Capítulo 2:

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Sus tibias manos se posaron en mi cintura, mientras yo enredaba lentamente mis dedos en su sedoso cabello.

Era un beso totalmente intenso, algo que no podríamos parar ni uno de los dos.

Tomó mis brazos y me apegó a la fría puerta, conduje mis manos hasta llegar a las suyas y entrelacé nuestros dedos, así le di la oportunidad a Joe de que las tomara y llevara una a cada lado de mi rostro y comenzara con esa tortura que tanto me gustaba.

Sus húmedos besos bajaron por mi cuello y luego pecho… yo solo me dediqué a dejarme llevar por la situación, soltando de vez en cuando suaves gemidos provocando que Joe se descontrolara.

Sus deseosas manos de tocarme por completo, bajaron por mis hombros, brazos, llegaron a mi cintura y traviesamente lograron encontrarse con el broche de mi pantalón.

Por supuesto, no me quedaría atrás y levanté su polera, haciendo un leve contacto de mis manos con su piel, algo que lo enloquecía.

Sus manos acariciaban mi vientre suavemente, produciendo pequeñas cosquillas, solo sonreí entre sus besos y lo empujé para que cayera en la suave alfombra, me subí sobre él, rodeando su cadera con mis piernas y enseguida comencé a desabrochar su pantalón, mientras de vez en cuando acariciaba un poco más abaja de su ombligo y agachaba mi cabeza para besarlo,  lograba hacer que Joe emitiera leves gemidos.

Decidida, tomé ambos lados del pantalón y lo bajé. Joe tomó de mis brazos y me volvió a llevar a la altura de sus labios y poder besarlos…

El solo hecho de sentir su lengua acariciar la mía y luego transformar la ternura en una guerra, me dejaba sin aire.

Ambos cuerpos comenzaban a sudar producto al calor que ambos cuerpos daban. Sentí sus manos acariciar suavemente mis pechos mientras yo mordía seductoramente su labio inferior y de vez en cuando abría los ojos para verlo… dios, Joe me mataría algún día de estos, esa expresión de placer en su rostro me descontrolaba… su boca entreabierta, sus ojos cerrados y estiraba su cabeza hacia atrás, encorvando su espalda al sentir mis caricias.

- Hayley… -Gimió y me separó un poco.

- ¿Si? –Musité de pocos ánimos mientras besaba su cuello, no quería que el momento acabase.

- Te amo… -Musitó tranquilo mientras acariciaba mi espalda y de un momento a otro sus manos se detuvieron en seco al toparse con el broche de mi bracier.

- Igual yo… -Dije volviendo a sus labios y mordí su labio inferior.

Mis pantalones y bracier ya formaban parte del piso a pequeños metros de nuestros cuerpos. Seguimos entre caricias mortíferas, ya estaba sin aire… Dimos una vuelta y ahora lo tenía sobre mí… deslicé mis manos por su espalda hasta llegar al elástico de su boxers, en la situación en que estábamos incomodaba, al igual que la única prenda que impedía terminar nuestro acto. Sus manos se sujetaron de mi cintura y sus labios bajaron por mi cuello hasta llegar a mis pechos… todo esto era demasiado, enredé mis dedos en su cabello ya húmedo logrando que no quitara sus labios de donde los tenía, era una sensación única… Ambos cuerpos quedaron totalmente desnudos, ahora solo nosbesamos, acariciábamos con locura y nos pedíamos el uno al otro pertenecernos, ser solo uno.

Lo sentí separar mis piernas, se acomodó decidido en ellas y comenzó a entrar en mí lentamente. Estando solos podíamos gritar y gemir todo lo que quisiéramos. Se movía con delicadeza dentro de mí, era único, tan delicado para no dañarme, pero sin dejar de ser sensual y provocar un placer enrome en mí. Sentí como mordía mis hombros a medida que entraba con más fuerza y no me dejaba otra opción que enterrar mis uñas en su fuerte espalda… Llegamos juntos y Joe no pudo dejar de gemir suavemente en mi oído constantemente. Nos miramos y sonreímos. - Prométeme no colocarte más testarudo –Dije jadeante. - Si provoca que lleguemos a esto, lo seguiré haciendo –Sonrió agitado. Solo cerré los ojos y sonreí… se recostó sobre mi pecho y suspiró. Presentíamos quedarnos así por ratos, yo acariciando su húmedo pelo y el recorriendo mi cuello y hombros con la yema de sus dedos, energía para más no nos quedaba… era un momento perfecto, cuando escuchamos voces afuera del apartamento y luego como metían la llave en la cerradura. 

Hot n' ColdDonde viven las historias. Descúbrelo ahora