Capítulo VIII

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(Tn POV)

Hacía demasiado frío y cada segundo que pasaba bajo el viento de invierno se escarchaban más mis huesos. Necesitaba llegar a mi oficina y pegar mi cuerpo al radiador para sentir al fin la calidez necesaria para derretir el hielo que envolvía mi piel.

Caminé a toda prisa para llegar cuanto antes, pero estaba tan despistada que acabé chocando con uno de los pocos transeúntes de Busan a esas horas. Mi vergüenza era tan alta que mis mejillas se sonrojaron en cuestión de segundos. Además, tampoco me ayudaba su gesto de seriedad. Me miraba fijamente con unos ojos indescifrables que me causaban temor. Ante ello, solo pude hacer tímidas reverencias y arrepentirme entre tartamudeos nerviosos:

-Lo lamento mucho, no me fijé por dónde iba.

Y su voz sonó. Era un sonido dulce, pero profundo y hueco:

-Ves con más cuidado.

Esa frase no se escuchó nada amable, sino con un tono borde y molesto que, por algún motivo, me resultó muy atractivo:

-Sí, lo siento mucho - repetí intentando hacer una sonrisa, la cual fue fallida y no mostré.

-Está bien, puedes seguir tu camino.

Rápidamente seguí mi rumbo. Si pasaba un segundo más delante de aquel chico... acabaría derritiéndome por sus encantos.

Tras caminar unas horas, llegué a las oficinas. Estaban muy lejanas a mi casa y andando se tardaba una eternidad, no obstante, era mi único medio de transporte. 

Era un edificio aparentemente abandonado y en ruinas, sin embargo, tras subir un piso en penúmbra, se llegaba a una gran puerta de cristal por la que solo se podía pasar si la pequeña máquina de la pared reconocía tu identificación. A partir de ahí, había una enorme sala con ordenadores y demás. Nuestra oficina. No obstante, ese día sucedió algo extraño. Al meter la mano en el bolsillo de mi abrigo, no hallé la identificación. Busqué  y palpé por todos lados, pero no estaba. Esa tarjeta era muy importante, quien la tuviera podía acceder a las oficinas de Sakura y por lo tanto a todos nuestros archivos. Todo lo que teníamos lo podíamos perder si alguien externo a la red obtuviera la tarjeta. Barajé la posibilidad de haberla dejado en casa, la idea de que se me hubiera caído me aterraba así que quería descartarla. Decidí dar suaves golpes sobre el cristal de la puerta para llamar a Jungkook, el cual estaba situado frente a la vidriera trabajando con el ordenador:

-Jungkook - le llamé desesperada.

Al fin alzó la cabeza y se acercó a la puerta para seguidamente pulsar unas teclas de la pared e introducir el código que permitía la apertura de la entrada. Era un código que solo se podía introducir desde el interior de la sala:

-¿Por qué no usas la tarjeta? . preguntó cuando entré.

-Ojalá pudiera usarla, pero no la llevo encima.

-¿Te la dejaste en casa?

-Supongo, bueno... eso quiero creer.

(Jungkook POV)

De repente, escuché un sonido desde el ordenador de Jisoo. Aproveché su ausencia para acercarme a la pantalla. ¿Qué era eso?

Jisoo era la que dirigía las cámaras del edificio y desde su ordenador vi una silueta en la primera planta. Sin duda, ese no pertenecía a Sakura. Intrigado me senté frente a la pantalla para seguirlo y seguir que pretendía:

-Jungkook, ¿qué ocurre? - preguntó Vernon al verme tenso.

-No lo sé, tío - contesté preocupado.

Él se sentó a mi lado y se asombró al ver lo mismo que yo:

-¿Quién es ese? - dijo aumentando el zoom.

-Tampoco lo sé, no me suena su cara.

-Que raro, ¿qué hará aquí?

-Sé lo mismo que tú.

Una voz me hizo helar mis huesos:

-Chicos, ¿qué pasa?

Alcé la mirada con miedo  y vi a Tn observándome atenta. Era una chica muy radical y si se enteraba de la existencia de algún merodeador... sería capaz de matarlo.

Soulless (Jimin y Tn)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora