Let me love you (Harry Styles)

XVII

Capítulo 17

-Mírame y mírate. 

-¿Eres estúpido? –preguntó molesta. 

-No. Soy realista. 

-¿Realista en cuanto a qué? ¿Cuál es tu jodida realidad? 

-¡Esta! ¡Esta es mi jodida realidad! Medio equipo de fútbol quiere meterte en su cama. Payne, Tomlinson y Malik me darían una paliza si supieran que estás aquí. Y…No sé si pueda tener una…una relación… ¿Sabes? He vivido tanto tiempo sin nadie, que ya estoy acostumbrado. Además, nadie podría lidiar conmigo. A penas tengo tiempo para mi hermana. A ella se limita mi vida. 

-¡Al menos déjame ayudarte! –exclamó. 

-Yo no necesito…

-“Tu ayuda” Ya lo sé. –me interrumpió.- ¿Sabes? Será mejor que me vaya. Creo que debes enfriar tu cabeza. 

-¡Claro! ¡Vete ahora! –exclamé irónico. 

-¡¿Qué demonios quieres que haga?! ¿Que me quede acá viendo como me desprecias? No muchas gracias, tengo un poco más de respeto por mí misma. 

-Claro. Entonces ahora te irás directo con alguno de tus perritos falderos ¿No? Era de esperarse, sabía que terminarías siendo como todas. 

-¡¿Cómo todas?! –exclamó furiosa- ¡¿Cómo todas Harry?! ¿Te parece que todas podrían venir acá y contarte todo lo que yo te conté? ¿Te parece que todas han pasado por lo mismo? ¡¿Enserio crees que soy igual a todas?! 

Nuevamente. Tenía la última palabra. 

-Según tú; todas son unas zorras baratas que solo buscan meterse en la cama de un chico diferente cada noche. ¿Crees que soy igual a ellas? ¿Enserio? Pensé que habías podido conocerme un poco más para saber que nunca, nunca, haría eso. 

-¡Eso era lo que ibas a hacer conmigo! ¿Y luego qué? ¿Me planeabas dejar a un lado?

Su rostro se puso de un intenso color rojo. Nunca había visto una mujer tan furiosa. 

-¡Es diferente! ¡¿Crees que lo de esta noche no significó nada para mí?! ¡Maldición! ¡Nunca le había dicho esto a nadie! ¡A nadie! ¡¿Y crees que solo buscaba una aventura?! 

-¿Entonces qué más querías?

-¡Sigues creyendo que soy igual a toda esa manada de estúpidas de la universidad! –acusó- ¿Sabes? Me arrepiento de no haberte hecho caso cuando me dijiste que mejor me fuera con Zayn. ¡Pero no! –levantó las manos- Yo preferí quedarme junto al chico que era todo lo contrario a Zayn. Preferí seguir intentando conocerlo.  Pero deberías saber que también me arrepiento de eso. Me arrepiento porque lo único que has hecho conmigo desde que me conociste ha sido humillarme y echarme a un lado. 

-Claro que no. 

-¡Claro que sí! ¿Sabes por qué? Porque eres cerrado, egoísta, frío, engreído, egocéntrico, grosero, manipulador, petulante, indiferente y humillante. –enlistó. 

-¡Oh claro! Y tú, tú eres perfecta porque eres _____ ¿No es así? –dije con sarcasmo- Crees que el mundo gira en torno a ti solo por ser bonita e inteligente ¿cierto? Que tengas a tres babosos tras de ti no significa nada. Solo que eres una chica más, nada importante para ellos. Después de un buen polvo se cansarán de ti. Es todo. 

Ella carcajeó con dureza. 

-No intentes insultarme Harry. Créeme, me han dicho cosas peores. –hizo una pausa- Pero a ti, a ti no. Porque todos tienen miedo a acercase a ti, porque tratas como basura a todo el mundo. Porque insultas a quien intente acercarse. ¿Y sabes por qué lo haces? Porque eres cobarde, porque tienes miedo de lo que puedan decir, porque no te sientes a la altura. Porque tienes miedo de que alguien haga lo que yo estoy haciendo. De que alguien te diga unas cuantas verdades en la cara. Y eso es lo que eres; eres cobarde y temeroso. Por eso eres tan cerrado. Tienes miedo de enfrentarte con la gente porque sabes que te pueden lastimar. Porque sabes que algunas amistades dañan. Porque tienes miedo de que otros puedan saber tus problemas y juzgarte. Porque tienes miedo de ti mismo, Harry. 

Me quedé estático. Nunca alguien me había hablado así. Nunca nadie se había enfrentado se esa manera a mí.  Me sentía como si acabasen de darme un buen puñetazo en el estómago. 

-Pero yo no tengo miedo. Yo no te tengo miedo a ti Harry. Porque desde el principio supe que tú no eras ese chico frío e imbécil que aparentas ser. Por eso me acerqué. Y me arrepiento, sí. Pero lo logré. 

-¿Qué lograste? ¿Darme en lo más bajo? ¿Manejarme de tal manera que me hiciste sacar todos mis problemas a flote? ¿Eso? Es un golpe bajo _____. Excelente. Excelente actuación. Hasta me creí tus lágrimas. 

-¿Crees que todo lo que dije fue mentira?

-Es lo que tú acabas de dar a entender. 

Apretó los puños. Me fulminó con la mirada y tomó su ropa que aún seguía en el suelo y salió de un portazo. Menos de dos minutos luego, volvió a entrar en la habitación con gesto frío. 

-Aquí tienes. –me entregó la sudadera- Y gracias por una estupenda velada. –escupió con sarcasmo. 

<<No, no, no…>> Lo había arruinado con ella también. 

Cuando una mujer te confronta, vale la pena. 

Reaccioné. 

La única persona que había sido capaz de enfrentarme, estaba por salir por la puerta y tal vez sería la última vez que hablara con ella. 

Corrí a toda velocidad hasta la puerta. _____ estaba por girar la perilla. Me escabullí frente a ella. Entre la puerta y su cuerpo. 

-¿Qué haces? –frunció el ceño.  

-No lo sé. –admití- No sé qué hice, ni por qué fui tan estúpido. 

-Creo que no tengo que repetírtelo…

-Escucha. Sólo intento pedir perdón. Sé que a veces puedo ser realmente un idiota. Es solo que…Nunca nadie me había enfrentado de esa manera. 

-Pues ya era tiempo. 

-Déjame hablar. –le pedí- No sé qué rayos ocurrió esta noche. Las lágrimas y todo eso… -suspiré- Lo siento. Por favor perdona. Por todo lo que dije…Lo siento.  No sabes cómo. No puedo permitirme arruinarlo todo contigo también.

Mordió su labio inferior. Noté como una pequeña sonrisa luchaba por salir. 

-¿Enserio lo sientes?

-Enserio. Nunca suelo pedir perdón, y lo estoy haciendo. Puedes tener idea de cuánto lo lamento. 

Ella por fin sonrió. 

-Bien. Estás perdonado. También fui un poco dura contigo. 

-No. Fue perfecto. Creo que necesitaba ese polo a tierra. –admití. 

Suspiró.