Cap 43: La vida sigue

301 20 21
                                    

*Con Sucrette*

En cuanto abrí mis ojos un poco, un fuerte dolor punzante azotó como huracán toda mi cabeza. La molesta luz que se colaba por las ventanas de mi habitación era como puñales en mis pupilas, pero a pesar de ello empezé a mirar algo entre tanta claridad.

Tardé unos segundos en darme cuenta de que estaba abrazada a algo, mejor dicho, a alguien. En cuanto una sensación de calidez recorrió mi pecho, me di cuenta de quién se trataba. 

Me encontraba recostada encima de mi lindo rubio, con nuestros cuerpos totalmente entrelazados. Levanté levemente mi adolorida cabeza y me topé directamente con unos maravillosos ojos ambar, los cuales observaban divertidos mi patético rostro de dormida.

-N- Buenos días, príncipe azul.-Susurró, tratando de no molestarme- Que tal estás?

Volví a hundir mi cara en su pecho, tratando de encontrar un escondite a la molesta luz y el insoportable malestar.

-S- Fatal... Me duele todo... Que pasó?

Soltó una leve risa ante mi respuesta, para contestarme con la misma delicadeza.

-N- Después de lo que bebiste ayer, lo que me sorprende es que estés despierta en sí... No recuerdas nada?

-S- No después de la cuarta copa...

Acariciando suavemente mi cabello, me resumió a grandes rasgos lo que había pasado ayer, refrescando mi memoria.

-S- Con razón me duele tanto la cabeza...

Suspiré pesadamente, con la única idea en la cabeza de quedarme durmiendo por siglos, pero con ese pensamiento me di cuenta de que había demasiada luz en la habitación.

-S- Oye... Qué hora es?

Alargó su musculado brazo por encima de la sábana para alcanzar su móvil, permitiéndome observar su perfecta estructura a través de su apretada camiseta de tirantes.

Estaría genial que vendieran pastillas de Nathaniel, perfectas contra la resaca.

-N- Son las... Nueve y media.

Como si me hubieran tirado una jarra de agua fría, me levanté de golpe, lo cual me causó un mareo gigantesco. Casi instantáneamente, llevé una de mis manos a mi adolorida cabeza y otra a la silla de mi escritorio, tratándo de hayar el equilibrio.

-S- Mierda... Tengo clases en media hora!

-N- Vale, loca! Pero no te levantes así, que te vas a matar!

Se levantó detrás mía, pero bastante más relajado que yo.

-N- Venga, tú vete arreglándote y ocultando que tienes una resaca cómo para que te explote la cabeza; que yo voy haciendo la cama.

Me tranquilicé un poco y le sonreí, para posteriormente acercarmeba él poniendo mis manos en sus hombros y colocando un delicado beso en sus suaves labios.

-S- Gracias, eres el mejor.

Tras recibir una sonrisa por su parte, cogí una montaña de ropa y me dirigí al baño. Me vestí con una camiseta blanca de tirantes y una chaqueta color azul oscuro bastante cómoda encima. Esto combinado con un pantalón vaquero azul y unos tenis grises.

Me acerqué al lavamanos y lavé mi cara con agua fría, para posteriormente observar mi demacrado rostro frente al espejo. Muchas cosas habían pasado últimamente, y sentía que lo único que necesitaba era escaparme de todo durante un largo tiempo. Pero supongo que tenía que afrontar la realidad, por dura que fuera.

Otra vez tú... (Cdmu Nathaniel×Sucrette)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora