Capítulo 12:

509 20 0
                                        

- Ven aquí… -Dijo sonriendo y me hizo apegarme a su cuerpo.

Me refugié en su pecho desnudo, inhalé ese exquisito olor de su perfume, pero esta vez se encontraba mezclado con el mío.

- Duerme… -Susurró acariciando mi cabello.

Cerré mis ojos dejando que el sueño, el cansancio y ese exquisito olor me llevaran lejos.

Desperté en cuando mis ojos captaron la ausencia de luz en mi habitación, con cuidado los abrí y me di cuenta de que a mi lado solo estaba mi almohada blanca, las sabanas arrugadas e impregnadas al perfume de Nick.

Mi cuerpo aún estaba desnudo, la puerta cerrada y la ropa de Nick ya no estaba en el suelo, supuse que debe de haberse ido antes de que mi hermana llegara.

Me vestí con mi pijama ligero azul claro… algo que Joe había elegido y últimamente comencé a usar mucho.

Me aproximé hacia mi calendario y ahí estaba una fecha pintada con un marcador rosado, el baile que todas las parejas esperaban… al parecer también las que no. Solo hice una mueca de desagrado al saber que pasaría esa noche cuidando a un muchachito de solo 5 años, tierno, pero desordenado, debía prepararme para luego de su visita ordenar la casa por la cual pasaría un torbellino.

Los días en el colegio eran lentos, aburridos… el solo verse pasear a mi ex casi de la mano con esa chiquilla me alteraba, lograban hacer que quisiera no existir, correr y tirarme en un vacío, pero no, no lo demostraría, debía ser firme.

14 de Febrero.

- ¿Y? –Dijo mi mejor amigo sentándose enfrente de mí.

- ¿Qué? –Dije fría, estaba molesta.

- Supongo que vendrás en la noche ¿Verdad? –Sonrió.

Lo miré enojada ¿Acaso estaba bromeando? Díganme… ¿Quién iría a un baile que en que el tema es el… amor, las parejas? Ni loca.

- Nick… -Sonreí- ¿Eres estúpido o qué? –Dije enojada y comencé a guardar mis cuadernos en el morral.

- Vamos, San Valentín no solo trata de tener pareja. También de la amistad –Me animó.

- Pues déjame decirte que nadie en el colegio tiene ese concepto, no pasaré una noche, en el rincón de un salón, sola… No pienso, además… no quiero ver llegar a Joe con su… noviecita –Dije con rabia.

- Te pasaré a buscar con Cadie alrededor de las… 8 –Sonrió.

- Bien, como quieras –Planeaba irme a casa de mis tíos, cerca de casa.

Me miró desconfiado.

- Además… -suspiré- Ni si quiera tengo vestido.

- o sea que… ¿¡Si piensas ir!? –Exclamó- ¡Ja, lo sabía!

- Cállate, le ordené… no quiero ir, Nick, por favor no me obligues, si me traes solo lograras empeorar mi estado sentimental ¿No ves que de apoco iré superándolo? Pero claro, no si me colocas enfrente de él.

- Pero piensa… ¿Crees que solo él puede jugar? Vamos, te divertirás, eres atractiva… -Agachó su cabeza al pronunciar tales palabras y noté sus mejillas de un rosado intenso- divertida y no tienes idea de que hay muchos chicos que mueren por ti –Guiñó un ojo- Vamos, al final será Joe quien termine sufriendo, no le hagas saber que logró dejarte en casa mientras él se divierte, no lo hagas ganar.

Las palabras de Nick eran bastantes convincentes… Tenía razón, no por él iba a amargar mi vida, tenía que seguir adelante, con o sin él mi vida tendría que ser perfecta y debía demostrárselo. Al llegar a casa, lo primero que hice fue avisar a mi hermana de mis planes, busqué por media ciudad algún vestido simple, pero a la vez que fuera lo bastante lindo para llamar la atención, claro, no me vestiría como la de ojos azules que ahora acompañaba a Joe, no era de andar presumiendo. Me arreglé, peiné, maquillé… y todo sola, no acostumbraba a tener la ayuda de mi hermana cuando se trataba de salidas.

Finalmente estuve lista y ni si quiera había tenido el tiempo para caminar hacia el espejo completo de mi closet y aprobar mi apariencia, ya que tocaron el timbre… miré la hora y justamente… eran las ocho en punto. Tomé mi pequeña cartera que no llevaba más que mi celular y un brillo. Comencé a caminar hacia la puerta con el corazón en la boca, los nervios me invadían. Giré la manilla y lentamente deslicé la puerta hacia atrás. Me fijé directamente en los ojos de la silueta que se encontraba frente a mí, sinceramente no me lo esperaba, estaba sorprendida, el por su parte estaba reluciente… ese clásico esmoquin color negro que todos solían llevar, ahora era de un color crema…más bien beige, su camisa estaba bien planchada, la corbata era negra… llevaba las manos en los bolsillos, su pelo estaba peinado, pero aun así… esa rebeldía que lo caracterizaba seguía en él. Nos quedamos mirando sin decir ni una sola palabra.

Hot n' ColdDonde viven las historias. Descúbrelo ahora