Otra vez tú... (Cdmu Nathaniel×Sucrette)

Cap 33: Tregua

*Con Nathaniel*

Estaba discutiendo con Sucrette. No era algo que quisiera ni que me gustase, pero estaba harto de que todo el mundo me tratara como un juguete.

De un momento a otro, vi como ella parecía desorientada y se empezaba a tambalear.

-N- Sucrette? Estás...

Antes de que pudiera continuar la frase, la chica se desplomó en el suelo dejándome completamente paralizado. Lo primero que salió de mi boca fue un fuerte grito, el cual llamó la atención de varios estudiantes.

-N- SUCRETTE!!!!

Sin pensármelo demasiado, la cogí entre mis brazos y la llevé en volandas a través de los estudiantes que nos miraban asustados e incrédulos a la vez.

La llevé a dentro de la universidad para ir hasta la enfermería.

*Un rato más tarde*

Tras haber dejado a Sucrette en la enfermería, el doctor le hizo algunas pruebas y me dijo que había tenido una brusca bajada de tensión por culpa del cansancio, por lo que probablemente se despertaría en las próximas 24 horas.

Me ha dejado quedarme con ella ya que sus padres vivían lejos, por lo que yo era el familiar más cercano que tenía.

Me he sentado en una silla mientras que la cogía de la mano. El sol ya había caído y solo la tenue luz de la luna se colaba a través de la ventana. El ambiente era algo romántico y melancólico a la vez, pero yo me sentía como si fuera la peor persona del mundo.

La pobre había estado muy presionada últimamente. Entre los problemas con sus "amigos", la universidad y mis misterios no había podido descansar ni un segundo, y ahora yo la había vuelto loca con el tema de Castiel.

No me había dado cuenta de que ella de verdad me necesitaba y yo solo le había dado la espalda, a la vez que la trataba como una mentirosa.

Soy un completo imbécil.

Por culpa de estos pensamientos, mis ojos se cristalizaron un poco, mientras que una presión en el pecho no me dejaba en paz.

Miré el rostro calmado de Sucrette. Pese a no estar en la mejor situación, seguía estando preciosa. Puse un mechón de pelo detrás de su oreja, mientras que acariciaba su mano lentamente con mi pulgar. Posteriormente deposité un pequeño beso en sus suaves labios, causando que un ligero escalofrío recorriera mi espalda.

La noche trascurrió con tranquilidad, y fue un buen momento para reflexionar sobre lo que había pasado en los últimos días.

A eso de las tres de la mañana, sentí el sonido de la puerta de la habitación abriendose.

Era Rosalya.

A la tarde creo recordar que vinieron algunas personas a ver a Sucrette, pero me extrañó no haberla visto a ella.

Al verme se sorprendió un poco, pero negó ligeramente con la cabeza, como si estuviera pensando "no es tiempo para tonterías".

-N- Hola.

-R- Hola... Que tal está?

Se acercó lentamente hasta llegar a la camilla.

-N- El doctor ha dicho que se ha desmayado por el cansancio y que se despertará en las proximas 24 horas.

Suspiró un poco aliviada.

-R- Tú viste lo que pasó, verdad?

-N- Sí... Estábamos discutiendo y derrepente se empezó a encontrar mal... Parecía mareada, y entonces se desmayó. La llevé tan rápido como pude aquí.

-R- Vaya...

El ambiente era algo incómodo, se notaba perfectamente que había tensión entre nosotros y que ella estaba algo resentida conmigo.

Me levanté de mi asiento y me acerqué a ella.

-N- Mira Rosalya, soy consciente de que no te gusto. Y no te estoy obligando a que sí lo haga, pero te pido por favor que entiendas que amo a Sucrette.

Arqueó una ceja, algo desconfiada.

-N- Yo quiero que ella esté bien tanto como tú, y sé perfectamente que a ella le importas. Lo ha pasado muy mal este tiempo, y no quiero que eso siga sucediendo. Así que tenemos que poner una tregua.

-R- A que te refieres?

-N- A parar de pelearnos. Tenemos que hacerlo por ella. Tú aceptas que yo soy su novio, y yo acepto que tú eres su amiga. No tenemos que tratarnos como amigos, solo tolerarnos. Qué me dices?

Le tendí la mano esperando a que la tomara.

Ella miró a Sucrette por un momento, para posteriormente mirarame y estrecharme la mano.

-R- Trato hecho.

Nos sonreímos levemente.

-N- Bueno... Quieres que te deje un rato a solas con ella?

-R- Sí, estaría bien.

Cuando iba a salir por la puerta, ella se giró hacia mí y me dijo algo más.

-R- Yo... No pensé que diría esto, pero lo siento. Y gracias por cuidar de Su.

Tan solo le sonreí en forma de agradecimiento y me fuí a tomar un poco el aire.

*Con Sucrette*

Me desperté en un lugar muy blanco y luminoso, por lo que me costó un poco acostumbrame a la luz.

No tenía ni idea de donde estaba ni de como había llegado allí, solo recordaba haberme dado un fuerte golpe en la cabeza.

Cuando inspeccioné mejor el lugar caí en la cuenta de que estaba en un hospital.

En ese momento llegó un chico con una bata blanca, por lo que supuse que era un doctor.

-D- Vaya, así que ya te has despertado.

-S- Q-qué? Qué ha pasado?

-D- No te preocupes. Estás en la enfermería de Anteros Academy. Ayer te desmayaste y has pasado la noche aquí.

Todo me parecía muy raro, ya que no recordaba nada.

Ante mi clara sorpresa, el apuesto chico esbozó una sonrisa divertida.

-D- No te preocupes, es normal que no recuerdes nada. Simplemente tu tensión dió un bajón peligroso devido al estrés, lo único que tienes que hacer es descansar un tiempo pues podría volver a pasar.

Me erguí un poco en la cama.

-S- Vale... Cuánto tiempo tengo que estar aquí?

-D- Con que te quedes durante todo este día bastará.

Tras decir esto, el chico se despidió de mí y se fue, dejándome sola.

Involuntariamente, comenzé a pensar en todo lo que había pasado últimamente.

Solté un sonoro suspiro intentando llenar mi cabeza de otras cosas, ya que no me apetecía demasiado volver a desmayarme.

*Con Nathaniel*

Al parecer Sucrette ya se había despertado, pero no tenía fuerzas para ir allí y hablar con ella. Estuve un buen rato meditando en lo que iba a decir e intentando saber como no ser un completo idiota.

Tras un buen rato dando vueltas en círculos, cogí valor y toqué a la puerta.

-S- Quién es?

Tiré lentamente del pomo y colé un poco mi cabeza, lo suficiente para que ella me viera.

-N- Soy yo... Puedo pasar?