¿Desconocidos?
Persona extraña cuyo origen e identidad no se conoce.
Pero en esta historia dos personas desconocidas están apunto de conocerse, ambos con pasados oscuros que atormentan el presente, su dolor es el que alimenta sus vidas, recuerdos y...
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LODA
ORIÓN:
Una señora de cabello platinado por la mayoría de edad y con hermosos ojos color miel abrió la puerta con una sonrisa al parecer ella trabajaba aquí, parecía una abuelita de comercial con unos mofletes rosaditos, unos lentes de forma redonda y bajita con cuerpo robusto. Cuando llego Adara que por cierto se notaba molesta y enfadada, lo sabía porque ella es muy expresiva con sus rasgos.
- ¿Qué haces aquí? - pregunto cruzándose de brazos y con tono insolente
- Niña yo solo vine a preparar tu almuerzo - respondió la señora un poco avergonzada por como la estaba tratando
- Te he dicho que no vengas a esta casa - informo molesta, apretando los dientes
- Si niña - dijo agachando la cabeza
Podía ver como la pobre anciana con rostro angelical y un carácter dulce, era maltratada por Adara; la señora venía a prepararle su almuerzo y ver como esta, y Adara la trata como cualquier cosa; podría llegar a ser más maleducada
- Adara no tienes por qué tratarla así - manifesté molesto, ya que me molesta que sea una mala persona tan maleducada con las personas que se preocupan por ella
- No te he pedido tu opinión, sino te gusta la puerta está abierta, puedes irte - hablo mirándome; estaba molesta y no entendía porque, me dio tanta cólera que quería responderle pero me contuve, no es necesario perder los papeles para tener una conversación civilizada - Señora Collins, quiero hablar con usted - no fue una pregunta fue una orden, mientras ella se movía a fuera a quien sabe dónde - si quieres puedes irte - soltó Adara antes de irse
Oh, si ella pensaba que así se desharía de mí, estaba muy equivocada. Me senté en el sofá que tenían en un salón esperando y realmente espere, el sofá en el que estaba era cómodo y grande. Abrí mi mochica y saque mi Sketch Book y un lápiz carbón para dibujar, el salón estaba lleno de cuadros clásicos, pero no dibujaba eso, la verdad es que dibujaba a aquella chica de malos modales que recuerdo muy bien y que no puede salir de mi cabeza.
- Hasta luego joven - dijo la señora con tristeza en los ojos, Adara solo se limitaba a mirarla con dureza y frialdad
Se volteó, para mirarme con aquellos ojos verdes profundos que estoy seguro, que podían declararse como irreales.
- Ahora vuelvo - declaro yéndose junto con la señora
Espere mucho tiempo, pero aun no terminaba de dibujar quería que este dibujo sea perfecto, me toma mucho tiempo detallar a la perfección sus rasgos. Me llega un mensaje de Zev que me saca de aquella burbuja que creo cuando dibujo o pinto.
Z: Si, ya le dije a mi mamá que harás tu tarea en casa de una compañera ¡Aprovecha campeón!
