0.13

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Boston
0.13 finalmente juntos.

—¿cómo te sientes Ginger?— preguntó Faith mientras le sonreía a su hermana. Esta se abrazaba a ella misma mientras miraba por la ventana.

—¿crees que deba decirle?— preguntó Ginger mientras que se giraba y miraba a su hermana, está sonrió levemente y acarició su espalda.

—creo que debes hacerlo, después de todo él se va a enterar de alguna u otra forma, y no puedes tener a la pobre en ese lugar mucho tiempo más— Habló su hermana, ella asintió y sonrió, ambas se abrazaron tiernamente y se separaron luego.

—luego te diré qué pasó— susurró tomando las manos de su hermana, Faith asintió tiernamente y se separó caminando fuera del cuarto. Ginger se acercó a su espejo y se miró, comenzó a peinar sus cabellos mientras miraba su reflejo, a los pocos minutos escuchó pasos detrás de sí y sintió como era abrazada por la cintura desde atrás. —te tardaste.

—siento la demora— habló Connor, Ginger sonrió y lo miró. Tomó sus manos luego m miró sus ojos, ambos se miraban fijamente, una sonrisa se hizo presente en los labios del moreno.

—Connor, debo enseñarte algo— bajo su rostro, una mirada de preocupación invadió los ojos de Connor, Ginger tomó sus manos y soltó una para comenzar a caminar, salieron de la habitación dirigiéndose hacia el pasillo, la menor sacó una llave de debajo de un mueble y abrió una puerta. —solo te pido que no te enojes. Iba a contarte pero..con todo lo qué pasó tenía miedo de que le pasara algo, no quería que sufriera entonces la escondí de ellos y de todos aquí.

—¿de que estás hablando?— preguntó el chico, Ginger sostuvo su mano en todo momento, abrió la puerta y caminó hacia dentro de la habitación subiendo unas escalera, Connor la siguió mientras observaba a todos lados sin entender nada. Una voz lo hizo mirar hacia una pequeña niña quien corrió hacia Ginger.

—hey— sonrió la mujer y se arrodilló. —también te he extrañado muchísimo— abrazo a la niña y miró hacia Connor. La niña abrazaba a Ginger, observando luego a Connor, Ginger se hizo a un lado para que el indígena observara a la niña. Los cabellos de la pequeña eran castaños, de ojos azulados como Ginger, su piel era una mezcla, lo que llamarían trigueña, un determinante entre moreno y rubio, era una pequeña hermosa. El hombre se agachó lentamente mirándola.  —tiene siete años, su nombre es Lizbeth. Ella es tu..nuestra hija.

El indígena observo a la pequeña, le extendió la mano, la pequeña con timidez miró hacia Ginger  y luego hacia Connor, Lizzy dio unos pasos hacia él, tomó su mano, el mayor la miró mientras una sonrisa se hacia en sus labios.

—él es tu papá Lizzy— sonrió Ginger, la niña miró hacia él y llevó ambas manos a las mejillas de Connor mirando sus ojos un sonrisa tímida se mostró en sus labios, de forma lenta lo abrazo, el moreno sonrió y correspondió el abrazo apoyando la su ...

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—él es tu papá Lizzy— sonrió Ginger, la niña miró hacia él y llevó ambas manos a las mejillas de Connor mirando sus ojos un sonrisa tímida se mostró en sus labios, de forma lenta lo abrazo, el moreno sonrió y correspondió el abrazo apoyando la su cabeza en la de la pequeña, observo a Ginger, extendió su otro brazo a lo que ella se acercó abrazándolo también. Faith se asomó y sonrió al ver la escena, decidió irse y dejar a los tres solos. Cuando la pequeña se durmió, Connor se la quedó mirando.

—¿por que no me lo contaste antes?— preguntó Connor, Ginger miró hacia ella y luego a él.

—estábamos en medio de muchos problemas, no quería que se te agregara uno más, éramos jóvenes, no quería que charles Lee supiera de la existencia de ella, unos meses luego de que me case con el descubrí que estaba embaraza, pero no de Charles...Faith y prue me ayudaron con ello para que no se notara, fue un sufrimiento realmente— explicó Ginger, miró hacia la pequeña, Connor se acercó a ella, se sentó a su lado en el suelo, tomó su mano.

—ven conmigo a la aldea— le comunicó el moreno, esto hizo que Ginger abriera sus ojos sorprendida por lo que Connor estaba pidiendo, una sonrisa se formó en sus labios.

—en la mañana partimos hacia allí— Habló con seguridad la mujer quien sonreía abiertamente, observo a la pequeña quien dormía plácidamente, la cabeza de Ginger fue hacia el hombro de Connor, este al sentir tal acto la observo sorprendido, aún que no tardo en acariciar sus cabellos con ternura.

—se que te va a gustar, es todo muy diferente— Habló Connor quien miraba a la joven, esta sonrió y asintió con cariño, miró hacia el cielo por la ventana, todo lo que había pasado los había llevado a esto, pero ahora era libre y podía estar con Connor y con su pequeña hija, sus ojos fueron hacia Lizbeth, sonrió de la forma más sincera, sus ojos brillaron y un suspiro salió de su boca.

—al fin..juntos— susurró antes de cerrar sus ojos y dormirse en el hombro de Connor, este se quedó despierto por un rato más observando a sus dos mujeres favoritas, o bueno, mujer y mujercita.

En la mañana...

Connor las había guiada a la aldea. Allí la pequeña fue el centro de atención para todos los nativos, quienes no tardaron en comenzar a jugar con la pequeña quien se reía ante las cosas que ellos hacían. Ginger sonreía ante lo que los amigos de Connor hacían para que la pequeña se sintiera cómoda.

—no entiendo— comentó la pequeña quien estaba en brazos de Ginger, está sonrió y acarició sus cabellos, los ojos de la pequeña pasaban por todo el lugar.

—están diciendo lo linda que eres— mintió Ginger, ella tampoco sabía que estaban diciendo los nativos. Connor sonrió mientras se acercaba a ellas. —¿que te han dicho?

—son bienvenida— sonrió el moreno mientras se acariciaba las mejillas de Ginger y luego tomaba en brazos a su pequeña niña, esta al estar en brazos de su padre soltó una pequeña risita. —quiero que vean una cosa.

—guíanos entonces— la voz de Ginger sonó alegre, no tardo en caminar junto a él, llegaron a una parte alejada de la aldea, Connor entonces se detuvo y observo hacia abajo. Ginger bajó a la pequeña quien se acercó a su padre, este al verla se agachó.

—ella es tu abuela— susurro, los ojos de la pequeña fueron a la lápida, se arrodilló levemente mientras tocaba aquella piedra fría y sonreía. —aquí está mi madre Ginger.

Los ojos de la joven tuvieron un destello de tristeza, Se arrodilló a un lado de Connor y se apoyó en su hombro, con ternura acarició sus cortos cabellos. Llevo una mano hacia la tierra y sonrió tiernamente, Lizbeth por su parte se había alejado, de acercaba nuevamente con una pequeña flor en sus manitas.

—para la abuela— sonrío la pequeña mientras se acercaba hacia ellos, Ginger levantó su mirada encontrándose con esa escena. El moreno sonrió tiernamente mirando hacia su pequeña, decidieron quedarse ahí por un tiempo hasta que la tarde llegó. Para cuando volvieron a la aldea la niña se encontraba dormida en brazos de su padre.

Se sentaron en los pastizales mientras miraban hacia el atardecer. La mujer se apoyó en el hombro de Connor, este beso la frente de su pequeña hija quien dormía en sus brazos.

—¿harás que ella sea una asesina?— pregunto la pelirroja mientras ahora lo observaba a él. —me gustaría que fuera así, no quiero que su vida sea..ser dependiente de alguien más o servir a un hombre, podría hacer cosas que yo no pude. Quiero que sea libre para tomar las riendas de su vida, independiente.

—aún es pequeña para serlo, aún tiene mucho por aprender— respondió Connor, Ginger asintió con una sonrisa en sus labios, ahora estaban juntos, ahora ya nada importaba más que su hija y él, ya podrían estar juntos sin nadie que se los impida o eso es lo que creían. Si algo sabían y estaban seguros era que siempre cuidarían de la aldea, al igual que de la pequeña.

Secretos || Connor kenway Donde viven las historias. Descúbrelo ahora