Seoul Survival [Vkook]

Sixteen

2/3


Estuvo un buen tiempo distraído con las estrellas y se quedo sorprendido cuando la camioneta cambio de dirección y pudo sentir como él pavimento fue cambiado por una calle de tierra. Y pudo jurar que sintió cada una de las piedras en el camino chocar contra el. Ese fue el único momento en que prefería estar dentro de la cabina.

Cuando el auto finalmente aparcó se levanto e inmediatamente vio a sus alrededores. Nada había cambiado a excepción que ahora tenían a lo que parecía ser una casa de madera frente a ellos pero no podían identificar lo que era ya que estaba muy oscuro.

Bajo de un salto con sus cosas en mano. Acomodo su arma correctamente y se aseguró que esta estuviera cargada, tenían que asegurarse si había algún zombie por ahí.

-¿Adónde vas?-

V le detuvo.

-A inspeccionar.-

Estaba decidido a seguir pero el castaño le arrebató el arma de sorpresa. Intentó tenerla de vuelta pero V al ser más alto que él se lo estaba poniendo difícil. El mayor estiró su mano lo más que podía alejándolo cada vez más de su escopeta.

-¡Dámela!-

-Tranquilo. ¿Por qué no vas allá con Jimin y esperas a que Yoongi y yo nos hagamos cargo?-

-¿¡Yo que!?- Dijo exaltado el peliazulado.

-Vamos "Yoongs" hay que matar algunas bestias.- 

-¿¡Y a ti qué te pasa!? ¿¡Yoongs!? ¿¡Qué clase de apodo estupido es ese!?-

-¡Cállate! Tenemos que demostrarle a J.K. los buenos amigos que somos.-

-¿Y ahora que mierda tienes en la cabeza?- Lo vio con la confusión reflejada en su rostro.

El castaño se designó a darle un buen codazo al mayor.

-¡Oww!...Digo ¡Oh si, vamos súper amigo!- Gritó para que él pelinegro lo escuchara.

Mientras observaba como los chicos seguían discutiendo silenciosamente en su camino a la entrada se posicionó a unos cuantos centímetros de donde se encontraba Jimin. Ambos estaban apoyados contra la camioneta.

La diferencia de altura era notoria y eso de alguna manera lo hizo sentirse avergonzado. En esos momentos no se enorgullecía de ser un chico alto. Mientras más miraba de reojo al otro más enredos se armaban en su cabeza.

Sus labios eran demasiado delgados mientras los de Jimin eran muy grandes y atractivos. Envidiaba su cabello, este era muy llamativo y de alguna manera divertido.

Llevo una de sus manos a su propio cabello y sacó una pequeña cantidad poniéndolo frente de sus ojos. Su color negro ahora lo hacía sentir ordinario y con muchas ganas de teñir su cabello. Continuó inspeccionando el rostro de Jimin y se fijó en su pequeña nariz que era tan fina. Instintivamente cubrió su propia nariz con sus manos. ¡Era gigantesca! Cerró los ojos para ocultar su vergüenza.

-¡Ya terminaron!- Sonrío Jimin.

Ahora no podía dejar de ver sus dientes. Eran tan pequeños y perfectos. ¡Los suyos parecían del tamaño de un grano de mazorca! No culpaba a sus compañeros de secundaria al molestarlo pues ahora que lo notaba si tenía dientes de conejo.

-¿¡Por qué te quedas ahí!?- Le gritó V.

Salió de sus propios pensamientos y pudo concentrarse a lo que tenía al frente.