4

777 58 4
                                    

"Cuando las almas se tienen que encontrar, el destino acerca los mundos, borra las distancias, une los caminos y desafía lo imposible"

     Las grabaciones comenzaron hace una semana pero hasta el momento no se habían cruzado nuevamente, después de la reunión las cosas habían estado más tranquilas. Esa misma tarde, César la había llamado y se habían quedado hablando un rato largo hasta que ambos llegaron a su casa. Lo mismo se repitió durante la semana, ya que a Él le tocó grabar en foro y a ella en locación, pero eso se terminaba ese día...
     Victoria llegó ese dia al foro temprano. Entró a su camerino y se vistió como su personaje, para luego ir a la sala de peinado y maquillaje. No sabía porque pero se había levantado de buen humor y la sonrisa no se le iba de la cara, hasta la discusión que había tenido con su marido no pudo amargarle el día.
 
-¿Tan temprano te vas? Ni siquiera desayunas conmigo-Él le reclama, sentado a la mesa, mientras ella se ponía su abrigo y agarrando su cartera, prácticamente en la puerta de la casa.
-Hoy tengo un día largo y empiezo desde muy temprano, no puedo-Le contesta con una sonrisa que solo logra enojar más a su marido.
-Parece que eso te pone muy feliz, ¿No?
-Pues si, esto es lo que soy, esto es lo que me gusta-Contesta con honestidad, sin embargo había un motivo más que no se atrevía ni siquiera a confesarse a si misma-Ya tendremos tiempo para desayunar juntos, otro día.
-Ya no tienes tiempo para tu familia-Él se había levantado de mal humor y no le importó herirla, ya que sabía que para Victoria no había nada más importante que su familia.
-La niñera llega en media hora-Ignora su comentario y se acerca para darle un beso pero Él corre la cara-Adiós Omar.
     Sale de la casa y se sube al auto rápido, como si nuevamente fuera su refugio de las bombas que la atacaban en el exterior. Una vez dentro, suspira y suelta unas lágrimas que borra enseguida. Al comenzar a manejar, cambia su cara triste por una sonrisa. Algo dentro de ella le decía que iba a ser un buen día...

-Hola, hola-Esa voz potente hace que un escalofrío le corra por la espalda-¿Cómo están?

-Hola César-Saludan la maquillista y, luego, la peinadora. Sin poder evitarlo, el corazón de Victoria comenzó a latir muy fuerte.

-¿Cómo estás, César?-Le pregunta tratando de que nadie se de cuenta lo que realmente le estaba pasando.

-Muy bien, Victoria, ¿Y tú?-Ella se desarmó por dentro en el momento que vió la sonrisa que le dedicó.

-Bien, César-Se mantuvieron la mirada fija durante el tiempo en que pudieron, la primera en mirar hacía otro lado fue ella. Sentia que la mirada de Él la penetraba, era demasiado profunda e intensa, le gritaba tantas cosas y un fuego crecia en su interior...

-Con permiso-Dice Él y se va rápidamente a su camerino, pues aún no se había cambiado porque la había buscado a ella, necesitaba verla sin importar con quien esté.

     Las escenas de ese día habían comenzado para los actores, la primera escena que César y Victoria grabarían juntos sería el primer beso de Esteban y Maria después de veinte años. Ella no sabía si el destino quería burlarse de ella o si la odiaba demasiado, al contrario de Él que pensaba que no podía tener mejor regalo del universo que poder besarla, aunque fuera delante de tanta gente.
     A pesar de las protestas de ella, excusandose con que sería la primera vez que lo hacía desde hace cuatro años, la escena comenzó...
    La primera vez el beso se repitió porque al director no le gustó, los dos estaban nerviosos, tensos y eso se reflejaba. La segunda vez, el director les dió la indicación de que era lo que quería que ese beso reflejara. "La pasión y el amor contenidos durante veinte años, un beso de reencuentro..." Entonces a ambos se les ocurrió la mejor idea para que la escena salga perfecta, escapar de la piel de sus personajes para meterse en su propia piel.

-Cinco... Cuatro... Tres... Dos...

    La escena comenzó, los dialogos fueron dichos y en el momento en el que César dió vuelta a Victoria para pegarla a Él y estampar sus labios en los de ella, todo dejó de importar. Ella luchó en parte porque la escena lo requería y en parte porque ella quería escapar pero en el momento en el que cede y sube sus brazos a su cuello siente como vuelve a estar en el cielo, a pesar de estar besando unos labios prohibidos. En el momento en el que entrelazan sus lenguas, sienten que el beso que estaban compartiendo era el más real de sus vidas aunque esté siendo para una telenovela. Sabian que después de esto les costaria volver a conformarse con un beso en la mejilla...
      Cuando se separaron la escena continuó con sus respectivos diálogos. Al director le encantó la escena y los dejó descansar unos minutos, ya que sabía lo difícil que había sido.
     Victoria no dudó en huir hacía su camerino, escapando de Él, de ella misma y de lo que sintió en ese momento. Las piernas le flaqueaban de solo recordarlo. Una vez sola, se llevó la mano hacía sus labios y una sonrisa se gestó en su rostro que, aunque quiso, le fue imposible borrar. Le gustó, le gustó demasiado. César le gustaba demasiado y ya no sabía como hacer para luchar contra ese sentimiento. Quería gritar, reir, llorar, y tenía una necesidad enorme de que alguien la abrazara... Necesitaba de entender porque ese sentimiento era tan fuerte, porque ese deseo estaba ahí atormentandola día tras día, porque cada vez le costaba más hacerle caso a la razón y no quemarse en el infierno...
     Por su parte, César había pensado en ir tras ella pero no pudo. Llegó hasta la puerta de su camerino, que estaba en frente del de Victoria y sintió unas ganas enormes de entrar en el de ella pero prefirió darle su espacio, por el momento. Decidió mandarle un mensaje de que necesitaba hablar con ella y que cuando se sintiera lista para verlo a la cara, hablarían. El beso no lo alteró como a ella porque ya había asumido lo que le pasaba, si bien estaba lejos de ser lo que realmente era. Victoria le gustaba y lo único que quería, con lo único que fantaseaba era con tenerla entre sus brazos.
     Su teléfono vibró para anunciarle que un mensaje había llegado...

-Más tarde hablamos, César.

     Él sonrió mientras del otro lado, ella daba vueltas por la habitación... Tenía una idea de lo que el cubano le diría y su miedo no era Él sino ella, su miedo era hasta donde podría escapar, hasta cuando no caería en la tentación...

-¿Qué me pasa? ¿Por qué siento esto?-Son las preguntas que ambos tienen en su cabeza sin poder contestar. Sin embargo, ambos habían tomado una decisión muy importante, que les daría vuelta la vida completamente...
     Dicen que el hilo rojo conecta a las personas que están destinadas a estar juntas, a pesar del paso del tiempo. El hilo se puede estirar, tensar y enredar pero no puede romperse jamás. Estás dos almas están a punto de comprobar que la leyenda es cierta...

A pesar de todoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora