- No… no… yo… Hayley… -Balbuceó nervioso, se me acercó y posó una de sus manos en mi brazo.
- ¿Es verdad lo que pienso? –Retrocedí unos pasos.
- No… -Musitó serio.
- Aún puedo recordar… -Guardé silencio y miré el suelo tratando de acordarme de las palabras que me había dicho- que tú… me amabas. –Lo miré.
- Yo… estem… -Balbuceó nuevamente.
- Ya dilo, ¿Es verdad o no? –Dije irritada.
La suerte estaba de su lado, los gritos que me habían despertado se hicieron más intensos y ambos tratamos de poner atención a ellos.
- ¡Yo sé que están aquí! –Escuchamos gritar cerca de la puerta.
Oh no, esto no estaba pasando, es mentira que esa voz tan familiar fuera la de mi novio.
- No hay nadie, ayer se marcharon todos –Oímos decir a Jeremy.
- Es Joe… -Articuló Nick con nerviosismo.
- Lo se… -Fui pesada.
Nick me miró triste y desvió su mirada hacia un punto fijo de la habitación.
- ¿Qué hacemos? –Preguntó.
- No sé, busca algo que hacer… tú fuiste quien me trajo aquí ¿Recuerdas? –Me crucé de brazos y lo miré.
- Hayley, no te pongas… -Lo interrumpí.
- Lo más probable es que si Joe nos encuentra nuestra relación se acabe y también la tuya, tu noviecita siempre me ha tenido envidia. –Fui sincera.
Decidimos quedarnos sentados esperando a tener una señal de que Joe se había marchado, pero al parecer los gritos continuarían hasta que mi novio no se diera por vencido.
- Oye, esto ya es absurdo… tenemos que salir de aquí, me duele la cabeza y tengo hambre –Regañó mi amigo.
- Cállate, esto es tu culpa –Dije sentándome en el suelo y abrazando mis piernas.
- ¿Mi culpa? Es tu culpa dejarte influenciar por las personas… -Me miró y arqueó una de sus finas cejas.
Iba a responder como siempre, firme y segura en mis palabras, pero lo que dijo Nick me quedó dando vueltas en la cabeza… era verdad, incluso, si no fuese “Influenciable” Mi relación con Joe se hubiese terminado hace tiempo.
Estaba ida en mis pensamientos, pero logré reaccionar cuando sentí el ruido que ejercían contra la puerta.
Nick y yo dimos un gran salto y al mirarlo noté su mirada afligida en busca de algo que hacer.
Estamos muertos –Me mostré seria, pero los nervios me mataban. - ¡Abran ya! –Escuchamos gritar. Miré a Nick y sabiendo que después de lo que haría probablemente nunca volvería a hablarme con Joe… comencé a subir las escaleras para llegar a la puerta que tanto forcejeaban. - ¿Qué haces? –Escuché musitar a Nick. Solo giré mi cabeza lo miré seria y seguí subiendo. Abrí la puerta y ahí estaba Joe, mantenía sus puños apretados y no podía describir la expresión de rabia que llevaba. Nos miramos fijo a los ojos, agaché la cabeza y comencé a caminar. - Maldita sea, ven para acá –Dijo tomándome de un brazo. - Ni te atrevas a gritarme alguna estupidez –Dije enojada y lo tiré hacia atrás- No me toques. - ¿Te acostaste con mi hermano? –Desahogó su furia apretando sus puños y luego sus dientes. - No –Dije seria y firme. - ¿A no? Entonces dime por qué no llegaste a tu casa y ayer desapareciste. - Nick peleó al igual que tú y yo ayer, con su novia… Necesitaba conversar, no vimos el tiempo que pasó y me quedé dormida… además creo que no la pasé tan bien como tú con esa perra de anoche ¿Verdad? –Dije seria. - ¿De quién rayos hablas? –Dijo enojado. - Maldición, de esa maldita teñida… -Dije con rabia y comencé a caminar. Mejor dicho, corrí por la casa hasta salir… solo escuché un portazo detrás de mí, Joe.
