, no saben dónde estoy.

- Tú no lo entiendes, Sin B sabe lo que estás haciendo, sabe quién eres, sabe dónde estás y va a ir a por ti, pero no va sola, va con Koo Jun-hoe, uno de los mejores espías y asesinos a sueldo.

- Espera... ¿cómo sabes...

No me dio tiempo a terminar la frase, pues Jimin bañó mi nariz con un extraño pañuelo y quedé profundamente dormida.