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Llegó el sábado, eran nuevos en la ciudad y no sabían muy bien donde ir, todavía no habían comenzado el curso y quedaban un par de semanas para ello, pero aún así Remus prometió salir con ellos y cumplía su palabra siempre. Sintió un cosquilleo en el estómago ante la idea de salir con Sirius, James y Peter, especialmente con Sirius aunque rehuyera de ese pensamiento. Eran muy agradables y ya había perdonado a Sirius, porque la verdad, era imposible estar enfadado con él y sobre todo cuando le miraba a los ojos, y más todavía cuando una noche sí y una noche no se colaba en su habitación para decirle alguna tontería que sabía que le enfadaría y huyese a su cuarto con esa risa perruna. Después de cinco días ya era oficial que estaba, según Lily, "totalmente encoñado" de Sirius, pero tampoco le preocupaba mucho. Había oído hablar de Chueca (esta vez no por su tía abuela) y él estaba en Madrid, podría descargarse Grindr y conseguir alguna cita de mil formas distintas, pero eso no quitaba que cada momento a solas con Sirius hablando de Star Wars o de música, o comentando Ana y los siete y Aquí no hay quién viva, no pudiera evitar fantasear con él y pensar que serían los perfectos Mauri y Fernando. Pero por fin era sábado y habían quedado los cuatro para conocer mejor su ciudad.

Estaban en Alcalá de Henares, la verdad es que el ambiente por el centro no era decepcionante, distinto sí, pero no como algo malo. Obviamente no sabían muy bien a donde ir, aunque Remus había oído hablar de las tapas por parte de su tía abuela Maritere, y querían probar lo que fuese eso. Fueron a un bar cerca del centro, Según James podían definirse las tapas como que con la cerveza tenían comida gratis y eso era el maravilloso mundo de las tapas según James Potter, aunque Remus estaba segurísimo de que no eran gratis y entraban en el precio de la cerveza, pero no quería romper la ilusión de James por haber hecho tal definición, ni la emoción de Peter, que era más que palpable.

Los cuatro pidieron cerveza, en el caso de Remus eligió patatas alioli, Sirius un pincho de tortilla, Peter croquetas de jamón y James unos torreznos. Peter afirmó que definitivamente no había probado nada tan bueno como unas croquetas y una vez todos hubieron probado las croquetas aceptaron esa afirmación como una verdad universal.

—¡Madre mía chicos! Si esto es la cultura española creo que amo España.

—Peter, es solo comida. Está muy rica, sí, pero hay cosas mucho más interesantes, como por ejemplo...

—¿Panero?

Se sonrojó ante la sonrisa de Sirius. Solo le conocía desde hace una semana y ya sabía que sus sonrisas nunca tenía buenas intenciones. Tal vez supiera que estaba loco por él, o simplemente le gustaba ser irresistiblemente irritante, o a lo mejor simplemente era una referencia al libro que le había regalado, pero aún así siempre conseguía sonrojarle sin más esfuerzo que ESA sonrisa.

—Pues sí, es un buen ejemplo la verdad. O Miguel Hernández, o mira tampoco hace falta centrarse en la literatura, hay gente como...

—Vale, Remus, tranquilo, lo pillamos, pero hoy vamos a salir de fiesta, ya discutiremos de literatura el próximo día que no pueda dormir.

Sirius le guiñó un ojo. Remus le sonrió timidamente. ¿Estaba Sirius tonteando con él? Le estaba diciendo que iba a meterse en su habitación de forma esporádica, y de hecho era algo que había estado haciendo con asiduidad durante la semana, pero ¿por qué? se puso muy nervioso, madre mía, ¿qué quería Sirius de él? Debió de notarlo porque empezó a reírse y Remus tragó saliva. Fue James quien le sacó de sus pensamientos y su vergüenza.

—Bueno chicos, igual deberíamos irnos, porque voy muy poco borracho para lo que espero de nuestra primera noche de fiesta, la verdad.

Todos pagaron, y como no sabían si en España había que dejar propina, dejaron diez euros de más (por si acaso). Eran ya las doce de la noche así que decidieron que era el momento de entrar a algún local, unos chicos les aconsejó uno a un par de calles, estaba un poco más alejado del centro que el resto de sitios, pero seguía estando relativamente cerca de su casa y les habían confirmado que el local cerraba a las 6:00 y era gratis entrar. Remus y Sirius se quedaron fuera fumando.

Marauders: Erasmus boisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora