Cap 34: Cállame con un beso

357 25 14
                                    

*Con Sucrette*

Estaba intentando poner en orden mis ideas cuando unos golpes me sacaron de mis pensamientos.

Alguién había llamado a la puerta.

Pensé que podrían ser mis padres, pero sin duda ellos jamás tocarían antes de entrar.

-S- Sí?

Tal y cómo esperaba, unos hermosos ojos ambar se encontraron con los míos tras que Nathaniel asomara su cabeza a través de la puerta.

-N- Soy yo.... Puedo pasar?

Tardé unos segundos en contestar, dubidando en si quería tener esta conversación.

-S- Sí, pasa.

Se acercó lentamente hacia mi camilla y se sentó en la silla que había al lado.

Ninguno de los dos se atrevía a empezar a hablar, así que nos sumimos en unos segundos de incómodo silencio.

-N- Sucrette... Yo... He sido un completo idiota.

Hizo una pequeña pausa para tragar saliva.

-N- Lo siento tanto... Primero, ni siquiera he dejado que te explicases. Y luego no me di cuenta de que no lo estabas pasando bien, lo único que hize fue reprocharte lo que habías hecho y dejarte de lado. Soy el peor novio q-

Antes de que continuase, le callé dándole un beso en sus dulces labios. Él enseguida lo continuó, haciendo que nuestras lenguas comenzaran a bailar una con la otra, y causándome esa sensación que había hechado tanto de menos.

Nos separamos y cogí su rostro entre mis manos.

-S- Nath... No pasa nada. Al fin y al cabo, si yo te viera besándote con otro u otra créeme que haría cosas peores. Eso significa que me quieres.

Nos sonreímos y él se acercó a mis labios para darme un pequeño beso más.

-S- Te echaba de menos.

-N- Y yo a ti, preciosa.

Con esta última palabra, un leve escalofrío recorrió mi espalda. Extrañaba tanto que me llamaran así.

-N- Se me olvidaba! Tengo una buena noticia.

-S- Buenas noticias? Ya era hora! Qué pasa?

-N- Rosalya y yo hemos hecho las paces.

Abrí bruscamente los ojos y una gran sonrisa se formó en mi cara.

-S- QUÉ? Eso es genial!!!! Cuéntame, cómo ha sido?

Ante mi entusiasmo, soltó una pequeña carcajada.

-N- Cuanto te desmayaste vinieron a la tarde varios conocidos tuyos, y yo me quedé contigo a la noche. Sobre las tres de la mañana llegó ella, ya que no había podido venir antes. Aprobeché la situación para hablar con ella y al final hemos llegado a un acuerdo. Ella aceptaba que yo soy tu novio y yo aceptaba que ella es tu amiga.

Le cogí de la mano sin dejar de sonreir.

-S- Me alegro muchísimo de que hayas hecho eso. Ves como no eres tan mal novio?

Antes de que pudiéra decir nada más, unas voces muy familiares sonaban desde el pasillo.

-S- Esas voces... Son mis padres!

-N- Qué?!?! Qué hago?

-S- No te pueden ver aquí! Escóndete... Detrás de ese armario!

Ennla habitación había otro segmento cuadrado que se dividía de la anterior con una esquina. Allí se encontraba un armario lleno de medicinas y mi novio se escondió atrás de uno de sus lados.

Cómo me esparaba, mis padres entraron rapidamente a la habitación.

Mi madre se acercó rápidamente a mí, seguida de mi padre.

-M- Cariño! Estás bien? Estábamos muy preocupados por ti!

-S- Mamá... No ha pasado nada, solo ha sido un desmallo.

-P- Pero podría haber sido mucho peor. Tienes que tener más cuidado.

Pese a que él siempre se comportaba muy fríamente, en esta ocasión podía ver la preocupación en su rostro.

-M- Te habíamos echado tanto de menos!

Ella tomó a mi padre de la mano acercándolo hacia mí, y nos atrapó a los tres en un tierno abrazo.

Cuando nos separamos entró el señor Zaidi en la habitación, y desde mi posición pude ver como Nathaniel crispaba un poco la mandíbula tras ver de quién se trataba.

-R- Oh... Emm... Hola. Había venido a ver como está Sucrette, pero no me esperaba toparme con su familia... Lo siento.

Mi padre frunció el ceño.

-P- Quién es, hija?

-S- Es mi profesor, el Señor Zaidi.

Mientras mamá le dedicó una sonrisa, papá no se fiaba del todo. Definitivamente nunca cambiará.

-M- Encantados de conocerle! Nosotros somos los padres de Sucrette.

-R- Igualmente. Bueno, sólo venía a ver como estaba, así que no molesto más.

-M- Muy amable por su parte!

-P- Oiga... Usted no estuvo en un concierto de Deep Purple hace cinco años?

Emm... Qué?

-R- Sí! Me acuerdo de usted. Estuvimos bailando una canción y luego me invitó a una copa!

-P- Vaya, el mundo es un pañuelo.

Estaba alucinando. Hacía tanto que no veía a mi padre así! Mamá y yo nos miramos extrañadas.

-M- Bueno, ya continuaréis esta conversación luego.

-S- Ya os váis?

-M- No, nos quedaremos unos días aquí. Mientras, descansa. Hasta luego, babitas!

El señor Zaidi me miró divertido, mientras que Nath luchaba por aguantarse la risa y yo solo quería desaparecer. Desde luego, menos oportuna imposible!

En cuanto se fueron, mi chico salió de su escondite mientras se reía.

-N- Así que... Babitas? A partir de ahora te llamaré así!

Le tiré una almohada a la cabeza, con el ceño fruncido. Pero no pude evitar contagiarme rápidamente de la risa del rubio. Ya hacía mucho que no teníamos un momento así, como si fuéramos una pareja normal. Lo amaba con mi vida, y la idea de perderlo me había azotado tanto los últimos días que un momento de risas era el mejor regalo que me podían dar.

Cuando paramos de reir, Nathaniel se acercó a mí.

-N- Bueno, yo ya me voy. Descansa, preciosa.

Colocó un beso sobre mi frente y se fue.



Otra vez tú... (Cdmu Nathaniel×Sucrette)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora