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"El destino de nuestros labios es encontrarse, ¿Para qué alargarlo más?"

     Victoria daba vueltas por su camerino mientras trataba de escapar de su realidad, no quería enfrentarlo, aunque tarde o temprano tenía que hacerlo. ¿Por qué siempre que se trata de Él se vuelve una cobarde? ¿Por qué el destino lo trajo de nuevo a su vida? ¿Y por qué demonios tiene ganas de volver a besarlo otra vez?
Unos golpes en la puerta la traen de vuelta a la realidad.
-¿Puedo pasar, Victoria?-César esperaba expectante del otro lado su respuesta, no pudo esperar más y tuvo la necesidad de buscarla. Ella se pegó a la puerta, mientras trataba de calmar su corazón, y suspiró, antes de abrir la puerta.
-Entra César.
     Se quedan en silencio. Parecía una rutina esperar que el otro hablara y, como pasó la vez anterior, Él se expresó primero.
-Quiero hablarte del beso...
-Salió buena la escena-Comentó ella para tratar de distraerlo.
-Si pero no es eso de lo que quiero hablar-Se acerca peligrosamente para los sentidos de Victoria-Sino de lo que sentí...
-Por favor, no-Dijo en un susurro con la voz entrecortada, ya la estaba alterando demasiado y dudaba de su fortaleza.
-Para mi no fue una escena cualquiera, Vicky-Siguió hablando sin hacerle caso a lo que ella le dijo-Deseaba desde hace mucho tiempo volver a besarte, probar nuevamente esos labios que me vuelven locos...-Ante cada palabra de Él, una defensa de ella era derrivada-Y aunque fue delante de las cámaras y de varias personas, no estaba en personaje cuando te besé.
-Yo tampoco...-Confiesa con un hilo de voz y suelta todo el aire contenido, mientras toma valor-Yo tampoco era María en esa escena, porque yo también quería besarte César, aunque me lo haya querido negar. No sé que me pasa ni porque no te puedo quitar de mi cabeza-Se sentía mucho mejor al poder exteriorizar lo que sentía pero sabía que eso sería un problema, a partír de ese momento.
     ¿Qué hacer cuando sacamos los sentimientos guardados bajo llaves? ¿Cuál es el paso que sigue? Sin duda alguna, ambos no lo pensaron y solamente se dejaron arrastrar por el deseo de sus almas...
      En un segundo, los labios de Él se unieron a los de ella, en un beso tranquilo, dulce y suave, como si estuvieran conociendo los labios del otro por primera vez. Poco a poco, el beso fue subiendo de tono, transformandolo en uno fogoso. Sus lenguas se unieron también luego de un tiempo, César envolvió sus brazos al rededor de su cuerpo y la atrajo más hacía Él. El tiempo dejó de pasar para estos dos amantes, es como si el mundo hubiera encontrado su sentido en esa pequeña burbuja. Por desgracia, la realidad les golpeó la puerta, después de un rato de saborearse los labios, obligandolos a separarse y a enfrentar su situación.
-Vicky, el director te solicita para grabar las próximas escenas-La asistente del director fue a buscarla.
-Si, ahí voy-Dice ella, tratando de calmarse y sonar lo más natural posible.
-¿Sabes dónde puede estar César? Porque lo llamamos a su celular y no contesta, y al igual que a ti lo fuimos a buscar a su camerino pero no está-Ambos abrieron sus ojos sorprendidos, ni cuenta se habían dado del paso del tiempo ni de que los estaban buscando.
-No, no lo sé. Seguro debe estar tomando aire afuera o en la cafetería.
-Gracias-Responde la asistente y se marcha, volviendolos a dejar solos.
-Victoria...
-Tenemos que ir a trabajar, César-Él asiente con la cabeza.
-Y tenemos que hablar de lo que pasó.
-Luego-Él la miró de forma acusadora, no creyendole sus palabras-Te lo prometo.
-Está bien-Suspira y sale del camerino de ella para caminar de regreso al foro.
     Victoria se toma unos minutos para recuperarse de todo lo que acabó de pasar. Es increible para ella lo que compartió con César. Se sentía como si se estaría volviendo loca por todas las emociones que ese hombre despertaba en ella pero, a la vez, estaba experimentando una felicidad que nunca antes había conocido.
     Minutos más tarde, ya estaban listos para continuar sus escenas. Grabaron un par más de escenas, algunas juntos y otras por separados. Todo parecía normal, nadie podía sospechar lo que pasaba dentro de las cabezas de los dos protagonistas de la telenovela. Nadie suponía lo que había pasado hacia unas horas entre ambos ni que había un huracán de emociones desatandose en el interior de ambos, que pretendía arrasar con toda su estabilidad ante su paso.
     Las grabaciones de ese día terminaron entrando la noche. Victoria salió apurada a su camerino, como si se sintiera segura dentro de esas cuatro paredes. Se sentó un rato en el sofá que allí había, mientras trataba de entender que es lo que estaba pasando. ¿Por qué las cosas no podían ser más fáciles?
     Por su parte, César se había quedado unos minutos hablando con un compañero de elenco para luego ir a buscar a Victoria. Llegó al camerino y golpeo la puerta, rogaba por que no se hubiera escapado corriendo del lugar pero se tranquilizó un poco cuando escuchó unos zapatos caminar hasta la puerta.
-Pasa César-Le invita Victoria aun vestida como Maria. Ella sabía que la buscaría, por eso no le sorprendió que tocaran la puerta. Estaba segura de que sería Él quien esté del otro lado.
     Entra en silencio, ninguno de los dos sabía que decir. La valentía de César se había quedado esperandolo afuera, estaban nervioso con el corazón acelerado.
-Victoria...
-Lo que pasó esta mañana está mal, César-Se lo decía más para ella que para Él, necesitaba convenserse a sí misma de no cometer una locura pero cada vez le era más difícil no nadar en las llamas del pecado.
-Yo lo sé, Victoria, pero no puedo dejar de pensarte. Se me hace difícil estar lejos tuyo-César se acerca hasta quedar frente a frente, muy cerca uno del otro, respiraban el mismo aire y con tan solo un paso volverian a besarse. El cubano movía las manos inquieto, quería rodearla y acariciarla pero temia que se alejara. Por su parte, ella estaba deseando que lo haga.
     Los dos querían cortar esa distancia que los separaba pero ninguno se animaba a dar el primer paso, sin embargo, ambos se sorprendieron cuando ella tomó la iniciativa y lo besó. En el momento en que sus labios se unieron, todo dejó de existir y solamente se concentraron en lo que sentían. Él rodeó la cintura de Victoria, acercadola más a su cuerpo, como había querido. El beso era apasionado, como si quisieran transmitir todas las frustraciones de que la vida no los haya encontrado antes, como si quisieran transmitir todo lo que sentían y no podían decir.
     Se separaron con cortos besos, como si no pudieran alejarse del todo, quedaron en silencio mirandose, sus ojos hablaban más de lo que sus palabras pudieran decir.
-Tengo que irme, César-Dijo ella en un susurro y Él asintió, a pesar de que no estaba de acuerdo y de que ella no quería irse.
     Él sale primero del camerino para ingresar al suyo a cambiarse, al encontrarse solo deja salir un suspiro y una sonrisa, el que Victoria lo haya besado le hacía inflar el corazón de alegría.
     Por su parte, Victoria se cambia y se marcha rumbo al estacionamiento para subirse a su auto e irse. Cuando Él sale, ella ya no estaba.
     En ambos se instala una duda, ¿Qué sucedería con su relación, a partir de ahora?

Perdón por la demora, espero que les guste el capítulo, y la historia en general. Gracias por cada voto y cada comentario.

A pesar de todoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora